La Base Militar estadounidense de Comalapa, establecida en el año 2000, constituye una lanza clavada en el corazón de nuestra patria salvadoreña y una seria amenaza a la paz y la seguridad de la región mesoamericana por lo que debe ser desmantelada.El convenio de diez años que autoriza esta Base Militar entró en vigor el 23 de agosto del año 2000 y es prorrogable a solicitud de cualquiera de las partes. Es el resultado de una votación por mayoría simple en la Asamblea Legislativa el 6 de julio del 2000 en la cual los partidos ARENA, PCN, PDC y PAN traicionaron los intereses de nuestro pueblo.
Han pasado ya seis años y esta Base Militar cuenta con nuevos instrumentos de intervención como es la Escuela Internacional de Policía (ILEA) que también fue aprobada por los partidos de derecha que controlan el congreso salvadoreño.
Únicamente el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional se opuso tanto a la Base Militar de Comalapa como a la ILEA. El FMLN incluso presento un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, por la flagrante violación a los artículos 146, 147 y 159 de la Constitución de la República.
El propósito político-militar de esta Base Militar de Comalapa se disfraza alegando que es para combatir el narcotráfico. En realidad se trata de configurar un triangulo militar, un cerco estratégico contra las guerrillas de las FARC en Colombia, y contra los gobiernos democráticos de Venezuela y Bolivia. No es casual que lo otros "centros de vigilancia" este en Curacao y Aruba en el Caribe y en Manta, Ecuador.
La Base Militar de Comalapa, que tiene como sede el Aeropuerto Internacional de El Salvador, fue duramente criticada por el ya legendario líder de izquierda, Schafik Handal, fallecido el pasado 24 de enero y quien señaló que "los estado Unidos tienen una larga historia de intervenciones militares y es por eso que vamos a seguir luchando contra este convenio que es atentatorio contra nuestra soberanía."
Esta Base Militar fue la semilla de donde han surgido nuevas amenazas como son la aprobación en diciembre de 2004 del Tratado de Libre Comercio (CAFTA) y la instalación de una oficina del FBI en enero de 2005. Hay una presencia mayor que la que existió en 1960 en la época de José María Lemus, con lo que se llamaba Misión Militar USA.
El convenio que origina esta Base Militar y que es una vergüenza para nuestra patria y un símbolo del servilismo que caracterizó la gestión del presidente Francisco Flores, les permite a las tropas estadounidenses convertir a El Salvador en una nueva colonia.
Le permite al personal tanto militar como civil estadounidense ingresar a cualquier instalación del gobierno salvadoreño así como el aeropuerto y a la vez contar con áreas exclusivas en las cuales solo ellos pueden tener acceso ya que no confían en el "personal local."
Les permite a 60 oficiales militares estar instalados con sus familias en nuestro país. Y estos militares pueden desplazarse con sus uniformes y con sus armas respectivas por todo el territorio salvadoreño. Y ya lo están haciendo, en Cuscatlan, en Chalatenango, en Morazán. Están realizando ejercicios militares conjuntos y labores "sociales" precisamente en aquellos sitios donde se desarrollo el conflicto armado en la década de los ochenta del siglo pasado.
Y también les permite ese convenio nefasto introducir al país cualquier cantidad de armas, de cualquier tipo, así como material y equipo militar, incluyendo aviones, helicópteros. Es una intervención militar legalizada desde el congreso y disfrazada de lucha contra el narcotráfico.
Y finalmente este convenio les permite realizar que va a realziar saludos operaciones aéreas, terrestres y marítimas. Cualquier tipo de operaciones. No sería extraño que esta invasión silenciosa alegando que la democracia se encuentra en peligro o que debe defender la vida de los ciudadanos estadounidenses se animara incluso a instalarse en Casa presidencial. Ya lo han hecho en 200 años en muchos países.
Como Movimiento Salvadoreño por la Paz, miembros del Consejo Mundial de la Paz, rechazamos esta Base Militar de Comalapa. Y en el espíritu de Schafik Handal y de Ana Rosa Ochoa, que tuvieron espíritu de dignidad e independencia, llamamos a luchar por su desmantelamiento. Es una responsabilidad con nuestro pueblo y con la paz mundial. Es una responsabilidad que vamos a cumplir.
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