Cuaresma del 2003: Bush y Blair crucifican a Irak (Rev. Roberto Pineda*)
Reflexión sobre Marcos 15:21-40
La cruz era el castigo que el imperio romano otorgaba a los rebeldes, a los subversivos, a los que desafiaban el sistema de dominación vigente en esa época. Es por esta razón que la cruz se convirtió desde ese entonces, en el distintivo básico de los seguidores de Jesús de Nazaret, en la carta de presentación inicial de la iglesia ante la historia, en el diploma de autenticidad de nuestra comunidad de fe, en un mundo lleno de tentaciones desde el poder y la riqueza.
La cruz pasó a identificar al Movimiento Popular, fundado por Jesús de Nazaret, que luego se transformó en iglesia después de su muerte. El símbolo de la cruz es un símbolo contradictorio, por una parte ha acompañado la lucha de los oprimidos de todas las épocas y lugares, pero, por el otro, ha sido utilizado y manipulado por los dueños del poder y la riqueza. La cruz es por lo tanto, un símbolo en disputa, un símbolo atravesado por la lucha de clases sociales a lo largo de la historia. Por la lucha entre poderosos y débiles. La cruz ha estado presente en las batallas por el pan y el techo, por el vestido y la tierra, por el trabajo y la alegría, por la paz y la libertad, por la justicia y la solidaridad.
Pero también ha acompañado los estandartes de los ejércitos que conquistaron América indígena a sangre y fuego, se llamaron cruzadas las brigadas imperialistas que desde Europa agredieron a los pueblos árabes y en esta Cuaresma han habido capellanes, que han bendecido con la cruz el genocidio cometido por Bush y Blair contra el pueblo de Irak. Los poderosos, a lo largo de la historia de lo que se conoce como Occidente, siempre han pretendido ocultar sus crímenes bajo la sombra de la cruz, siempre han tratado de ocultar y tergiversar el contenido subversivo de la cruz, siempre han procurado arrebatarle la cruz de Jesús a los humildes, porque están conscientes que han continuado crucificando a millones de personas para sostener su sistema de dominación, que les permite disfrutar de múltiples privilegios.
Es por este motivo que en Irak han bombardeado ciudades, destruido hospitales, mercados, vecindarios, museos, mezquitas. Han asesinado a niños y niñas, a ancianos y ancianas, a hombres y mujeres. Y todo este despliegue militar genocida con el fin de apoderarse de los campos petroleros, y de aumentar sus ganancias. Como iglesias cristianas nunca olvidaremos esta Cuaresma, una cuaresma de lucha, de dolor y de esperanza. Una Cuaresma de Solidaridad. Así como Poncio Pilato, el gobernador imperialista y Caifás, el sacerdote traidor, condenaron a muerte a Jesús, de la misma forma Los jefes de los gobiernos estadounidense y británico, George Bush y Toni Blair, condenaron a muerte al pueblo iraquí y lo crucificaron durante esta época de Cuaresma.
La prepotencia imperial y los bombardeos sobre Bagdad vivirán por siempre en nuestra memoria. En este texto nos encontramos con el relato del asesinato político de Jesús de Nazaret. Marcos nos describe escuetamente los sucesos de su captura, juicio, condena, martirio y crucifixión. Es muy importante comprender como los sectores populares, de manera masiva, intuyen el carácter subversivo de estos acontecimientos y recrean durante cada Semana Santa la historia de Jesús y de su pasión. En El Salvador son centenares las procesiones del Vía Crucis y miles de alfombras que con mucha creatividad reflejan los sueños y anhelos más profundos de la población. La gente marcha por las calles y manifiesta sus ideas, su imaginario social de un mundo más justo. Son jornadas de lucha popular.
Fueron muchas las alfombras, por ejemplo, exigiendo alto a la agresión militar anglo-norteamericana contra el pueblo de Irak. Entonces lo crucificaron... Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron. Marcos hasta nos comparte la hora cuando Jesús es crucificado. Los imperialistas romanos le aplican el castigo reservado a los rebeldes, a los subversivos, a los enemigos del sistema. Y en la cruz pusieron un rotulo con la causa de la condena: el rey de los judíos. Sí, los romanos ajustaban cuentas con otro rey, con otro poder, Un rey diferente que proclamó un reinado de justicia y hermandad, un sueño que nos sigue llamando a luchar por construirlo, por hacerlo realidad. Los romanos no se engañaron con Jesús.
El Imperio impuso su razón estado. Al llegar al mediodía, toda la tierra quedó en oscuridad hasta las tres de la tarde. Estamos en el Viernes Santo, en el Viernes de Represión. En ese momento la oscuridad de la represión cubrió al mundo. La represión de los poderosos a veces logra ocultar la luz de la justicia. En Irak, la represión, la agresión militar ha logrado oscurecer momentáneamente la resistencia de los débiles. Lo mismo le sucedió a Jesús en este momento difícil, de prueba, en el que incluso llegó a exclamar: Dios mío, Dios mío. ¿Por qué me has abandonado? Jesús dio un fuerte grito y murió. Jesús murió gritando. Es un hecho, protestando contra la ocupación militar romana, denunciando las injusticias, como un gran dirigente popular, seguro que había cumplido su misión y que su muerte iba a servir para hacer avanzar la causa popular. Cuando se muere gritando, cuando se muere luchando, se ha vencido a la muerte. Jesús venció a la muerte.
Y es por eso que lo seguimos. Y es por eso que su Padre lo resucita. Irak como Jesús esta siendo crucificado, bombardeado, destruido. Y para nuestra vergüenza como seguidores de Jesús hubo iglesias que se pusieron al lado de los agresores, de los poderosos, del imperio, de la ocupación militar. Pero también para nuestra alegría la iglesia profética acompañó en todo el mundo las marchas por la paz. Amén.
* Pastor Luterano de El Salvador
viernes, 29 de febrero de 2008
Jairo y la fe que vence a la muerte 30-junio-03
Reflexión sobre Marcos 5: 21-42
Jesús de Nazaret, durante el desarrollo de su trabajo político, se encontró con muchas situaciones límite, en las cuales era necesario actuar de manera contundente.
En cada una de estas situaciones, Jesús se acerca alas personas excluidas
(mujeres, enfermos, extranjeros, huérfanos., viudas) y responde a los que le buscan.- Su mirada y su sonrisa siempre están dirigidas a los que sufren. Aparecen elementos comunes: el dolor, el sufrimiento, la lucha y la esperanza.
En este texto, hay dos historias que se entrecruzan, ambas se alimentan mutuamente. Por una parte, la historia de Jairo y su hija enferma y por la otra, la de una mujer enferma, con derrames de sangre...
Al principio del texto nos encontramos con Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, que se lanza a los pies de Jesús para rogarle que vaya con él y salve a su hija que esta enferma. Jesús abandonó lo que estaba haciendo y se fue junto con Jairo a la casa de este, le seguía una multitud.
Entre esta multitud, había una mujer, que desde hacía doce años estaba enferma con derrames de sangre y había gastado lo que tenía, sin haberse curado. Era una mujer que “había sufrido mucho.”
Cuando esta mujer oyó hablar de Jesús su rostro se llenó de esperanza. Era la oportunidad de su vida. Y empujó hasta acercarse a él y sentir su respiración. Estaba a s espaldas. Extendió su mano y lo tocó. Su mundo se transformó...
Jesús, notó que de su persona había salido poder y quedó confundido. La fe de la mujer fu tan poderosa que logró liberar poder de Jesús. Este preguntó que había pasado. La mujer aceptó su acción.
La mujer también se sentía confundida. Se sentía diferente. Estaba curada y no podía creerlo. Lo que hizo fue arrodillarse y contarles toda la verdad. Jesús le dijo: “Hija, por tu fe has sido sanada.”
Todavía estaba Jesús hablando con la mujer, cuando le avisaron a Jairo que su hija había muerto. Jairo sintió que el mundo le caía encima aplastándolo. Estaba destruido. Al verlo Jesús le dice: “No tengas miedo, cree solamente...”
“No tengas miedo, cree solamente...”
Tanto Jesús como Jairo continúan caminando hacia la casa del jefe de la sinagoga. Al llegar y ver a la gente llorando, Jesús les dice: La niña no esta muerte sino dormida. Al oír esto la gente se burló de Jesús.
Jesús por su parte, entró donde estaba la niña y tomándola de la mano el dijo: Muchacha, levántate. Ella se levantó y echó a andar.
Jesús siempre acompaña a los que sufren, a los desesperados. Tanto la mujer con flujo copo Jairo creyeron en Jesús. Se fe fue tan intensa que vencieron a la enfermedad y a la muerte. Su fe les hizo nacer a la esperanza. Su fe los impulso a caminar a la vida.
Esto es muy importante en nuestras iglesias porque la fe se ha reducido a ceremoniales litúrgicos, que no toman en cuenta las necesidades de la gente. De los males de mujeres con flujo de sangre que andan buscando a Jesús y de los Jairos, desesperados, con sus hijas apunto de morir .Ir al encuentro de estas personas es nuestro llamado. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 30 de junio de 2003
Jesús de Nazaret, durante el desarrollo de su trabajo político, se encontró con muchas situaciones límite, en las cuales era necesario actuar de manera contundente.
En cada una de estas situaciones, Jesús se acerca alas personas excluidas
(mujeres, enfermos, extranjeros, huérfanos., viudas) y responde a los que le buscan.- Su mirada y su sonrisa siempre están dirigidas a los que sufren. Aparecen elementos comunes: el dolor, el sufrimiento, la lucha y la esperanza.
En este texto, hay dos historias que se entrecruzan, ambas se alimentan mutuamente. Por una parte, la historia de Jairo y su hija enferma y por la otra, la de una mujer enferma, con derrames de sangre...
Al principio del texto nos encontramos con Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, que se lanza a los pies de Jesús para rogarle que vaya con él y salve a su hija que esta enferma. Jesús abandonó lo que estaba haciendo y se fue junto con Jairo a la casa de este, le seguía una multitud.
Entre esta multitud, había una mujer, que desde hacía doce años estaba enferma con derrames de sangre y había gastado lo que tenía, sin haberse curado. Era una mujer que “había sufrido mucho.”
Cuando esta mujer oyó hablar de Jesús su rostro se llenó de esperanza. Era la oportunidad de su vida. Y empujó hasta acercarse a él y sentir su respiración. Estaba a s espaldas. Extendió su mano y lo tocó. Su mundo se transformó...
Jesús, notó que de su persona había salido poder y quedó confundido. La fe de la mujer fu tan poderosa que logró liberar poder de Jesús. Este preguntó que había pasado. La mujer aceptó su acción.
La mujer también se sentía confundida. Se sentía diferente. Estaba curada y no podía creerlo. Lo que hizo fue arrodillarse y contarles toda la verdad. Jesús le dijo: “Hija, por tu fe has sido sanada.”
Todavía estaba Jesús hablando con la mujer, cuando le avisaron a Jairo que su hija había muerto. Jairo sintió que el mundo le caía encima aplastándolo. Estaba destruido. Al verlo Jesús le dice: “No tengas miedo, cree solamente...”
“No tengas miedo, cree solamente...”
Tanto Jesús como Jairo continúan caminando hacia la casa del jefe de la sinagoga. Al llegar y ver a la gente llorando, Jesús les dice: La niña no esta muerte sino dormida. Al oír esto la gente se burló de Jesús.
Jesús por su parte, entró donde estaba la niña y tomándola de la mano el dijo: Muchacha, levántate. Ella se levantó y echó a andar.
Jesús siempre acompaña a los que sufren, a los desesperados. Tanto la mujer con flujo copo Jairo creyeron en Jesús. Se fe fue tan intensa que vencieron a la enfermedad y a la muerte. Su fe les hizo nacer a la esperanza. Su fe los impulso a caminar a la vida.
Esto es muy importante en nuestras iglesias porque la fe se ha reducido a ceremoniales litúrgicos, que no toman en cuenta las necesidades de la gente. De los males de mujeres con flujo de sangre que andan buscando a Jesús y de los Jairos, desesperados, con sus hijas apunto de morir .Ir al encuentro de estas personas es nuestro llamado. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 30 de junio de 2003
miércoles, 27 de febrero de 2008
Los refugiados: una historia de sufrimiento y de esperanza 20-junio-03
LOS REFUGIADOS: UNA HISTORIA DE SUFRIMIENTO Y DE ESPERANZA
La experiencia de ser refugiado o refugiada es una de las más significativas en la historia de la humanidad. Por lo general, cada país, cada pueblo, ha sido refugiado y ha recibido refugiados. La dialéctica de ambas situaciones ha moldeado la historia y ha marcado la identidad de las naciones y de su cultura, de su memoria histórica, de su ser colectivo, de su religión.
Nuestra tradición cristiana - En la Biblia se registran estas experiencias en diversos momentos, en diversos libros. La Biblia narra la historia de un pueblo que camina hacia su liberación. Y en este caminar conoce la experiencia del destierro, de la persecución política, del cautiverio, de buscar y encontrar refugio. He seleccionado tres situaciones para ilustrar este punto.
