La Unidad latinoamericana y Caribeña: un desafío vigente.
La disputa histórica entre Bolívar y Monroe.
A principios del siglo XIX surgieron y se definieron en nuestro continente dos visiones antagónicas sobre realidad, identidad y perspectiva de nuestros pueblos. Sobre el papel que les corresponde jugar alas naciones latinoamericanas y caribeñas en el escenario mundial. Estas dos visiones antagónicas se reflejan en los pensamientos de Simón Bolívar y de James Monroe.
La visión bolivariana se refleja principalmente en la carta de jamaica de 1815 y establece que solo mediante la unidad, la integración, la cooperación y la solidaridad entre las naciones latinoamericanas y caribeñas se podrán enfrentar las amenazas de dominación originadas por las ambiciones imperialistas del gobierno de Estados Unidos. Crea las bases para un pensamiento patriótico de lucha por la independencia.
La visión de Monroe, sostiene la tesis que le corresponde exclusivamente a los Estados Unidos intervenir en los asuntos de los países latinoamericanos y caribeños y rechaza ala presencia e influencia de los países europeos. Coloca a os países latinoamericanos y caribeños como “botín de guerra” cedido por Europa a los Estados Unidos. Justifica y legitima las políticas imperiales de intervención.
Las ideas y las luchas de Simón Bolívar forman parte del patrimonio histórico de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Las luchas actuales por la independencia y la defensa de nuestros recursos naturales están vinculadas a las luchas de Bolívar y los patriotas de principios del silgo XIX ya que existe una continuidad histórica que parte desde Bolívar y llega hasta nuestros días.
Por otra parte, también existe una serie ininterrumpida de amenazas, agresiones, golpes de estado, sabotajes, presiones, asesinatos políticas realizados por los partidarios de la doctrina Monroe, que sirve como fundamento ideológico a la política exterior de los Estados Unidos.
Las figuras de Francisco Morazán y de William Walker son emblemáticas en nuestra región de estas dos visiones de mundo a mediados del siglo XIX. Morazán luchó como paladín liberal por construir una Centroamérica unida e independiente mientras que Walker invadió Nicaragua con la pretensión de apoderarse de nuestro istmo.
En años 30 del siglo pasado, los nicaragüenses Cesar Augusto Sandino y Anastasio Somoza representaron en nuestra región losa símbolos de esta disputa histórica. Sandino, el General de Hombres Libres enfrentó en las Segovias a las tropas intervencionistas yanquis mientras que Somoza fue el militar traidor que vendió su alma a los intereses de la potencia del Norte.
En los años 50 del siglo XX, los guatemaltecos Juan Jacobo Arbenz y Carlos Castillo Armas, representan estas visiones contrapuestas. El coronel Arbenz encabezó la revolución agraria y anti-imperialista mientras que Castillo Armas fue el militar traidor que se entregó a los designios imperialistas.
Y así sucedió en América Latina y el Caribe, Fidel castro y Fulgencio Batista en Cuba, Salvador Allende y Augusto Pinochet en Chile, Francisco Caamaño y Joaquín Balaguer en republica Dominicana. Fueron dos caminos abiertos, el de Bolívar y el de Monroe, el de la libertad y el de la esclavitud, el de la liberación y el de la dominación.
El espíritu y le proyecto de Bolívar vive en las luchas de los pueblos centroamericanos... Bolívar nos hereda una visión de lucha contra el colonialismo, de patriotismo y de dignidad. En nuestros corazones palpitan las victorias de Pichincha, Junín y Ayacucho.
Maestro Roberto Pineda
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