domingo, 20 de abril de 2008

HACE 25 AÑOS… 25-septiembre-05

HACE 25 AÑOS…
Reflexión sobre Mateo 21:23-32*

“¿Con que autoridad haces todas estas cosas? ¿Quien te lo ha autorizado?

Hermanos y hermanas:

Jesús de Nazaret dedicó su vida y su pensamiento a luchar por la dignidad de los seres humanos, por la liberación de los pueblos oprimidos, por la resistencia frente al imperio, por la alegría de los niños y las niñas, por el amor y la solidaridad entre las personas, por el pan, la paz y la justicia.

Es por eso que se mensaje luego de dos mil años nos sigue impactando y nos sigue convocando a construir relaciones fraternas, a ser comunidad, a ser iglesia. El mensaje de Jesús es un mensaje con mucha fuerza, con mucha autoridad, nos sigue llamando al compromiso.

Jesús actuó con dignidad y habló con autoridad

¿Ustedes creen que seguiríamos a Jesús y estaríamos aquí reunidos si él hubiera sido un oportunista que se aprovechaba de sus seguidores? ¿O si él hubiera sido una persona servil frente a Herodes y Pilato, frente a Saca y Bush, frente a los poderosos? No, Jesús actuó con dignidad y por eso hablo con autoridad. La autoridad para hablar se gana en la defensa de los pobres.

Cuando hablamos de autoridad hablamos de una relación social. De una construcción social. La idea de autoridad tiene que ver con la idea de dirigencia y subordinados, con quien manda y quien obedece. Y quien lo decide. En la sociedad hay muchas relaciones de autoridad. La autoridad tiene que ver con el poder. Existe en la familia, en la escuela, en la oficina, en el taller, en el gobierno…y hasta en la iglesia. Unos deciden y otros ejecutan.

Somos socializados en determinadas relaciones de autoridad desde que nacemos. La autoridad del padre, de la madre, del hermano mayor, de la hermana mayor, del maestro, del policía, del médico, de los adultos, del sacerdote o del pastor. Aprendemos la autoridad como algo natural.

Pero luego comprendemos que existen autoridades legitimas y autoridades ilegitimas, en todos los niveles de las relaciones sociales. Un padre que no se preocupa por sus hijos y gasta su salario en alcoholizarse pierde su legitimidad, y va perdiendo poco a poco el respeto de sus hijos.

Los gobiernos que roban y reprimen se ganan el repudio de sus ciudadanos. Los pastores mercaderes que solo piensan en acumular riquezas, en comprar propiedades, pierden el respeto, aunque sean obispos o cardenales. Es una experiencia de la que podemos dar testimonio.

Las autoridades ilegitimas en lo político, en lo económico y en lo religioso defienden su dominación por medio de la demagogia y la represión. Utilizan el poder para beneficiarse, beneficiar a sus familias y a sus allegados. “No les pido que me den, sino que me pongan donde hay”es el lema del oportunismo.

Una autoridad legítima es diferente. Una autoridad legítima se preocupa por los demás. Una autoridad legítima se preocupa por los más débiles, por los que sufren, por los desamparados. Y el poder se entiende desde la óptica del servicio a los demás. No es fácil y esta idea genera muchas resistencias desde los que se benefician de los poderes establecidos.

Hace dos mil años Jesús desafió los poderes establecidos

Hace dos mil años había una situación de mucha opresión para el pueblo hebreo. Y en esta situación, Jesús de Nazaret enseñaba en el templo sobre el reino de Dios y curaba a los enfermos; predicaba sobre el amor entre los seres humanos, denunciaba las injusticias derivadas de una situación de colonialismo, se solidarizaba con los humildes. Y lo hacía con mucha autoridad. Había una actitud ética, una posición que generaba respeto, admiración. Dime lo que haces y te diré quien eres. Jesús era el Cristo.

La gente lo escuchaba, lo respetaba, lo seguía porque el pueblo aprende a distinguir entre los que lo oprimen y los que lo defienden. Dondequiera que llegaba la gente lo buscaba y él buscaba a la gente. Había una relación muy intensa. Y esto le daba mucha autoridad. La autoridad legítima se gana, se construye. Y por eso no puede ser arrebatada.