La primera la encontramos en Deuteronomio 10, versículos del 16 al l9. Y es un mandato de Yahvé a partir de la experiencia del éxodo y de caminar por el desierto hacia la tierra prometida. Es un mandato muy categórico trasmitido por Moisés. Se pretende evitar la creación de una sociedad basada en la explotación. Y dice lo siguiente:
"Pongan en su corazón la marca del pacto... porque el Señor su Dios es el dios de dioses y el Señor de señores... que ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre ustedes.Ustedes, pues, amen al extranjero, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto." Dios nos manda amar, alimentar y vestir al extranjero, al refugiado. Amar, alimentar y vestir. El mandato es muy claro.
La segunda lectura trata sobre la situación de los refugiados, se encuentra en el salmo 137, que lleva el titulo de Junto a los ríos de Babilonia. Los refugiados vivían en Babilonia añorando,soñando, pensando en Israel. Si uno ha sido refugiado este poema le toca fuertemente. Es un poema muy poderoso. Dice lo siguiente:
Sentados junto a los ríos de Babilonia / llorábamos al acordarnos de Sion.
En los álamos que hay en la ciudad / colgábamos nuestras arpas.
Allí, los que nos habían llevado cautivos / los que todo nos lo habían arrebatado
Nos pedían que cantáramos con alegría / ¡que les cantáramos canciones de Sion!
¿Cantar nosotros canciones del Señor en tierra extraña?
¡Si llego a olvidarte Jerusalén, que se me seque la mano derecha!
¡Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti,
si no te pongo, Jerusalén, por encima de mi propia alegría!
¡Tu, Babilonia, serás destruida!
¡Feliz el que te de tu merecido por lo que nos hiciste!
En tercer lugar, deseo compartirles la experiencia de Jesús de Nazaret. Una experiencia de persecución. Jesús fue un refugiado cuando era niño. Pienso que esto le ayudo a ser Jesús. Junto con sus padres vivió la experiencia de ser refugiado en Egipto. Me permito leerles a Mateo, capitulo 2, versículos del 13 al 15:
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo": Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo."José se levantó, tomo al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto.
Nuestra identidad.
Esta es nuestra tradición cristiana, nuestras fuentes. Y esta muy vinculada a
nuestra historia como pueblo. El Salvador desde sus raíces es un pueblo de refugiados. Es parte de nuestra identidad como pueblo. Lo somos desde nuestros orígenes indígenas. Les comparto un poema de Pedro Geoffroy Rivas, de su libro Los nietos del jaguar, se titula Cuenta de laperegrinación, y dice así:
Anduvimos errantes / años, años, anduvimos errantes / la ventisca el granito los violentos
vendavales las grandes bestias devoradoras / nada pudo detener nuestros pasos / cruzamos ríos
montes / abismos de terror / cumbres a las que nadie se atreviera antes / pavorosos desiertos nada
pudo detener nuestros pasos / en tierra, arena roca dejamos hondas huellas junto al mar
caminamos / sobre las altas sierras / de día caminamos de noche / sin detenernos / caminamos
naciendo y caminando / soñando y caminando / pariendo y caminando / caminamos cantando y
caminando / nada pudo detener nuestros pasos / con nuestra casa a cuestas enterrando fechas /
estableciendo muertos / caminando con el sol en los ojos / con el sol a la espalda sudorosos /
hambrientos / caminando / negros de sueño / heridos por la sed / sin luna tropezando duros de frío
/ caminando / de grito en grito estableciendo el rumbo / caminando / dolor afuera / caminando /
directos al destino / caminando / creciendo en esperanza / caminando años, años, años
caminando, caminando, caminando.
También Roque Dalton retrata nuestra identidad como refugiados en su Poema de Amor:
los sembradores de maíz en plena selva extranjera / los reyes de la pagina roja, los que nunca sabe
nadie de donde son / los mejores artesanos del mundo, los que fueron cosidos a balazos al cruzar
la frontera, / los que murieron de paludismo o de las picadas del escorpión o la barba amarilla / en el
infierno de las bananeras, los que lloraron borrachos por el himno nacional / bajo el ciclón del
Pacifico o la nieve del norte, los arrimados, los mendigos, los marihuaneros...
Nuestra experiencia
En los años ochenta del siglo pasado, el conflicto armado provoca una
herida muy grande en nuestro tejido social y miles, decenas de miles de salvadoreños y salvadoreñas huyeron dela represión y buscaron refugio en muchos países, en Estados Unidos,México, Canadá, Cuba, Suecia, hasta en Australia. Y tuvimos también refugiados internos.
Como Iglesia Luterana, abrimos un centro para refugiados en Nejapa, al norte de San Salvador,llamado Fe y Esperanza. Fue una experiencia que nos transformó como iglesia. El contacto con los refugiados nos enseño a ser iglesia comprometida. Los refugiados nos enseñaron a ser luz en las tinieblas de la dictadura, a ser sal de esta tierra combativa.
En estos últimos años, hemos vivido una nueva experiencia. Nos hemos declarado una Iglesia Santuario. Una iglesia de puertas abiertas para nuestros hermanos y hermanas colombianos,ecuatorianos, peruanos, que pasan por nuestro país rumbo al norte y a veces se quedan a vivir aquí,y son discriminados y reprimidos. Tenemos hasta personas de Nigeria y de Albania refugiados en nuestra iglesia. Hoy somos nosotros los que recibimos. Y debemos como iglesias asumir esa responsabilidad. Abrir las puertas de nuestros corazones y de nuestras iglesias a los refugiados y refugiadas. Acompañarles en sus luchas por legalizar su situación.
Asumir el desafío de acompañar a los refugiados es parte de nuestra identidad evangélica. Es parte de nuestras raíces de pueblo que peregrina hacia el reino de Dios. Somos un pueblo que diariamente camina hacia Estados Unidos porque el sistema capitalista nos expulsa de nuestra Patria. Y nos obliga a marchar hacia la metrópoli. Y nuestro pueblo camina por el desierto de Arizona, de Sonora, en busca del pan, en busca del empleo, en busca de la seguridad, de la educación, de la vivienda, que se nos niega en El Salvador.
Caminar por el desierto, de la misma manera que lo hizo el pueblo de Israel, es una experiencia colectiva que nos unifica y nos enseña a soñar y a luchar. De la misma forma en Babilonia, en Nueva York, en Washington, en Filadelfia, en Los Ángeles, nuestro pueblo llora al recordar nuestros ríos y montañas, nuestros volcanes y la sonrisa de nuestra gente en los mercados y las calles, al pensar en las marchas con los puños en alto exigiendo justicia y democracia.
Ser refugiado es vivir con las raíces arrancadas. Un amigo salvadoreño que fue refugiado, me contaba que cuando salió de El Salvador, cuando despego el avión, él sintió como si lo estaban arrancando de la tierra, como un arbusto que es arrancado con violencia. Y todavía llora al recordar ese día. Y todavía cuando piensa en El Salvador se estremece.
Ser refugiado es vivir un proceso violento, doloroso y opresivo. El miedo y el hambre continúan fabricando refugiados en todos los continentes. Penetrar en el corazón de un refugiado es encontrarse con una persona que sufre y que espera, que llora y que sueña... El refugiado vive en el miedo, agobiado por muchos miedos, de ser capturado, de ser deportado, de no poder darle de comer a sus hijos, de no encontrar empleo, de fracasar.
Pero es importante establecer que los refugiados también luchan por sus derechos y que al hacerlo recuperan la esperanza y la alegría. Como Comunidades de Fe y Vida saludamos y acompañamos la lucha de los refugiados por sus derechos humanos; por el derecho de residir legalmente en nuestro país, y tener un documento de identidad y un empleo. Como COFEVI saludamos al Colectivo de Colombianos Refugiados en El Salvador.
Finalmente, quiero hace un llamado para que no reproduzcamos la conducta del imperio. A nuestros hermanos se les persigue. Y nosotros copiamos esas conductas y como país, como gobierno, perseguimos, encarcelamos, humillamos, reprimimos a nuestros hermanos colombianos,ecuatorianos, peruanos, que pasan por nuestro territorio o viven con nosotros. Estamos haciendo muy poco como sociedad civil para frenar estos abusos y para solidarizarnos con estos hermanos que necesitan todo nuestro apoyo. Les hago un llamado a acompañarlos. Y al hacerlo estamos a
la vez democratizando nuestro país. Gracias.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana salvadoreña. Ponencia en Foro sobre Refugiados.
La experiencia de ser refugiado o refugiada es una de las más significativas en la historia de la humanidad. Por lo general, cada país, cada pueblo, ha sido refugiado y ha recibido refugiados. La dialéctica de ambas situaciones ha moldeado la historia y ha marcado la identidad de las naciones y de su cultura, de su memoria histórica, de su ser colectivo, de su religión.
Nuestra tradición cristiana - En la Biblia se registran estas experiencias en diversos momentos, en diversos libros. La Biblia narra la historia de un pueblo que camina hacia su liberación. Y en este caminar conoce la experiencia del destierro, de la persecución política, del cautiverio, de buscar y encontrar refugio. He seleccionado tres situaciones para ilustrar este punto.
La primera la encontramos en Deuteronomio 10, versículos del 16 al l9. Y es un mandato de Yahvé a partir de la experiencia del éxodo y de caminar por el desierto hacia la tierra prometida. Es un mandato muy categórico trasmitido por Moisés. Se pretende evitar la creación de una sociedad basada en la explotación. Y dice lo siguiente:
"Pongan en su corazón la marca del pacto... porque el Señor su Dios es el dios de dioses y el Señor de señores... que ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre ustedes.Ustedes, pues, amen al extranjero, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto." Dios nos manda amar, alimentar y vestir al extranjero, al refugiado. Amar, alimentar y vestir. El mandato es muy claro.
La segunda lectura trata sobre la situación de los refugiados, se encuentra en el salmo 137, que lleva el titulo de Junto a los ríos de Babilonia. Los refugiados vivían en Babilonia añorando,soñando, pensando en Israel. Si uno ha sido refugiado este poema le toca fuertemente. Es un poema muy poderoso. Dice lo siguiente:
Sentados junto a los ríos de Babilonia / llorábamos al acordarnos de Sion.
En los álamos que hay en la ciudad / colgábamos nuestras arpas.
Allí, los que nos habían llevado cautivos / los que todo nos lo habían arrebatado
Nos pedían que cantáramos con alegría / ¡que les cantáramos canciones de Sion!
¿Cantar nosotros canciones del Señor en tierra extraña?
¡Si llego a olvidarte Jerusalén, que se me seque la mano derecha!
¡Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti,
si no te pongo, Jerusalén, por encima de mi propia alegría!
¡Tu, Babilonia, serás destruida!
¡Feliz el que te de tu merecido por lo que nos hiciste!
En tercer lugar, deseo compartirles la experiencia de Jesús de Nazaret. Una experiencia de persecución. Jesús fue un refugiado cuando era niño. Pienso que esto le ayudo a ser Jesús. Junto con sus padres vivió la experiencia de ser refugiado en Egipto. Me permito leerles a Mateo, capitulo 2, versículos del 13 al 15:
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo": Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo."José se levantó, tomo al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto.
Nuestra identidad.
Esta es nuestra tradición cristiana, nuestras fuentes. Y esta muy vinculada a
nuestra historia como pueblo. El Salvador desde sus raíces es un pueblo de refugiados. Es parte de nuestra identidad como pueblo. Lo somos desde nuestros orígenes indígenas. Les comparto un poema de Pedro Geoffroy Rivas, de su libro Los nietos del jaguar, se titula Cuenta de laperegrinación, y dice así:
Anduvimos errantes / años, años, anduvimos errantes / la ventisca el granito los violentos
vendavales las grandes bestias devoradoras / nada pudo detener nuestros pasos / cruzamos ríos
montes / abismos de terror / cumbres a las que nadie se atreviera antes / pavorosos desiertos nada
pudo detener nuestros pasos / en tierra, arena roca dejamos hondas huellas junto al mar
caminamos / sobre las altas sierras / de día caminamos de noche / sin detenernos / caminamos
naciendo y caminando / soñando y caminando / pariendo y caminando / caminamos cantando y
caminando / nada pudo detener nuestros pasos / con nuestra casa a cuestas enterrando fechas /
estableciendo muertos / caminando con el sol en los ojos / con el sol a la espalda sudorosos /
hambrientos / caminando / negros de sueño / heridos por la sed / sin luna tropezando duros de frío
/ caminando / de grito en grito estableciendo el rumbo / caminando / dolor afuera / caminando /
directos al destino / caminando / creciendo en esperanza / caminando años, años, años
caminando, caminando, caminando.
También Roque Dalton retrata nuestra identidad como refugiados en su Poema de Amor:
los sembradores de maíz en plena selva extranjera / los reyes de la pagina roja, los que nunca sabe
nadie de donde son / los mejores artesanos del mundo, los que fueron cosidos a balazos al cruzar
la frontera, / los que murieron de paludismo o de las picadas del escorpión o la barba amarilla / en el
infierno de las bananeras, los que lloraron borrachos por el himno nacional / bajo el ciclón del
Pacifico o la nieve del norte, los arrimados, los mendigos, los marihuaneros...
