sábado, 19 de abril de 2008

JESUS DE NAZARET: EL CORDERO REBELDE 8-junio-04

“He aquí el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo...”
Juan 1:29

En miles de iglesias alrededor del mundo Jesús de Nazaret es presentado como un personaje que sufre injustamente en una cruz y que durante su vida predicó la resignación y la obediencia a los poderosos. Su doctrina se utiliza para justificar la existencia de ricos y pobres en la sociedad y desde las iglesias se recomienda no involucrarse en política.

Esta visión predominante, refleja el secuestro que los poderosos han hecho a lo largo de los siglos del mensaje subversivo de Jesús de Nazaret, y ha originado dos respuestas por parte de los sectores oprimidos: la primera es de rechazo categórico de una doctrina que justifica el infierno capitalista en la tierra a cambio de un paraíso celestial. La mayor parte de marxistas caminan por esta vereda.

La religión es el opio de los pueblos nos dicen. Y no es casual, la historia de las revoluciones proletarias y populares triunfantes del siglo pasado, la rusa, china, cubana, etc., enfrentaron la oposición de las iglesias. En el caso de la revolución nicaragüense, la iglesia se dividió pero un importante sector se colocó al lado de la reacción. con Monseñor Obando a la cabeza.

En el caso salvadoreño, la derecha ha logrado recuperar su hegemonía, fuertemente cuestionada en los años setentas del siglo pasado con la incorporación de sacerdotes al movimiento revolucionario y el crecimiento de comunidades eclesiales de base. En marzo de 1980 la derecha asesina a Monseñor Romero. Hoy el arzobispo Saenz Lacalle bendice junto con el pastor evangélico Tobi, a un nuevo presidente de derecha, resultado de elecciones ilegitimas e ilegales. La iglesia de la mano de los poderosos.

La segunda respuesta ha sido un esfuerzo –siempre presente-por recuperar y actualizar el mensaje revolucionario de Jesús a partir de la lucha de las comunidades por la justicia y la paz. La Teología de la Liberación latinoamericana recorre esta senda. Es un esfuerzo para que la iglesia acompañe las luchas de liberación de los pueblos oprimidos. En nuestro país, las figura del padre Rutilio Grande, de Monseñor Romero, de los jesuitas asesinados por los militares, son emblemáticas de esta posición.

Jesús es el Cordero rebelde y subversivo

Enfrentamos el desafío de proclamar al Cordero rebelde. Se trata de arrebatarle la Biblia, que pertenece a los oprimidos, a la derecha neoliberal que hoy nos presenta megaiglesias que difunden los valores del individualismo y la prosperidad, pero que en la práctica se convierten en retratos del coliseo romano, donde antes miles de espectadores presenciaban el espectáculo de fieras y gladiadores.

Los aficionados a estos espectáculos religiosos y sus organizadores, llamados pastores, observan como los poderosos devoran a los pueblos en Irak, Afganistán y Palestina, mientras ellos cantan himnos y aplauden. Cerrar los ojos ante los que sufren es pecado de lesa humanidad aunque se haga entonando cánticos y orando dentro de templos.

Las ideas del proyecto por las que Jesús de Nazaret entregó la vida y resucitó, fueron distorsionadas en un largo proceso histórico, que comenzó con el matrimonio de la iglesia y el imperio en el siglo cuarto de nuestra era, se expresó en las cruzadas medievales contra los musulmanes, en la conquista española de nuestros pueblos indígenas, en el holocausto nazi contra el pueblo judío y continúa hoy con la aparición y difusión de iglesias electrónicas al servicio de los poderosos, de la globalización neoliberal.


Nos corresponde como Comunidades de Fe y Vida, fieles al legado de Jesús de Nazaret, recuperar la memoria subversiva y rebelde de este judío universal que se identificó con los débiles y denunció a los poderosos. Jesús es el Cordero Pascual que nos libera del pecado de la opresión. Jesús es el Cordero rebelde y subversivo. Jesús es el Cordero que denuncia las injusticias de este mundo globalizado.

Existe una continuidad histórica entre las tradiciones revolucionarias de las comunidades rebeldes que desafiaron al faraón de Egipto y que conducidos por Moisés atravesaron el desierto en búsqueda de la tierra prometida; con el ministerio de liberación que realizó el Movimiento Popular de Jesús de Nazaret, por lo cual fue crucificado por los imperialistas romanos, y con las luchas que hoy realizan nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños contra el ALCA, contra el Plan Puebla Panamá, contra los tratados comerciales que hipotecan nuestra soberanía e independencia, en defensa de la Revolución Cubana.

Un momento internacional peligroso y lleno de desafíos

Vivimos un momento muy peligroso, los poderosos del planeta impulsan una estrategia basada en la guerra para imponer una nueva arquitectura mundial de opresión, que le permita acumular mayores ganancias para sus empresas transnacionales. Los bloques imperialistas se están de nuevo disputando los mercados del mundo. Desean apoderarse del petróleo y del agua del planeta. Es por esto que los Estados Unidos y sus aliados atacan militarmente a los pueblos de Irak y Afganistán y amenazan a Cuba, a Corea del Norte y a Iran. Incluso en nuestro país se ha instalado una base militar en Comalapa para contribuir a este diseño expansionista y participar en el Plan Colombia.

A la par de estas amenazas, también observamos el crecimiento de un poderoso movimiento a favor de la paz mundial, centenares de millones de personas marchan en toda las capitales del mundo, exigiendo un nuevo orden mundial, pronunciándose contra la guerra y contra las fabulosas ganancias de las corporaciones transnacionales. Se realiza en Mumbai, India, el IV Foro Mundial. En nuestra convicción de fe, el Espíritu de Dios acompaña a estas protestas por la vida y contra un sistema depredador como es el capitalista. Por estas rutas camina el espíritu de la justicia y la paz.

El Salvador:480 años de lucha de nuestras comunidades en resistencia

Hace 480 años, el 8 de junio de 1524 en la población de Acajutla, al occidente de El Salvador, se desarrolló el primer combate entre nuestras comunidades indígenas al mando de Atonal y los invasores ibéricos, dirigidos por Pedro de Alvarado. Nuestras comunidades indígenas derrotaron a las tropas imperialistas españolas en ese enfrentamiento, que es simbólico de las luchas que por casi cinco siglos hemos efectuado como pueblo, como comunidades en resistencia, para lograr nuestra liberación. Estas han sido también luchas, en nuestra visión, acompañadas por el Cordero rebelde. Amén.

Rev. Roberto Pineda

San Salvador, 8 de junio de 2004

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