Y los poderosos temieron este mensaje y decidieron asesinar al mensajero. Las autoridades religiosas del Templo en alianza con las autoridades políticas del imperio impusieron la represión. Y como todos sabemos Jesús fue asesinado, crucificado para luego resucitar. Pero su voz con mucha autoridad, nos sigue convocando a la lucha.

Hace 25 años surgió el FMLN

Hace 25 años un grupo de jóvenes en este país hablaron con autoridad, actuaron con autoridad, decidieron tomar las armas para acabar con una dictadura militar que gobernó por más de sesenta años. Era una decisión difícil, había que tener mucho valor, mucha fe evangélica. Los militares lo controlaban todo. Todos los ministros del gobierno eran militares. Y el que protestaba era castigado con la muerte. A los jóvenes hasta por tener el pelo largo nos reprimían.

Y en esa situación de mucha opresión se organizó la resistencia y creció la esperanza. La fe en la victoria. Y frente al poder de los militares y de la oligarquía surgió el poder de los “muchachos”. La gente les tomó cariño, los respeto por su decisión de arriesgar su vida. Y había dos poderes. Y cuando el Frente decía paro de transporte se paraba el transporte.

Y el gobierno controlaba la prensa, la radio, la televisión. Pero la gente en la intimidad de sus casas escuchaba Radio Venceremos para saber la verdad de lo que sucedía en el país. El Frente tenía una autoridad inmensa durante la guerra.

Los muchachos tenían mucha autoridad. Había también una actitud ética que generaba respeto, admiración. En una sociedad en la que todo se compraba, ellos, los muchachos del FMLN, no podían ser comprados. No había moneda que comprara la dignidad. Y esto nos daba mucho orgullo, mucha alegría.

Una líder guerrillera que fue asesinada en la cárcel, Lil Milagro Ramírez sintetizó el pensamiento evangélico de este esfuerzo cuando dijo: “si no vienes a dar el corazón la vida, si no eres el último en comer y el primero en morir, en tu entrada comienza tu salida.”

Y fue con esta autoridad ganada en las montañas, en la clandestinidad y reconocida por el pueblo y por los mismos poderosos, que se logró un acuerdo de paz que modificó las reglas del juego político. Y las libertades que tenemos fueron conquistadas con sangre y sacrificios. Y 25 años después bajo nuevas condiciones, más complejas, esta autoridad se mantiene.

Y los poderosos le temen a esta autoridad moral, tratan de destruir esta autoridad moral. Tratan de dividir y de domesticar este torrente popular de rebeldía que es el FMLN. Pero estamos seguros que no lo lograran. El FMLN continuará siendo luz para nuestro pueblo. Como Iglesia Luterana Popular los saludamos en este 25 aniversario de su fundación.

Nuestro compromiso de lucha

Como ustedes saben en marzo de este año nos separamos de la Iglesia Luterana. Nos hemos constituido como Iglesia Luterana Popular, seguidores de Jesús de Nazaret, de Martín Lutero, de Monseñor Romero, de la hermana Conchita Palma.

¿Con que autoridad nos constituimos en Iglesia Luterana Popular? ¿Quién nos autorizo? Con la autoridad que nos da dedicar nuestras vidas a la proclamación del Evangelio y al acompañamiento al movimiento popular en sus luchas por la democracia y la justicia.

Somos una iglesia comprometida con las luchas de nuestro pueblo. Es por eso que ustedes nos ven en las marchas y en las concentraciones, en los bloqueos de calle y en las huelgas, en vigilias y peregrinaciones. Es de esta manera que entendemos el llamado del evangelio para proclamar las Buenas Nuevas.

Y es por eso que denunciamos el pecado de una sociedad injusta como la nuestra. Y lo hacemos con la autoridad que nos da exponer nuestra vida cada día. Nuestro programa de radio Fe y Esperanza da testimonio de esto. Y es que estamos seguros que el Espíritu de Jesús que es el Espíritu de la liberación nos impulsa y nos protege, nos guía y nos da fuerza.

Hablar y actuar con autoridad es una actitud ética que debemos de cultivar. Es como podemos ser realmente Comunidad del Resucitado. Hoy iniciamos una nueva etapa en este camino que nos traza el Espíritu de Dios.

¡Qué nuestro Padre celestial, nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo nos acompañen siempre. Amén!

*Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda el 25 de septiembre en Culto de Inauguración de templo en 6ta. Ave. Norte, Barrio San Miguelito, San Salvador, de Iglesia Luterana Popular.

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