Nuestra experiencia
En los años ochenta del siglo pasado, el conflicto armado provoca una
herida muy grande en nuestro tejido social y miles, decenas de miles de salvadoreños y salvadoreñas huyeron dela represión y buscaron refugio en muchos países, en Estados Unidos,México, Canadá, Cuba, Suecia, hasta en Australia. Y tuvimos también refugiados internos.
Como Iglesia Luterana, abrimos un centro para refugiados en Nejapa, al norte de San Salvador,llamado Fe y Esperanza. Fue una experiencia que nos transformó como iglesia. El contacto con los refugiados nos enseño a ser iglesia comprometida. Los refugiados nos enseñaron a ser luz en las tinieblas de la dictadura, a ser sal de esta tierra combativa.
En estos últimos años, hemos vivido una nueva experiencia. Nos hemos declarado una Iglesia Santuario. Una iglesia de puertas abiertas para nuestros hermanos y hermanas colombianos,ecuatorianos, peruanos, que pasan por nuestro país rumbo al norte y a veces se quedan a vivir aquí,y son discriminados y reprimidos. Tenemos hasta personas de Nigeria y de Albania refugiados en nuestra iglesia. Hoy somos nosotros los que recibimos. Y debemos como iglesias asumir esa responsabilidad. Abrir las puertas de nuestros corazones y de nuestras iglesias a los refugiados y refugiadas. Acompañarles en sus luchas por legalizar su situación.
Asumir el desafío de acompañar a los refugiados es parte de nuestra identidad evangélica. Es parte de nuestras raíces de pueblo que peregrina hacia el reino de Dios. Somos un pueblo que diariamente camina hacia Estados Unidos porque el sistema capitalista nos expulsa de nuestra Patria. Y nos obliga a marchar hacia la metrópoli. Y nuestro pueblo camina por el desierto de Arizona, de Sonora, en busca del pan, en busca del empleo, en busca de la seguridad, de la educación, de la vivienda, que se nos niega en El Salvador.
Caminar por el desierto, de la misma manera que lo hizo el pueblo de Israel, es una experiencia colectiva que nos unifica y nos enseña a soñar y a luchar. De la misma forma en Babilonia, en Nueva York, en Washington, en Filadelfia, en Los Ángeles, nuestro pueblo llora al recordar nuestros ríos y montañas, nuestros volcanes y la sonrisa de nuestra gente en los mercados y las calles, al pensar en las marchas con los puños en alto exigiendo justicia y democracia.
Ser refugiado es vivir con las raíces arrancadas. Un amigo salvadoreño que fue refugiado, me contaba que cuando salió de El Salvador, cuando despego el avión, él sintió como si lo estaban arrancando de la tierra, como un arbusto que es arrancado con violencia. Y todavía llora al recordar ese día. Y todavía cuando piensa en El Salvador se estremece.
Ser refugiado es vivir un proceso violento, doloroso y opresivo. El miedo y el hambre continúan fabricando refugiados en todos los continentes. Penetrar en el corazón de un refugiado es encontrarse con una persona que sufre y que espera, que llora y que sueña... El refugiado vive en el miedo, agobiado por muchos miedos, de ser capturado, de ser deportado, de no poder darle de comer a sus hijos, de no encontrar empleo, de fracasar.
Pero es importante establecer que los refugiados también luchan por sus derechos y que al hacerlo recuperan la esperanza y la alegría. Como Comunidades de Fe y Vida saludamos y acompañamos la lucha de los refugiados por sus derechos humanos; por el derecho de residir legalmente en nuestro país, y tener un documento de identidad y un empleo. Como COFEVI saludamos al Colectivo de Colombianos Refugiados en El Salvador.
Finalmente, quiero hace un llamado para que no reproduzcamos la conducta del imperio. A nuestros hermanos se les persigue. Y nosotros copiamos esas conductas y como país, como gobierno, perseguimos, encarcelamos, humillamos, reprimimos a nuestros hermanos colombianos,ecuatorianos, peruanos, que pasan por nuestro territorio o viven con nosotros. Estamos haciendo muy poco como sociedad civil para frenar estos abusos y para solidarizarnos con estos hermanos que necesitan todo nuestro apoyo. Les hago un llamado a acompañarlos. Y al hacerlo estamos a
la vez democratizando nuestro país. Gracias.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana salvadoreña. Ponencia en Foro sobre Refugiados.
Evangelización, ecumenismo y lucha de liberación 26-abril-03
Evangelización, ecumenismo y lucha de liberación
2003-04-26
Me da mucha alegría dirigirme a ustedes en este Primer Encuentro sobre Fe y Política organizado por nuestras Comunidades de fe y Vida (COFEVI). Son ya cinco años que hemos venido caminando en este proyecto evangélico y en este caminar hemos hecho muchas amistades, nos hemos conocido en la lucha y eso ha fortalecido mucho nuestra relación. Es por eso que estamos aquí de diferentes departamentos del país, de Santa Ana, de Sonsonate, de Ahuachapán, de San Salvador, de La Paz, de Cuscatlán, etc.
En mi intervención voy a tratar sobre los fundamentos, los principios que guían nuestra acción como comunidades de fe y Vida; sobre nuestra visión ecuménica, y si el tiempo me alcanza, sobre nuestras raíces históricas de lucha por la justicia y la liberación. Ustedes nos han conocido en la práctica, en la lucha, y hoy queremos exponerles lo que pensamos, las ideas que orientan nuestro accionar, nuestro compromiso político y social.
Evangelización y Comunidades de Fe y Vida
Durante estos últimos cinco, seis años, desde más o menos el año 98, hemos venido construyendo un proyecto evangélico, ecuménico, comprometido con las luchas de nuestro pueblo, del cual nos sentimos muy orgullosos, porque se ha convertido en un movimiento que ha estado acompañando a los sectores populares en sus diversas luchas, por la justicia, por la paz, por la democracia, y por el desarrollo.
En este esfuerzo, en esta experiencia como comunidad de vida y de fe, hemos construido cinco pilares, cinco bases, cinco fundamentos, que han ido moldeando nuestra identidad : la oración, el estudio de la Biblia, el compromiso, la amistad y el ecumenismo. Cada una de estas dimensiones es fundamental para el desarrollo de nuestro trabajo y de nuestra visión.
La oración
La oración ha estado siempre presente en nuestro accionar. En cualquier tipo de actividad en la que participemos nos caracterizamos por la oración. Por medio de la oración nos comunicamos con nuestro Dios. Nosotros creemos en un Dios de la justicia, en un Dios liberador. En un Dios que se identifica con los que sufren y que se hace presente en la historia al lado de los que luchan. Es un Dios que rechaza a los poderosos y se acerca los débiles, a los oprimidos, a los humildes.
Creemos en Yahvé, creador del cielo y de la tierra, en un Dios que escuchó los sufrimientos del pueblo de Israel y acompañó al pueblo en su liberación, en su salida de Egipto y en la construcción de una nueva sociedad; creemos en Jesús de Nazaret, que dedicó su vida a luchar por los humildes y que fue crucificado porque fue un rebelde que desafió al imperio romano, y que por esta razón Dios lo reivindicó y al hacerlo reivindico a los miles de rebeldes asesinados por el imperio; creemos en el Espíritu Santo, esa fuerza que nos permite enfrentar las dificultades, los peligros, superar los temores y tener confianza en la victoria, incluso en los momentos más difíciles. Es en este Dios trino que creemos nosotros.
El estudio de la Biblia.
Otro elementos clave de nuestra experiencia es el estudio permanente, sistemático, personal y colectivo del Antiguo y del Nuevo Testamento. Para nosotros la Biblia es el relato de la lucha por la liberación del pueblo de Israel. La Biblia es la historia de las dificultades y avances de un pueblo que lucha por su liberación. Cuando nosotros estudiamos la Biblia la relacionamos con la historia del pueblo salvadoreño, con sus sufrimientos y esperanzas.
Y la Biblia nos va iluminando nuestro caminar, nuestra práctica. Por ejemplo, con la huelga de los médicos, nosotros descubrimos muchas pistas, muchas claves en el Apocalipsis, porque la Biblia debe leerse y estudiarse desde la lucha de los pueblos, esa es la llave para entenderla. Sí no es fácil perderse y caer en actitudes aislacionistas y hasta reaccionarias, que es lo que les pasa a muchas iglesias.
Cada uno de los libros de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis refleja los esfuerzos por organizar, por unificar, por concientizar, por movilizar al pueblo de Israel, muestra la resistencia ante las invasiones y las ocupaciones militares, las dificultades de construir una nueva sociedad, la soberbia de los poderosos, los retrocesos históricos y la voluntad de vencer de los oprimidos, que se rebelan para convertirse en pueblo de Dios.
Fíjense que nosotros cada miércoles tenemos un estudio bíblico, todos los pastores de la Iglesia Luterana, cada miércoles. En estos momentos nos encontramos estudiando el Libro de los Hechos de los Apóstoles. El Rev. Jaime Dubón es el encargado de los programas de estudio del Ilforet. Del Instituto Luterano de Formación y Reflexión Teológica, la Rev. Blanca Irma Rodríguez es la encargada de Publicaciones, el Rev. Ricardo Cornejo es el encargo del programa de Fe y Política, por eso está coordinando esta actividad y este servidor es el encargado de Relaciones Ecuménicas, por eso estoy desarrollando este tema.
El compromiso
Nuestras oraciones y nuestro estudio de la Biblia nos dan fuerza y claridad para luchar. Somos una comunidad de fe muy comprometida, en lo ecuménico, en lo social y en lo político. Tenemos una presencia destacada a nivel nacional por nuestro testimonio de lucha, somos un referente ecuménico para muchos sectores nacionales e internacionales.
Hemos acompañado las diversas expresiones de protesta de nuestro pueblo, de los sectores populares. Existen cuatro dimensiones de este compromiso, la lucha por la justicia social, por la democracia política, por el desarrollo económico y por la paz mundial. Nuestros esfuerzos se dan en el plano local, nacional e internacional, en cada una de estas cuatro áreas.
Para nosotros la desigualdad, la injusticia social existente en nuestro país es un pecado, expresa una situación de ruptura de las relaciones entre Dios y la sociedad. Es un reflejo que el afán de acumular ganancias, el egoísmo, guía los pasos de este sistema de vida capitalista por encima de la amistad y la solidaridad. Y eso explica los miles de niños y niñas durmiendo en las calles, pidiendo en las esquinas de las calles, los ancianos y ancianas muriéndose de hambre.
Y esta situación genera lucha, genera protesta, genera resistencia. Y nosotros acompañamos esas luchas. Es por eso que los conocemos a ustedes. Hemos estado luchando junto con los campesinos que han desalojado violentamente de sus tierras, con los niños y niñas que han sido asesinados, con las comunidades que han luchado por tener agua, con el fortalecimiento del periódico Colatino,por la defensa del Bosque El Espino, por los derechos de las trabajadoras de las maquilas, con las comunidades afectadas por el Mitch y los terremotos.
Me acuerdo que en 1996 acompañamos a los ciudadanos de Tacuba, en Ahuachapán, para evitar que se les privatizara el agua y luego les proporcionamos asistencia legal por medio del Departamento de Derechos Humanos de nuestra iglesia para liberar a 4 compañeros que habían sido capturados. Una experiencia similar vivimos ese mismo año con la comunidad de San Ramón, en Cuscatlán, que fue una población que se levantó para evitar que ANDA les robara sus fuentes de agua. Y se enfrentaron con la PNC con machetes. Un pueblo muy combativo.
Hemos acompañado a los médicos en sus esfuerzos por evitar la privatización de la salud. El acompañamiento a las comunidades en lucha por sus derechos es nuestra forma de evangelización, así hemos evangelizado. Esta es nuestra forma de ser iglesia.
De esa misma manera hemos luchado por consolidar las instituciones creadas luego de los Acuerdos de paz de enero de 1992, como la Policía Nacional Civil y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Con mucha tristeza hemos visto como la PNC se ha ido desnaturalizando y el sueño de una policía comunitaria no pudo materializarse, al contrario nos enfrentamos con una policía cada vez más represiva, en el plano social pero también en el plano político. Y esto lo hemos denunciado y lo seguiremos denunciando.
Con respecto a la PDDH, participamos activamente, con cultos todos los miércoles fuera de sus instalaciones, para lograr la destitución de un Procurador corrupto. En la actualidad apoyamos la gestión que realiza la Procuradora Beatrice de Carrillo para elevar de nuevo el perfil de esta institución. La vigilancia sobre estas dos instituciones para que cumplan su papel es crucial para la consolidación de la democracia. Y estamos vigilantes.
Fíjense que últimamente decidimos participar en la lucha electoral, junto con el FMLN, luego de diez años de estar alejados, separados. No peleados, pero sí cada quien trabajando en su área, ellos en la lucha política y nosotros en la lucha social. Pero en septiembre del año pasado decidimos integrarnos al trabajo político. Ha sido una experiencia muy intensa. Hemos conocido un partido muy activo, muy comprometido con la lucha por la justicia y por la democracia y esto nos une, crea vínculos. Como resultado de este esfuerzo tenemos hoy hermanos y hermanas nuestros en los consejos municipales de San Salvador, Apopa, Ayutuxtepeque, Suchitoto, Zacatecoluca y Guaymango.
En algunos municipios perdimos las elecciones pero estamos seguros que nos ganamos el cariño y respeto de nuestros compañeros en Cuscatancingo, Soyapango, San Francisco Menéndez , Jujutla y diversos municipios del departamento de La Unión. Y nos preparamos ya para la batalla por la presidencia del país.
Asimismo hemos acompañado los esfuerzos de muchas comunidades por elevar sus niveles de vida, por la capacitación de sus jóvenes, por la creación de huertos caseros, por crear condiciones que permitan enfrentar la crisis del modelo de desarrollo, que ha llevado a la bancarrota de la producción agropecuaria. Nosotros podemos dar testimonio del fracaso de este modelo neoliberal reflejado en el sufrimiento y la falta de perspectivas de nuestra población rural. Nos corresponde continuar acompañando a estas comunidades pobres que luchan por su desarrollo.
También nos hemos pronunciado categóricamente en contra de las agresiones contra los pueblos del mundo, y de las misma forma que hemos condenado los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono el pasado 11 de septiembre de 2001, de esa misma forma hemos condenado los ataques terroristas del gobierno Bush contra el pueblo de Afganistán y el pueblo de Irak. Y hemos estado frente a la Embajada de Estados Unidos en múltiples ocasiones, solos o acompañados, manifestando nuestro repudio a estos crímenes contra la humanidad. La lucha por la paz mundial y la solidaridad con los pueblos que luchan por su liberación es uno de nuestros principios fundamentales.
La amistad
Para nosotros la construcción de relaciones amistosas es crucial. Los poderosos en nuestro país y en el mundo siempre tratan de dividirnos, de crear recelos, ambiciones, de fomentar rencillas personales, de promover la maniobra y el arrivismo, de premiar a los que obedecen y callan. Así actúa el sistema y esto nos provoca situaciones lamentables en nuestras iglesias, partidos políticos, organizaciones comunitarias y sindicales, cooperativas, etc.
En este marco tratamos de promover relaciones de amistad basadas en la confianza, la lealtad, la comunicación y el apoyo. Entendemos la confianza como la capacidad para abrirnos al amigo y amiga con la seguridad que no va a fallarnos, al menos voluntariamente. Con la seguridad que existe lealtad. Y que compartimos preocupaciones para buscar soluciones a problemas, y somos solidarios en el dolor y solidarios en la alegría. Y sabemos que podemos contar con una mano amiga, con una palabra amiga. De esta forma rechazamos la globalización dominante que promueve el individualismo y el pesimismo.
El ecumenismo
En los últimos años hemos desarrollado una práctica ecuménica muy intensa, que nos ha permitido superar el estancamiento de la década de los años noventa del siglo pasado. Y hemos cambiado y ampliado nuestra visión, la cual paso a compartirles. Es una visión que tiene cinco componentes. Que comprende relaciones con cinco grandes sectores religiosos que paso a enumerarles.
La religiosidad indígena
Nos sentimos muy contentos de mantener relaciones con diversas comunidades indígenas, como los compañeros de ARCAS, de Nahuizalco, que nos acompañan. Fíjense que como iglesia luterana, de origen europeo, surgida de la Reforma, para nosotros ha sido muy importante descubrir que existe una religiosidad indígena, que los conquistadores fracasaron, no pudieron destruirla, y que después de quinientos años resurge públicamente.
Y hemos acompañado a nuestros compañeros en sus rituales religiosos , con mucho respeto. Ellos son los representantes de una cultura que fue golpeado fuertemente, se pretendía destruir la religiosidad indígena y aquel que rechazaba cristianizarse se le castigaba, hasta se le mataba. Debemos con humildad aprender mucho de ellos.
Las iglesias cristianas
En primer lugar colocamos a la Iglesia Católica Romana por el peso que tiene en nuestro país. Mantenemos muy buenas relaciones con su jerarquía y con su base. Desde octubre de 1999 que firmamos una declaración conjunta sobre la justificación nuestras relaciones se han estrechado. En nuestra visión de mundo tiene un peso muy fuerte el pensamiento y el testimonio de vida de Monseñor Romero. Somos seguidores de Monseñor Romero.
Asimismo mantenemos excelentes relaciones con las iglesias surgidas de la Reforma protestante del siglo XVI. Con nuestros hermanos de la Iglesia reformada Calvinista, de la Iglesia Episcopal Anglicana y con diversas iglesias bautistas. Con ellos formamos parte del Consejo Nacional de Iglesias. Por cierto el próximo 1 de mayo tenemos un Acto Ecuménico en la Plaza del Salvador del Mundo con los diputados electos del FMLN.
También tenemos diversos niveles de relaciones con las iglesias pentecostales que surgen de campañas de reavivamiento espiritual en Estados Unidos en el siglo XIX o que han sido creadas hace algunos años. Nos referimos a las Asambleas de Dios, Tabernáculo Bíblico Bautista "Amigos de Israel", Misión Cristiana Elim., Príncipe de Paz, Luz del Mundo, etc. Fue muy interesante la lucha que emprendimos con algunas de estas iglesias allá por 1996 en contra de una legislación desde el gobierno que atentaba contra la libertad religiosa. Y denunciamos públicamente esta iniciativa gubernamental que nos colocaba como ONGs, aunque muchos de los lideres de estas iglesias eran areneros. Al final logramos que las iglesias fueran excluidas de esta legislación abusiva y represiva.
Comunidad israelita
El año pasado tuvimos a un rabino dándonos una charla sobre los fundamentos de la visión religiosa judía. Muy interesante. Y además muy progresista. Esto sucedió luego de los atentados de septiembre del 2001. Nos conocimos en ese marco. Lo importante es reconocer que somos una sociedad plural, multi-religiosa. No somos únicamente cristianos y debemos por lo tanto practicar la tolerancia y fomentar la amistad entre nuestras diversas comunidades de fe.
Comunidad musulmana
También descubrimos, descubrimos! que existe una comunidad musulmana en El Salvador. Necesitamos conocernos más. Necesitamos ir en su búsqueda. Existen mezquitas en nuestro país y lo ignorábamos, lo que nos da idea de nuestra prepotencia como cristianos.
Comunidad de la Fe Bahai
Nuestros hermanos de la Fe Bahai creen que fue Bahaulá la última revelación de Dios en la tierra, después de Zoroastro, Moisés, Jesús, y Mahoma. Son una comunidad de fe muy ecuménica y en otros países muy comprometidos socialmente. Debemos también conocerlos más. Acercarnos a ellos.
El ecumenismo
El término ecumenismo deriva de un vocablo griego, ecumene, que significa la tierra habitada, la casa de todos, el hogar universal. En la tradición protestante, durante todo el siglo pasado hubieron diversas iniciativas orientadas a lograr niveles de coordinación y unidad de las iglesias, todos estos esfuerzos culminaron con la creación del Consejo Mundial de Iglesias en Amsterdam, Holanda, en 1948, luego de la II Guerra Mundial.
Posteriormente, es una palabra que empezamos a escuchar y usar a partir de los años 60, cuando tuvo lugar en el seno de la Iglesia Católica Romana el Concilio vaticano II dirigido por el Papa Juan XXIII. En esa reunión de obispos de todo el mundo se tomaron acuerdos que iban a influenciar fuertemente el rumbo de la iglesia de manera positiva, hacia un mayor compromiso con los pobres.
Todos esos vientos de cambio llegan a América Latina y en 1968 se reúnen los obispos latinoamericanos en Medellín, Colombia y aprueban un importante documento donde reconocen que en nuestras tierras, en nuestro continente el mayor obstáculo para la salvación es el pecado estructural, la situación de opresión y pobreza en que viven las mayorías populares, además plantan que la iglesia tiene una responsabilidad especial con los más débiles, lo que se llamó la opción preferencial por los pobres. Todo esto fue de nuevo ratificado en una reunión en 1980 en Puebla, México, a la que asistió por cierto Monseñor Romero.
Fíjense que ya antes de eso, en Colombia, existió un sacerdote, Camilo Torres, que llegó a la conclusión que entre pobres y ricos no podía haber comunión, porque estaban separados por el pecado de la explotación y que los ricos tenían que entregar sus riquezas para ser dignos de la gracia de Jesucristo y por eso asume la decisión de empuñar las armas y forma el Ejercito de Liberación Nacional y se fue a combatir a las montañas, allí entregó su vida por la liberación del pueblo colombiano. Como cristianos latinoamericanos, celebramos con mucha alegría el testimonio de vida de Camilo, un luchador, un seguidor de Jesús de Nazaret.
O sea que esta es una época de mucha turbulencia política, los años sesenta, se hablaba mucho del Che Guevara en Bolivia, de la lucha guerrillera, y todo esto llega a El Salvador. En 1970 se celebra un Congreso de Reforma Agraria y participa el sacerdote Inocencio Alas y manifiesta que la tierra debe ser para el que la trabaja y causa un gran escándalo con estas declaraciones, le llueven las críticas de la oligarquía, y al terminar el congreso lo secuestran y lo golpean.
Por es tiempo también el cura que hoy es diputado del Frente, David Rodríguez, asiste a un congreso en Chile de Cristianos por el Socialismo y regresa con nuevas ideas. Sectores progresistas de la iglesia católica se lanzan a la organización de los campesinos. Todo esto estaba pasando. A esa altura, nuestras iglesias protestantes estaban todavía dormidas.
En los años setenta, el proceso ecuménico se sigue afianzando. En 1973 o 1974 se crea el primer proyecto ecuménico en nuestro país, el Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC) por jóvenes católicos, bautistas, episcopales y luteranos, dirigidos por el joven bautista Guillermo Castro, el joven católico Rogelio Cáceres y el joven episcopal Roberto Miranda, quien luego es asesinado durante la manifestación estudiantil del 30 de julio de 1975. En 1978 Monseñor Romero invita a representantes de iglesias protestantes a reunirse para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, y se celebran cultos en la Iglesia del Rosario y en la Primera Iglesia Bautista, la que queda en la avenida Cuscatlán.
En los años ochenta funcionó durante la guerra el organismo ecuménico Diaconía, que unificaba a la iglesias católica, luterana, Iglesia Bautista Emmanuel y a cooperativas de inspiración católica. La guerra unificó a las iglesias en el servicio a los desplazados por el conflicto, a los que sufrían la represión del régimen militar y se crearon centros de refugiados. Como luteranos estuvimos a cargo del refugio Fe y Esperanza, en Nejapa.
Al finalizar el conflicto y firmarse los Acuerdos de Paz en enero de 1992 dio inicio una etapa muy difícil. La Iglesia católica se separa del esfuerzo ecuménico, y las demás iglesias se dividen y surgen dos esfuerzos paralelos de trabajo ecuménico, el Consejo Nacional de Iglesias, CNI, integrado por luteranos, bautistas, reformados y episcopales y la Fraternidad Ecuménica para la Paz, Fraterpaz, formada por bautista y católicos de base, no la jerarquía.
La guerra nos había unificado y la paz nos dividía de nuevo. Paradójico pero cierto. Fueron muchos los esfuerzos por unificarnos, incluso con la visita de organismos ecuménicos internacionales y de personalidades como el obispo metodista argentino Federico Pagura, quien nos visito en 1996 por parte del CLAI, para acompañarnos en nuestro camino a la unidad.
Esta etapa difícil es superada a fines de 1999 con la firma de una declaración conjunta entre luteranos y católicos. Hacemos un gran culto en catedral Metropolitana. Luego celebramos la semana de oración por la Unidad de los Cristianos en el 2000, y a partir de septiembre de 2001 nos abrimos al macroecumenismo, con la realización de celebraciones religiosas, en las que han participado otras religiones, como la musulmana, judía y de la Fe Bahai. Durante este año de 2003, hemos realizado diversas actividades ecuménicas en repudio de la agresión contra el pueblo de Irak, hemos marchado y realizado jornadas de oración, en varias ocasiones, frente a las embajadas de Estados Unidos y de Gran Bretaña.
Este ha sido nuestro caminar ecuménico. Y estamos seguros que seguiremos caminando. Y estamos seguros que conoceremos muchos más amigos y amigas en estas luchas por la paz y la justicia. Y estamos seguros que nuestro señor Jesucristo acompaña nuestros esfuerzos. Y sabemos que enfrentaremos nuevos desafíos ecuménicos, a nivel internacional, latinoamericano, nacional y localmente. Y estamos listos para enfrentarlos.
Hermanos y hermanas: el tiempo no nos va permitir desarrollar la tercera parte de esta exposición, relacionada con la historia de lucha del pueblo salvadoreño. Lo haremos en otra ocasión. ¡Gracias y siempre Adelante!
*Ponencia de Rev. Roberto Pineda en Primer Encuentro sobre Fe y Política 2003 organizado por las Comunidades de Fe y Vida (COFEVI) y el Instituto Luterano de Formación y Reflexión Teológica (ILFORET), realizado en el Ex-Obispado Luterano, Barrio San Miguelito, San Salvador los días 25 y 26 de abril de 2003.
2003-04-26
Me da mucha alegría dirigirme a ustedes en este Primer Encuentro sobre Fe y Política organizado por nuestras Comunidades de fe y Vida (COFEVI). Son ya cinco años que hemos venido caminando en este proyecto evangélico y en este caminar hemos hecho muchas amistades, nos hemos conocido en la lucha y eso ha fortalecido mucho nuestra relación. Es por eso que estamos aquí de diferentes departamentos del país, de Santa Ana, de Sonsonate, de Ahuachapán, de San Salvador, de La Paz, de Cuscatlán, etc.
En mi intervención voy a tratar sobre los fundamentos, los principios que guían nuestra acción como comunidades de fe y Vida; sobre nuestra visión ecuménica, y si el tiempo me alcanza, sobre nuestras raíces históricas de lucha por la justicia y la liberación. Ustedes nos han conocido en la práctica, en la lucha, y hoy queremos exponerles lo que pensamos, las ideas que orientan nuestro accionar, nuestro compromiso político y social.
Evangelización y Comunidades de Fe y Vida
Durante estos últimos cinco, seis años, desde más o menos el año 98, hemos venido construyendo un proyecto evangélico, ecuménico, comprometido con las luchas de nuestro pueblo, del cual nos sentimos muy orgullosos, porque se ha convertido en un movimiento que ha estado acompañando a los sectores populares en sus diversas luchas, por la justicia, por la paz, por la democracia, y por el desarrollo.
En este esfuerzo, en esta experiencia como comunidad de vida y de fe, hemos construido cinco pilares, cinco bases, cinco fundamentos, que han ido moldeando nuestra identidad : la oración, el estudio de la Biblia, el compromiso, la amistad y el ecumenismo. Cada una de estas dimensiones es fundamental para el desarrollo de nuestro trabajo y de nuestra visión.
La oración
La oración ha estado siempre presente en nuestro accionar. En cualquier tipo de actividad en la que participemos nos caracterizamos por la oración. Por medio de la oración nos comunicamos con nuestro Dios. Nosotros creemos en un Dios de la justicia, en un Dios liberador. En un Dios que se identifica con los que sufren y que se hace presente en la historia al lado de los que luchan. Es un Dios que rechaza a los poderosos y se acerca los débiles, a los oprimidos, a los humildes.
Creemos en Yahvé, creador del cielo y de la tierra, en un Dios que escuchó los sufrimientos del pueblo de Israel y acompañó al pueblo en su liberación, en su salida de Egipto y en la construcción de una nueva sociedad; creemos en Jesús de Nazaret, que dedicó su vida a luchar por los humildes y que fue crucificado porque fue un rebelde que desafió al imperio romano, y que por esta razón Dios lo reivindicó y al hacerlo reivindico a los miles de rebeldes asesinados por el imperio; creemos en el Espíritu Santo, esa fuerza que nos permite enfrentar las dificultades, los peligros, superar los temores y tener confianza en la victoria, incluso en los momentos más difíciles. Es en este Dios trino que creemos nosotros.
El estudio de la Biblia.
Otro elementos clave de nuestra experiencia es el estudio permanente, sistemático, personal y colectivo del Antiguo y del Nuevo Testamento. Para nosotros la Biblia es el relato de la lucha por la liberación del pueblo de Israel. La Biblia es la historia de las dificultades y avances de un pueblo que lucha por su liberación. Cuando nosotros estudiamos la Biblia la relacionamos con la historia del pueblo salvadoreño, con sus sufrimientos y esperanzas.
Y la Biblia nos va iluminando nuestro caminar, nuestra práctica. Por ejemplo, con la huelga de los médicos, nosotros descubrimos muchas pistas, muchas claves en el Apocalipsis, porque la Biblia debe leerse y estudiarse desde la lucha de los pueblos, esa es la llave para entenderla. Sí no es fácil perderse y caer en actitudes aislacionistas y hasta reaccionarias, que es lo que les pasa a muchas iglesias.
Cada uno de los libros de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis refleja los esfuerzos por organizar, por unificar, por concientizar, por movilizar al pueblo de Israel, muestra la resistencia ante las invasiones y las ocupaciones militares, las dificultades de construir una nueva sociedad, la soberbia de los poderosos, los retrocesos históricos y la voluntad de vencer de los oprimidos, que se rebelan para convertirse en pueblo de Dios.
Fíjense que nosotros cada miércoles tenemos un estudio bíblico, todos los pastores de la Iglesia Luterana, cada miércoles. En estos momentos nos encontramos estudiando el Libro de los Hechos de los Apóstoles. El Rev. Jaime Dubón es el encargado de los programas de estudio del Ilforet. Del Instituto Luterano de Formación y Reflexión Teológica, la Rev. Blanca Irma Rodríguez es la encargada de Publicaciones, el Rev. Ricardo Cornejo es el encargo del programa de Fe y Política, por eso está coordinando esta actividad y este servidor es el encargado de Relaciones Ecuménicas, por eso estoy desarrollando este tema.
El compromiso
Nuestras oraciones y nuestro estudio de la Biblia nos dan fuerza y claridad para luchar. Somos una comunidad de fe muy comprometida, en lo ecuménico, en lo social y en lo político. Tenemos una presencia destacada a nivel nacional por nuestro testimonio de lucha, somos un referente ecuménico para muchos sectores nacionales e internacionales.
Hemos acompañado las diversas expresiones de protesta de nuestro pueblo, de los sectores populares. Existen cuatro dimensiones de este compromiso, la lucha por la justicia social, por la democracia política, por el desarrollo económico y por la paz mundial. Nuestros esfuerzos se dan en el plano local, nacional e internacional, en cada una de estas cuatro áreas.
Para nosotros la desigualdad, la injusticia social existente en nuestro país es un pecado, expresa una situación de ruptura de las relaciones entre Dios y la sociedad. Es un reflejo que el afán de acumular ganancias, el egoísmo, guía los pasos de este sistema de vida capitalista por encima de la amistad y la solidaridad. Y eso explica los miles de niños y niñas durmiendo en las calles, pidiendo en las esquinas de las calles, los ancianos y ancianas muriéndose de hambre.
Y esta situación genera lucha, genera protesta, genera resistencia. Y nosotros acompañamos esas luchas. Es por eso que los conocemos a ustedes. Hemos estado luchando junto con los campesinos que han desalojado violentamente de sus tierras, con los niños y niñas que han sido asesinados, con las comunidades que han luchado por tener agua, con el fortalecimiento del periódico Colatino,por la defensa del Bosque El Espino, por los derechos de las trabajadoras de las maquilas, con las comunidades afectadas por el Mitch y los terremotos.
Me acuerdo que en 1996 acompañamos a los ciudadanos de Tacuba, en Ahuachapán, para evitar que se les privatizara el agua y luego les proporcionamos asistencia legal por medio del Departamento de Derechos Humanos de nuestra iglesia para liberar a 4 compañeros que habían sido capturados. Una experiencia similar vivimos ese mismo año con la comunidad de San Ramón, en Cuscatlán, que fue una población que se levantó para evitar que ANDA les robara sus fuentes de agua. Y se enfrentaron con la PNC con machetes. Un pueblo muy combativo.
Hemos acompañado a los médicos en sus esfuerzos por evitar la privatización de la salud. El acompañamiento a las comunidades en lucha por sus derechos es nuestra forma de evangelización, así hemos evangelizado. Esta es nuestra forma de ser iglesia.
De esa misma manera hemos luchado por consolidar las instituciones creadas luego de los Acuerdos de paz de enero de 1992, como la Policía Nacional Civil y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Con mucha tristeza hemos visto como la PNC se ha ido desnaturalizando y el sueño de una policía comunitaria no pudo materializarse, al contrario nos enfrentamos con una policía cada vez más represiva, en el plano social pero también en el plano político. Y esto lo hemos denunciado y lo seguiremos denunciando.
Con respecto a la PDDH, participamos activamente, con cultos todos los miércoles fuera de sus instalaciones, para lograr la destitución de un Procurador corrupto. En la actualidad apoyamos la gestión que realiza la Procuradora Beatrice de Carrillo para elevar de nuevo el perfil de esta institución. La vigilancia sobre estas dos instituciones para que cumplan su papel es crucial para la consolidación de la democracia. Y estamos vigilantes.
Fíjense que últimamente decidimos participar en la lucha electoral, junto con el FMLN, luego de diez años de estar alejados, separados. No peleados, pero sí cada quien trabajando en su área, ellos en la lucha política y nosotros en la lucha social. Pero en septiembre del año pasado decidimos integrarnos al trabajo político. Ha sido una experiencia muy intensa. Hemos conocido un partido muy activo, muy comprometido con la lucha por la justicia y por la democracia y esto nos une, crea vínculos. Como resultado de este esfuerzo tenemos hoy hermanos y hermanas nuestros en los consejos municipales de San Salvador, Apopa, Ayutuxtepeque, Suchitoto, Zacatecoluca y Guaymango.
En algunos municipios perdimos las elecciones pero estamos seguros que nos ganamos el cariño y respeto de nuestros compañeros en Cuscatancingo, Soyapango, San Francisco Menéndez , Jujutla y diversos municipios del departamento de La Unión. Y nos preparamos ya para la batalla por la presidencia del país.
Asimismo hemos acompañado los esfuerzos de muchas comunidades por elevar sus niveles de vida, por la capacitación de sus jóvenes, por la creación de huertos caseros, por crear condiciones que permitan enfrentar la crisis del modelo de desarrollo, que ha llevado a la bancarrota de la producción agropecuaria. Nosotros podemos dar testimonio del fracaso de este modelo neoliberal reflejado en el sufrimiento y la falta de perspectivas de nuestra población rural. Nos corresponde continuar acompañando a estas comunidades pobres que luchan por su desarrollo.
También nos hemos pronunciado categóricamente en contra de las agresiones contra los pueblos del mundo, y de las misma forma que hemos condenado los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono el pasado 11 de septiembre de 2001, de esa misma forma hemos condenado los ataques terroristas del gobierno Bush contra el pueblo de Afganistán y el pueblo de Irak. Y hemos estado frente a la Embajada de Estados Unidos en múltiples ocasiones, solos o acompañados, manifestando nuestro repudio a estos crímenes contra la humanidad. La lucha por la paz mundial y la solidaridad con los pueblos que luchan por su liberación es uno de nuestros principios fundamentales.
La amistad
Para nosotros la construcción de relaciones amistosas es crucial. Los poderosos en nuestro país y en el mundo siempre tratan de dividirnos, de crear recelos, ambiciones, de fomentar rencillas personales, de promover la maniobra y el arrivismo, de premiar a los que obedecen y callan. Así actúa el sistema y esto nos provoca situaciones lamentables en nuestras iglesias, partidos políticos, organizaciones comunitarias y sindicales, cooperativas, etc.
En este marco tratamos de promover relaciones de amistad basadas en la confianza, la lealtad, la comunicación y el apoyo. Entendemos la confianza como la capacidad para abrirnos al amigo y amiga con la seguridad que no va a fallarnos, al menos voluntariamente. Con la seguridad que existe lealtad. Y que compartimos preocupaciones para buscar soluciones a problemas, y somos solidarios en el dolor y solidarios en la alegría. Y sabemos que podemos contar con una mano amiga, con una palabra amiga. De esta forma rechazamos la globalización dominante que promueve el individualismo y el pesimismo.
El ecumenismo
En los últimos años hemos desarrollado una práctica ecuménica muy intensa, que nos ha permitido superar el estancamiento de la década de los años noventa del siglo pasado. Y hemos cambiado y ampliado nuestra visión, la cual paso a compartirles. Es una visión que tiene cinco componentes. Que comprende relaciones con cinco grandes sectores religiosos que paso a enumerarles.
La religiosidad indígena
Nos sentimos muy contentos de mantener relaciones con diversas comunidades indígenas, como los compañeros de ARCAS, de Nahuizalco, que nos acompañan. Fíjense que como iglesia luterana, de origen europeo, surgida de la Reforma, para nosotros ha sido muy importante descubrir que existe una religiosidad indígena, que los conquistadores fracasaron, no pudieron destruirla, y que después de quinientos años resurge públicamente.
Y hemos acompañado a nuestros compañeros en sus rituales religiosos , con mucho respeto. Ellos son los representantes de una cultura que fue golpeado fuertemente, se pretendía destruir la religiosidad indígena y aquel que rechazaba cristianizarse se le castigaba, hasta se le mataba. Debemos con humildad aprender mucho de ellos.
Las iglesias cristianas
En primer lugar colocamos a la Iglesia Católica Romana por el peso que tiene en nuestro país. Mantenemos muy buenas relaciones con su jerarquía y con su base. Desde octubre de 1999 que firmamos una declaración conjunta sobre la justificación nuestras relaciones se han estrechado. En nuestra visión de mundo tiene un peso muy fuerte el pensamiento y el testimonio de vida de Monseñor Romero. Somos seguidores de Monseñor Romero.
Asimismo mantenemos excelentes relaciones con las iglesias surgidas de la Reforma protestante del siglo XVI. Con nuestros hermanos de la Iglesia reformada Calvinista, de la Iglesia Episcopal Anglicana y con diversas iglesias bautistas. Con ellos formamos parte del Consejo Nacional de Iglesias. Por cierto el próximo 1 de mayo tenemos un Acto Ecuménico en la Plaza del Salvador del Mundo con los diputados electos del FMLN.
También tenemos diversos niveles de relaciones con las iglesias pentecostales que surgen de campañas de reavivamiento espiritual en Estados Unidos en el siglo XIX o que han sido creadas hace algunos años. Nos referimos a las Asambleas de Dios, Tabernáculo Bíblico Bautista "Amigos de Israel", Misión Cristiana Elim., Príncipe de Paz, Luz del Mundo, etc. Fue muy interesante la lucha que emprendimos con algunas de estas iglesias allá por 1996 en contra de una legislación desde el gobierno que atentaba contra la libertad religiosa. Y denunciamos públicamente esta iniciativa gubernamental que nos colocaba como ONGs, aunque muchos de los lideres de estas iglesias eran areneros. Al final logramos que las iglesias fueran excluidas de esta legislación abusiva y represiva.
Comunidad israelita
El año pasado tuvimos a un rabino dándonos una charla sobre los fundamentos de la visión religiosa judía. Muy interesante. Y además muy progresista. Esto sucedió luego de los atentados de septiembre del 2001. Nos conocimos en ese marco. Lo importante es reconocer que somos una sociedad plural, multi-religiosa. No somos únicamente cristianos y debemos por lo tanto practicar la tolerancia y fomentar la amistad entre nuestras diversas comunidades de fe.
Comunidad musulmana
También descubrimos, descubrimos! que existe una comunidad musulmana en El Salvador. Necesitamos conocernos más. Necesitamos ir en su búsqueda. Existen mezquitas en nuestro país y lo ignorábamos, lo que nos da idea de nuestra prepotencia como cristianos.
Comunidad de la Fe Bahai
Nuestros hermanos de la Fe Bahai creen que fue Bahaulá la última revelación de Dios en la tierra, después de Zoroastro, Moisés, Jesús, y Mahoma. Son una comunidad de fe muy ecuménica y en otros países muy comprometidos socialmente. Debemos también conocerlos más. Acercarnos a ellos.
El ecumenismo
El término ecumenismo deriva de un vocablo griego, ecumene, que significa la tierra habitada, la casa de todos, el hogar universal. En la tradición protestante, durante todo el siglo pasado hubieron diversas iniciativas orientadas a lograr niveles de coordinación y unidad de las iglesias, todos estos esfuerzos culminaron con la creación del Consejo Mundial de Iglesias en Amsterdam, Holanda, en 1948, luego de la II Guerra Mundial.
Posteriormente, es una palabra que empezamos a escuchar y usar a partir de los años 60, cuando tuvo lugar en el seno de la Iglesia Católica Romana el Concilio vaticano II dirigido por el Papa Juan XXIII. En esa reunión de obispos de todo el mundo se tomaron acuerdos que iban a influenciar fuertemente el rumbo de la iglesia de manera positiva, hacia un mayor compromiso con los pobres.
Todos esos vientos de cambio llegan a América Latina y en 1968 se reúnen los obispos latinoamericanos en Medellín, Colombia y aprueban un importante documento donde reconocen que en nuestras tierras, en nuestro continente el mayor obstáculo para la salvación es el pecado estructural, la situación de opresión y pobreza en que viven las mayorías populares, además plantan que la iglesia tiene una responsabilidad especial con los más débiles, lo que se llamó la opción preferencial por los pobres. Todo esto fue de nuevo ratificado en una reunión en 1980 en Puebla, México, a la que asistió por cierto Monseñor Romero.
Fíjense que ya antes de eso, en Colombia, existió un sacerdote, Camilo Torres, que llegó a la conclusión que entre pobres y ricos no podía haber comunión, porque estaban separados por el pecado de la explotación y que los ricos tenían que entregar sus riquezas para ser dignos de la gracia de Jesucristo y por eso asume la decisión de empuñar las armas y forma el Ejercito de Liberación Nacional y se fue a combatir a las montañas, allí entregó su vida por la liberación del pueblo colombiano. Como cristianos latinoamericanos, celebramos con mucha alegría el testimonio de vida de Camilo, un luchador, un seguidor de Jesús de Nazaret.
O sea que esta es una época de mucha turbulencia política, los años sesenta, se hablaba mucho del Che Guevara en Bolivia, de la lucha guerrillera, y todo esto llega a El Salvador. En 1970 se celebra un Congreso de Reforma Agraria y participa el sacerdote Inocencio Alas y manifiesta que la tierra debe ser para el que la trabaja y causa un gran escándalo con estas declaraciones, le llueven las críticas de la oligarquía, y al terminar el congreso lo secuestran y lo golpean.
Por es tiempo también el cura que hoy es diputado del Frente, David Rodríguez, asiste a un congreso en Chile de Cristianos por el Socialismo y regresa con nuevas ideas. Sectores progresistas de la iglesia católica se lanzan a la organización de los campesinos. Todo esto estaba pasando. A esa altura, nuestras iglesias protestantes estaban todavía dormidas.
En los años setenta, el proceso ecuménico se sigue afianzando. En 1973 o 1974 se crea el primer proyecto ecuménico en nuestro país, el Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC) por jóvenes católicos, bautistas, episcopales y luteranos, dirigidos por el joven bautista Guillermo Castro, el joven católico Rogelio Cáceres y el joven episcopal Roberto Miranda, quien luego es asesinado durante la manifestación estudiantil del 30 de julio de 1975. En 1978 Monseñor Romero invita a representantes de iglesias protestantes a reunirse para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, y se celebran cultos en la Iglesia del Rosario y en la Primera Iglesia Bautista, la que queda en la avenida Cuscatlán.
En los años ochenta funcionó durante la guerra el organismo ecuménico Diaconía, que unificaba a la iglesias católica, luterana, Iglesia Bautista Emmanuel y a cooperativas de inspiración católica. La guerra unificó a las iglesias en el servicio a los desplazados por el conflicto, a los que sufrían la represión del régimen militar y se crearon centros de refugiados. Como luteranos estuvimos a cargo del refugio Fe y Esperanza, en Nejapa.
Al finalizar el conflicto y firmarse los Acuerdos de Paz en enero de 1992 dio inicio una etapa muy difícil. La Iglesia católica se separa del esfuerzo ecuménico, y las demás iglesias se dividen y surgen dos esfuerzos paralelos de trabajo ecuménico, el Consejo Nacional de Iglesias, CNI, integrado por luteranos, bautistas, reformados y episcopales y la Fraternidad Ecuménica para la Paz, Fraterpaz, formada por bautista y católicos de base, no la jerarquía.
La guerra nos había unificado y la paz nos dividía de nuevo. Paradójico pero cierto. Fueron muchos los esfuerzos por unificarnos, incluso con la visita de organismos ecuménicos internacionales y de personalidades como el obispo metodista argentino Federico Pagura, quien nos visito en 1996 por parte del CLAI, para acompañarnos en nuestro camino a la unidad.
Esta etapa difícil es superada a fines de 1999 con la firma de una declaración conjunta entre luteranos y católicos. Hacemos un gran culto en catedral Metropolitana. Luego celebramos la semana de oración por la Unidad de los Cristianos en el 2000, y a partir de septiembre de 2001 nos abrimos al macroecumenismo, con la realización de celebraciones religiosas, en las que han participado otras religiones, como la musulmana, judía y de la Fe Bahai. Durante este año de 2003, hemos realizado diversas actividades ecuménicas en repudio de la agresión contra el pueblo de Irak, hemos marchado y realizado jornadas de oración, en varias ocasiones, frente a las embajadas de Estados Unidos y de Gran Bretaña.
Este ha sido nuestro caminar ecuménico. Y estamos seguros que seguiremos caminando. Y estamos seguros que conoceremos muchos más amigos y amigas en estas luchas por la paz y la justicia. Y estamos seguros que nuestro señor Jesucristo acompaña nuestros esfuerzos. Y sabemos que enfrentaremos nuevos desafíos ecuménicos, a nivel internacional, latinoamericano, nacional y localmente. Y estamos listos para enfrentarlos.
Hermanos y hermanas: el tiempo no nos va permitir desarrollar la tercera parte de esta exposición, relacionada con la historia de lucha del pueblo salvadoreño. Lo haremos en otra ocasión. ¡Gracias y siempre Adelante!
*Ponencia de Rev. Roberto Pineda en Primer Encuentro sobre Fe y Política 2003 organizado por las Comunidades de Fe y Vida (COFEVI) y el Instituto Luterano de Formación y Reflexión Teológica (ILFORET), realizado en el Ex-Obispado Luterano, Barrio San Miguelito, San Salvador los días 25 y 26 de abril de 2003.
Pentecostés es lucha y esperanza 9-junio-03
Reflexión sobre hechos 2:1-13
Pentecostés es la fiesta de la victoria. Pentecostés es la certeza que la justicia vencerá a los malvados. Pentecostés es l alegría de la cosecha. Pentecostés es la dignidad de los pueblos frente a sus opresores. Pentecostés es la rebeldía frente al imperio. Pentecostés es lucha y esperanza.
En Hechos de los apóstoles encontramos el relato clásico de este encuentro maravilloso entre los seguidores de Jesús y el Espíritu Santo. Es un encuentro que tiene el misterio de un apretón de manos, de una sonrisa entre amigos, de un abrazo solidario, de una bandera extendida hacia el futuro.
Pentecostés irrumpe con una situación de fracaso y de angustia. Los discípulos se sentían derrotados, sin perspectivas, hundidos en la desolación, aplastados por el imperio. Sobrevivían en el temor y la tristeza. Sus vidas habían perdido el sentido, el rumbo.
Y de repente, todo se transforma y se vive un momento muy intenso de cambio. Eso fue Pentecostés. Un momento muy intenso de cambio. Una experiencia de transformación, de renovación. Cada pueblo y cada persona atraviesan por Pentecostés en el camino de la historia de su vida.
Los discípulos de Jesús experimentaron Pentecostés como el acontecimiento, mediante el que abandonan su acomodamiento y temor y se lanzan al río tempestuoso de la lucha, con la seguridad en la victoria, sin miedo a ahogarse, con una fe firme como una roca.
El Moncada fue Pentecostés para Cuba. Cuba significa para nosotros la alegría de niños y niñas con sus cuadernos bajo el brazo rumbo a la escuela, significa la dignidad rebelde de nuestros pueblos.
La firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992 fue Pentecostés para El Salvador. Terminó el conflicto armado e inició una nueva época de luchas por la democracia y el desarrollo.
En el texto citado, Hechos 2:1-13, Lucas nos ofrece una descripción gráfica del Pentecostés. Se habla de viento huracanado. Los vientos huracanados del pueblo que se levantan para emprender la marcha hacia su liberación.
Se habla de lenguas de fuego, repartidas sobre cada uno de ellos; Jesús enciende fuego en nuestros corazones para seguirle.
Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo se derrama, brota, se difunde, no hay cadenas que puedan aprisionarle, rompe con las ataduras del pecado de la opresión.
Y comenzaron a hablar en otras lenguas. La lucha por la liberación tiene carácter universal porque en cualquier lugar que alguien sufre siempre surge alguien que se solidariza.
El Pentecostés es un río caudaloso y desbordado que nos inunda la vida de lucha y de esperanza. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 9 de junio de 2003
Pentecostés es la fiesta de la victoria. Pentecostés es la certeza que la justicia vencerá a los malvados. Pentecostés es l alegría de la cosecha. Pentecostés es la dignidad de los pueblos frente a sus opresores. Pentecostés es la rebeldía frente al imperio. Pentecostés es lucha y esperanza.
En Hechos de los apóstoles encontramos el relato clásico de este encuentro maravilloso entre los seguidores de Jesús y el Espíritu Santo. Es un encuentro que tiene el misterio de un apretón de manos, de una sonrisa entre amigos, de un abrazo solidario, de una bandera extendida hacia el futuro.
Pentecostés irrumpe con una situación de fracaso y de angustia. Los discípulos se sentían derrotados, sin perspectivas, hundidos en la desolación, aplastados por el imperio. Sobrevivían en el temor y la tristeza. Sus vidas habían perdido el sentido, el rumbo.
Y de repente, todo se transforma y se vive un momento muy intenso de cambio. Eso fue Pentecostés. Un momento muy intenso de cambio. Una experiencia de transformación, de renovación. Cada pueblo y cada persona atraviesan por Pentecostés en el camino de la historia de su vida.
Los discípulos de Jesús experimentaron Pentecostés como el acontecimiento, mediante el que abandonan su acomodamiento y temor y se lanzan al río tempestuoso de la lucha, con la seguridad en la victoria, sin miedo a ahogarse, con una fe firme como una roca.
El Moncada fue Pentecostés para Cuba. Cuba significa para nosotros la alegría de niños y niñas con sus cuadernos bajo el brazo rumbo a la escuela, significa la dignidad rebelde de nuestros pueblos.
La firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992 fue Pentecostés para El Salvador. Terminó el conflicto armado e inició una nueva época de luchas por la democracia y el desarrollo.
En el texto citado, Hechos 2:1-13, Lucas nos ofrece una descripción gráfica del Pentecostés. Se habla de viento huracanado. Los vientos huracanados del pueblo que se levantan para emprender la marcha hacia su liberación.
Se habla de lenguas de fuego, repartidas sobre cada uno de ellos; Jesús enciende fuego en nuestros corazones para seguirle.
Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo se derrama, brota, se difunde, no hay cadenas que puedan aprisionarle, rompe con las ataduras del pecado de la opresión.
Y comenzaron a hablar en otras lenguas. La lucha por la liberación tiene carácter universal porque en cualquier lugar que alguien sufre siempre surge alguien que se solidariza.
El Pentecostés es un río caudaloso y desbordado que nos inunda la vida de lucha y de esperanza. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 9 de junio de 2003
martes, 26 de febrero de 2008
Desde Atiquizaya, orgullosos de nuestra identidad cultural...23-mayo-03
Nos sentimos muy alegres de estar aquí en Atiquizaya, una población con una larga trayectoria de lucha y con una riquísima herencia cultural de nuestros antepasados mayas. La lucha popular por la justicia y las raíces indígenas de nuestra identidad cultural son dos expresiones muy significativas de este pueblo.
Es para mi un honor estarme dirigiendo a jóvenes, hombres y mujeres, descendientes de una de las más importantes culturas que ha conocido la historia universal, la cultura maya, en este Sitio de Manantiales, que formaba parte de un área de ceremonias religiosas. Debemos estar orgullosos de nuestra identidad cultural.
En este mundo globalizador, es clave conocer nuestra identidad, la riqueza de nuestra cultura y de nuestra historia, para no ser barridos por la tormenta globalizadora que pretende que todos seamos lo mismo, y que trata de imponernos un discurso único. Pero somos muy diferentes, con raíces históricas muy fuertes, y esto nos da mucha fortaleza para resistir el ataque del modelo globalizante neo-liberal.
Vivimos una situación muy difícil a nivel internacional. Recientemente los estados Unidos decidieron intervenir militarmente en Irak, y pasaron por encima de las Naciones Unidas, bombardearon y hoy mantienen una repudiable ocupación militar. Fueron a Irak por petróleo y por agua. Estos son dos recursos estratégicos que necesitan para garantizar su futuro como superpotencia.
Y luego de Irak, el gobierno de George Bush Hijo esta amenazando a otros países, a Irán, Corea del Norte, incluso esta amenazando a Cuba, amenazando a Venezuela. Hay que leer, estudiar las situaciones de esos países para evitar ser engañados por la propaganda originada en Washington. Es clave responder estos actos de agresión y de prepotencia del gobierno estadounidense.
Los Estados Unidos están militarizando el mundo, como Ustedes saben, en Comalapa, han instalado una base militar, supuestamente para combatir el tráfico de drogas, pero en realidad forma parte de un dispositivo contrainsurgente, es un centro de comunicaciones, de inteligencia militar.
Y en nuestro país, los dueños de la globalización nos están imponiendo un Tratado de Libre Comercio con USA que nos hundirá más en la miseria porque destruirá aún más la ya golpeada agricultura y destruirá nuestra raquítica industria. Los únicos beneficiados serán los banqueros y algunos grandes comerciantes.
Es por eso que nos oponemos a estos megaproye4ctos como los TLC, el Plan Puebla Panamá, y claro, el ALCA. Todos ellos están orientados a integrarnos al bloque económico norteamericano, a insertarnos en su estrategia económica.
Y al mismo tiempo se sigue expulsando a nuestra población para Estados Unidos. Sí, son obligados a irse porque aquí no hay trabajo ni hay oportunidades. Y si en el camino hacia estados Unidos muchas veces enfrentan la muerte en el desierto. Esta es una evidencia del fracaso del sistema, es un sistema capitalista fracasado que no puede proporcionarle empleo ni una vida digna a su población.
Y estos son algunos de los retos que enfrentamos como iglesias, como comunidades de fe comprometidas en proclamar el evangelio de Jesús de Nazaret. No podemos darle la espalda a esta realidad de sufrimiento de nuestra gente.
Nos corresponde denunciar estas injusticias. Gritar con todas nuestras fuerzas, que esta es una sociedad basada en el pecado del egoísmo. Tenemos que trabajar por construir una nueva sociedad con los valores del reino de Dios.
Y en esta construcción, los jóvenes, tienen un papel primordial. En la energía y la creatividad de la juventud descansa el presente y el futuro de nuestro país. Estamos seguros que los jóvenes y las jóvenes dirán ¡presente! En esta tarea histórica., de destruir lo viejo y construir lo nuevo. ¡Gracias!
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Popular
Atiquizaya, 23 de mayo de 2003
Es para mi un honor estarme dirigiendo a jóvenes, hombres y mujeres, descendientes de una de las más importantes culturas que ha conocido la historia universal, la cultura maya, en este Sitio de Manantiales, que formaba parte de un área de ceremonias religiosas. Debemos estar orgullosos de nuestra identidad cultural.
En este mundo globalizador, es clave conocer nuestra identidad, la riqueza de nuestra cultura y de nuestra historia, para no ser barridos por la tormenta globalizadora que pretende que todos seamos lo mismo, y que trata de imponernos un discurso único. Pero somos muy diferentes, con raíces históricas muy fuertes, y esto nos da mucha fortaleza para resistir el ataque del modelo globalizante neo-liberal.
Vivimos una situación muy difícil a nivel internacional. Recientemente los estados Unidos decidieron intervenir militarmente en Irak, y pasaron por encima de las Naciones Unidas, bombardearon y hoy mantienen una repudiable ocupación militar. Fueron a Irak por petróleo y por agua. Estos son dos recursos estratégicos que necesitan para garantizar su futuro como superpotencia.
Y luego de Irak, el gobierno de George Bush Hijo esta amenazando a otros países, a Irán, Corea del Norte, incluso esta amenazando a Cuba, amenazando a Venezuela. Hay que leer, estudiar las situaciones de esos países para evitar ser engañados por la propaganda originada en Washington. Es clave responder estos actos de agresión y de prepotencia del gobierno estadounidense.
Los Estados Unidos están militarizando el mundo, como Ustedes saben, en Comalapa, han instalado una base militar, supuestamente para combatir el tráfico de drogas, pero en realidad forma parte de un dispositivo contrainsurgente, es un centro de comunicaciones, de inteligencia militar.
Y en nuestro país, los dueños de la globalización nos están imponiendo un Tratado de Libre Comercio con USA que nos hundirá más en la miseria porque destruirá aún más la ya golpeada agricultura y destruirá nuestra raquítica industria. Los únicos beneficiados serán los banqueros y algunos grandes comerciantes.
Es por eso que nos oponemos a estos megaproye4ctos como los TLC, el Plan Puebla Panamá, y claro, el ALCA. Todos ellos están orientados a integrarnos al bloque económico norteamericano, a insertarnos en su estrategia económica.
Y al mismo tiempo se sigue expulsando a nuestra población para Estados Unidos. Sí, son obligados a irse porque aquí no hay trabajo ni hay oportunidades. Y si en el camino hacia estados Unidos muchas veces enfrentan la muerte en el desierto. Esta es una evidencia del fracaso del sistema, es un sistema capitalista fracasado que no puede proporcionarle empleo ni una vida digna a su población.
Y estos son algunos de los retos que enfrentamos como iglesias, como comunidades de fe comprometidas en proclamar el evangelio de Jesús de Nazaret. No podemos darle la espalda a esta realidad de sufrimiento de nuestra gente.
Nos corresponde denunciar estas injusticias. Gritar con todas nuestras fuerzas, que esta es una sociedad basada en el pecado del egoísmo. Tenemos que trabajar por construir una nueva sociedad con los valores del reino de Dios.
Y en esta construcción, los jóvenes, tienen un papel primordial. En la energía y la creatividad de la juventud descansa el presente y el futuro de nuestro país. Estamos seguros que los jóvenes y las jóvenes dirán ¡presente! En esta tarea histórica., de destruir lo viejo y construir lo nuevo. ¡Gracias!
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Popular
Atiquizaya, 23 de mayo de 2003
sábado, 23 de febrero de 2008
El árbol de la resistencia se conoce por su fruto...15-mayo-03
Lucas 6: 43-45
Quiero compartirles que...Jesús de Nazaret no se hacía falsas ilusiones sobre la conducta de los opresores y de sus empleados, cuando estaban en peligro sus intereses. Sabía que los poderosos recurrían siempre al engaño o a la represión para defender sus privilegios.
Es por eso que nos enseñó a reconocer lo verdadero de lo falso. A contrastar las promesas y los discursos con las realidades de la vida, con la práctica. Y para esto utilizo la figura de un árbol y de su fruto.
Jesús nos dijo: “no hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto.” Y después nos dice al respecto de las personas “de lo que abunda en su corazón habla su boca.”Esto son criterios muy importantes para juzgar a las instituciones y a las personas.
¡Hoy estamos frente a este árbol, la Asamblea Legislativa, que debe de dar frutos buenos, debe de dar esperanza y seguridad al pueblo salvadoreño, debe legislar en beneficio de las mayorías populares , debe promover la justicia y la concertación . Eso es lo que esperamos todos y todas.
La opinión pública tiene puesto sus ojos en lo que va a decidir este día la Asamblea Legislativa. El pasado 2 de mayo el presidente (Francisco) Flores vetó el decreto legislativo para resolver la huelga del Seguro Social. Pudo más la prepotencia de un presidente que la voluntad mayoritaria de los diputados y diputadas de esta Asamblea Legislativa.
Hoy de nuevo los diputados y diputadas tienen una responsabilidad histórica, tienen un desafío, el desafío de dar buenos frutos o da dar malos frutos. Como sociedad civil, como iglesias vamos a observar y esperamos, estamos en oración para que den buenos frutos, para que nos digan cosas buenas.
Esta Asamblea tiene que decidir si respalda la concertación o el enfrentamiento. Como iglesias seguidoras de Jesús apoyamos la necesidad que todos nos unamos para defender la salud publica y evitar que se entreguen a los empresarios nuestros hospitales.
Hermanos y hermanas:
Estamos aquí de nuevo con ustedes en esta Jornada de Oración, aquí frente a la Asamblea Legislativa. Los hemos acompañado durante ocho meses. Han sido ocho meses de lucha, ocho meses de oración, ocho meses de resistencia. El árbol de la resistencia se conoce por su fruto. No ha sido fácil. Les tenemos mucho respeto. Mucho respeto al gremio medico. Ustedes nos han enseñado a nuestras iglesias a no arrodillarnos frente a los poderosos. Y seguiremos con ustedes hasta la victoria. Esta lucha va hacia la victoria. Y cada hospital, cada unidad de salud, ha sido y es un baluarte de la resistencia contra la privatización.
Esta Asamblea tiene que decidir si respalda a la justicia, a la necesidad de una salud para todos y todas o se deja comprar, y se vuelve cómplice de la corrupción, sirviente de los planes de privatización neo-liberal. Esta asamblea debe decidir si trabaja por fortalecer la democracia o va a ser tolerante con el autoritarismo que pretende imponerse desde el Ejecutivo.
La decisión esta planteada: por la salud o por la privatización. Hacemos un llamado a los diputados y diputadas a guiarse por el compromiso que adquirieron con el pueblo y no vender sus conciencias y entregar sus votos a los empresarios de la salud. Que Dios les de fuerzas para que puedan levantar la frente con dignidad de cara a la población y para eso necesitan levantar la mano para superar el veto presidencial. Que nos les tiemble la conciencia. Amén.
*Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Salvadoreña en Jornada de Oración por la Solución del Conflicto de Salud, realizada el 15 de mayo a la entrada de la Asamblea Legislativa.
Quiero compartirles que...Jesús de Nazaret no se hacía falsas ilusiones sobre la conducta de los opresores y de sus empleados, cuando estaban en peligro sus intereses. Sabía que los poderosos recurrían siempre al engaño o a la represión para defender sus privilegios.
Es por eso que nos enseñó a reconocer lo verdadero de lo falso. A contrastar las promesas y los discursos con las realidades de la vida, con la práctica. Y para esto utilizo la figura de un árbol y de su fruto.
Jesús nos dijo: “no hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto.” Y después nos dice al respecto de las personas “de lo que abunda en su corazón habla su boca.”Esto son criterios muy importantes para juzgar a las instituciones y a las personas.
¡Hoy estamos frente a este árbol, la Asamblea Legislativa, que debe de dar frutos buenos, debe de dar esperanza y seguridad al pueblo salvadoreño, debe legislar en beneficio de las mayorías populares , debe promover la justicia y la concertación . Eso es lo que esperamos todos y todas.
La opinión pública tiene puesto sus ojos en lo que va a decidir este día la Asamblea Legislativa. El pasado 2 de mayo el presidente (Francisco) Flores vetó el decreto legislativo para resolver la huelga del Seguro Social. Pudo más la prepotencia de un presidente que la voluntad mayoritaria de los diputados y diputadas de esta Asamblea Legislativa.
Hoy de nuevo los diputados y diputadas tienen una responsabilidad histórica, tienen un desafío, el desafío de dar buenos frutos o da dar malos frutos. Como sociedad civil, como iglesias vamos a observar y esperamos, estamos en oración para que den buenos frutos, para que nos digan cosas buenas.
Esta Asamblea tiene que decidir si respalda la concertación o el enfrentamiento. Como iglesias seguidoras de Jesús apoyamos la necesidad que todos nos unamos para defender la salud publica y evitar que se entreguen a los empresarios nuestros hospitales.
Hermanos y hermanas:
Estamos aquí de nuevo con ustedes en esta Jornada de Oración, aquí frente a la Asamblea Legislativa. Los hemos acompañado durante ocho meses. Han sido ocho meses de lucha, ocho meses de oración, ocho meses de resistencia. El árbol de la resistencia se conoce por su fruto. No ha sido fácil. Les tenemos mucho respeto. Mucho respeto al gremio medico. Ustedes nos han enseñado a nuestras iglesias a no arrodillarnos frente a los poderosos. Y seguiremos con ustedes hasta la victoria. Esta lucha va hacia la victoria. Y cada hospital, cada unidad de salud, ha sido y es un baluarte de la resistencia contra la privatización.
Esta Asamblea tiene que decidir si respalda a la justicia, a la necesidad de una salud para todos y todas o se deja comprar, y se vuelve cómplice de la corrupción, sirviente de los planes de privatización neo-liberal. Esta asamblea debe decidir si trabaja por fortalecer la democracia o va a ser tolerante con el autoritarismo que pretende imponerse desde el Ejecutivo.
La decisión esta planteada: por la salud o por la privatización. Hacemos un llamado a los diputados y diputadas a guiarse por el compromiso que adquirieron con el pueblo y no vender sus conciencias y entregar sus votos a los empresarios de la salud. Que Dios les de fuerzas para que puedan levantar la frente con dignidad de cara a la población y para eso necesitan levantar la mano para superar el veto presidencial. Que nos les tiemble la conciencia. Amén.
*Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Salvadoreña en Jornada de Oración por la Solución del Conflicto de Salud, realizada el 15 de mayo a la entrada de la Asamblea Legislativa.
Jesús denuncia a los lobos de la globalización y de la guerra…11-mayo-03
Reflexión sobre Juan 10:1-21
Son verdaderos lobos los que impulsan los procesos de globalización neoliberal y las guerras imperialistas. Su voracidad por adquirir ganancias y controlar recursos y poblaciones es ilimitada. Confían en los colmillos de sus portaviones y satélites para conquistar el mundo. Se han lanzado a la conquista del orbe para mantener su imperio.
Los ojos de estos lobos brillan interesados al observar en el mapa los yacimientos de petróleo del Oriente Medio y de Venezuela; buscan sedientos las reservas de agua del planeta en Asia y el Amazonas.
Han hundido ya sus garras en Afganistán y en Irak y amenazan a Siria, a Irán, a Corea del Norte y a Cuba. Su prepotencia no tiene límites y confían en sus tropas imperiales para imponer el silencio y el control de las naciones del mundo.
Frente a esta situación, como seguidores de Jesús del siglo XXI, como iglesias comprometidas con la construcción del reino, como parte de millones de seres humanos que en todo el planeta rechazan ser esclavos del dólar y de Wall Street, nos corresponde salir a las calles y denunciar las injusticias que existen en nuestro mundo y señalar a sus responsables, el sistema capitalista, que en su afán de lucro pretende destruir la creación de Dios, la sagrada vida.
Jesús, el pastor de los oprimidos…
En este texto, Jesús, el pastor de los oprimidos, denuncia a los lobos de la globalización y de la guerra, de todas las épocas y países. Pronuncia palabras de condena contra los que utilizan el poder para enriquecerse y oprimir a sus hermanos y hermanas.
Jesús, el pastor de los humillados, calificó de ladrones y de bandidos a aquellos “que se meten por el otro lado.”Hablaba de aquellos líderes que se aprovechan de su posición para entregar la soberanía de nuestros países a los intereses del imperio. En nuestro país, en Comalapa, se ha permitido la existencia de una base militar de los
Estados Unidos. Esto es una vergüenza para nuestro pueblo y una burla para nuestra soberanía.
Jesús hace la diferencia entre el buen pastor y el que trabaja solamente por la paga. El buen pastor, da su vida por las ovejas mientras que el asalariado, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye. Es un mensaje claro para nuestras iglesias latinoamericanas, retrata nuestra conducta, nuestro estilo de vida.
Asimismo Jesús nos enseña que el ladrón viene solamente a robar, mentir y destruir, mientras que El ha venido para que “tengamos vida y la tengamos en abundancia.”
Como iglesia estamos llamados a proclamar la vida, a defender la vida de los lobos imperiales y de los ladrones locales y a caminar acompañando a nuestro pueblo en sus luchas por la justicia. Si somos consecuentes con el mensaje de Jesús el pueblo reconocerá nuestra voz.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 11 de mayo de 2003
Son verdaderos lobos los que impulsan los procesos de globalización neoliberal y las guerras imperialistas. Su voracidad por adquirir ganancias y controlar recursos y poblaciones es ilimitada. Confían en los colmillos de sus portaviones y satélites para conquistar el mundo. Se han lanzado a la conquista del orbe para mantener su imperio.
Los ojos de estos lobos brillan interesados al observar en el mapa los yacimientos de petróleo del Oriente Medio y de Venezuela; buscan sedientos las reservas de agua del planeta en Asia y el Amazonas.
Han hundido ya sus garras en Afganistán y en Irak y amenazan a Siria, a Irán, a Corea del Norte y a Cuba. Su prepotencia no tiene límites y confían en sus tropas imperiales para imponer el silencio y el control de las naciones del mundo.
Frente a esta situación, como seguidores de Jesús del siglo XXI, como iglesias comprometidas con la construcción del reino, como parte de millones de seres humanos que en todo el planeta rechazan ser esclavos del dólar y de Wall Street, nos corresponde salir a las calles y denunciar las injusticias que existen en nuestro mundo y señalar a sus responsables, el sistema capitalista, que en su afán de lucro pretende destruir la creación de Dios, la sagrada vida.
Jesús, el pastor de los oprimidos…
En este texto, Jesús, el pastor de los oprimidos, denuncia a los lobos de la globalización y de la guerra, de todas las épocas y países. Pronuncia palabras de condena contra los que utilizan el poder para enriquecerse y oprimir a sus hermanos y hermanas.
Jesús, el pastor de los humillados, calificó de ladrones y de bandidos a aquellos “que se meten por el otro lado.”Hablaba de aquellos líderes que se aprovechan de su posición para entregar la soberanía de nuestros países a los intereses del imperio. En nuestro país, en Comalapa, se ha permitido la existencia de una base militar de los
Estados Unidos. Esto es una vergüenza para nuestro pueblo y una burla para nuestra soberanía.
Jesús hace la diferencia entre el buen pastor y el que trabaja solamente por la paga. El buen pastor, da su vida por las ovejas mientras que el asalariado, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye. Es un mensaje claro para nuestras iglesias latinoamericanas, retrata nuestra conducta, nuestro estilo de vida.
Asimismo Jesús nos enseña que el ladrón viene solamente a robar, mentir y destruir, mientras que El ha venido para que “tengamos vida y la tengamos en abundancia.”
Como iglesia estamos llamados a proclamar la vida, a defender la vida de los lobos imperiales y de los ladrones locales y a caminar acompañando a nuestro pueblo en sus luchas por la justicia. Si somos consecuentes con el mensaje de Jesús el pueblo reconocerá nuestra voz.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 11 de mayo de 2003
domingo, 17 de febrero de 2008
Vivir con dignidad: el camino de Monseñor Romero... 20-marzo-03
Vivir con dignidad: el camino de Monseñor Romero...
Han pasado 23 años y el contenido de la vida y del mensaje de Monseñor Romero siguen vigentes en nuestra sociedad y en particular cautiva los corazones de la juventud, porque significa la posibilidad de vivir una vida con dignidad en un mundo muy confuso e injusto, donde los poderosos imponen su voluntad por medio de la fuerza.
Es significativo que la mayoría de personas que celebran la vida de Monseñor Romero sean jóvenes. Monseñor Romero le proporciona a la juventud lo que le niega la sociedad. Le proporciona un ideal, un sueño, una forma de vivir con dignidad. Y allí reside la magia, el encanto, el sentido de Monseñor Romero.
A medida que pasan los años, y como dice mejía Godoy “nuestros hijos han crecido y hay ceniza en nuestro pelo” observamos la ampliación de un diálogo entre Monseñor Romero y la juventud. Cuando Monseñor Romero fue asesinado yo tenía 21 años, y pertenecía al Movimiento estudiantil Cristiano (MEC) de El salvador, era un mequense. Y ya Monseñor Romero era un referente para nuestra juventud. Hoy lo es aún más. Luego de la guerra y de la post-guerra. Y estoy seguro que lo seguirá siendo para las futuras generaciones.
Cuando pensamos en Monseñor Romero una de las ideas básicas que se nos viene ala mente es que fue una persona que creyó apasionadamente. Creyó apasionadamente, con fuerza, con entusiasmo en un Dios de la justicia, en un Dios que se acercaba a los humildes, y en Jesucristo, su único hijo, que estuvo junto con nosotros, que penetró en la historia para luchar, ser crucificado y resucitar, en el Espíritu Santo que nos da la fuerza para mantener la esperanza, para no perder la confianza en la victoria. La fe de Monseñor Romero es la clave de su vida.
Esta fe profunda le permitió cambiar, transformarse, nacer de nuevo, abandonar viejos esquemas y abrirse a lo nuevo. No fue un proceso fácil. Significó una ruptura. Significó romper con los privilegios y comodidades que ofrece el sistema dominante. Significo dejar una vida tranquila y segura y enfrentar las amenazas y la difamación, la persecución y finalmente la muerte. Únicamente la fe le dio la fuerza, el coraje, la determinación para hacerlo.
Esta fe le permitió identificarse con los pobres y con sus problemas, escucharlos y aconsejarlos, en un diálogo sincero y fraterno. Acompañarlos en sus luchas...Y al mismo tiempo, desafiar a los poderosos con la fuerza de la palabra de Dios. Y Monseñor Romero se enfrentó con los terratenientes que se negaban a pagarle un salario justo a los trabajadores del campo o amenazaban con apoderarse de las tierras de los campesinos. Identificarse con los humildes y desafiar a los poderosos fueron dos expresiones pastorales de la fe de Monseñor Romero.
La fe de Monseñor Romero le condujo a abrir las puertas de la iglesia al movimiento popular. Y esto fue algo muy novedoso en aquella época y hasta alo sigue siendo ahora. Monseñor Romero se reunía con los campesinos, con los sindicatos, visitó la Universidad de El Salvador, animó a los profesionales a organizarse y contribuir con el cambio del país, me acuerdo que se creó el MIPTES (Movimiento Independiente de Técnicos y Profesionales de El salvador), se reunía incluso con las organizaciones político-militares de aquel entonces, con las FPL, con el ERP, con la RN. Y también con los militares, con los empresarios, con embajadores, con todos...
Monseñor Romero por sus posiciones a favor de la justicia, chocó con el sistema, con los poderes establecidos, dentro y fuera de la iglesia. Y fue una persona muy controversial, dentro y fuera del país. El país se dividió entre los que confiaban en su palabra, en su integridad, en su testimonio y los que lo rechazaban, lo criticaban, lo odiaban. Y exigían su cabeza. Cuando se choca con el sistema, este reacciona y trata de destruir al que se atreve a desafiar su dominio. No siempre lo logra, pero si la mayoría de veces.
Monseñor Romero es hoy el referente básico de nuestra Patria y de nuestra Historia. Nos ilumina el presente y nos señala el rumbo al futuro. Es el referente fundamental de nuestra juventud porque es un ejemplo de integridad, de dignidad, de compromiso, de lucha inclaudicable por la justicia hasta las últimas consecuencias. Y esto lo respeta la juventud: la consecuencia. La firmeza en la defensa de los principios.
Monseñor Romero vivió en un país injusto y muy violento. Existía una dictadura militar que castigaba con la represión cualquier tipo de iniciativa ciudadana. Y aún así surgió un poderoso movimiento popular que desafiaba al régimen castrense. Y la respuesta fueron masacres de campesinos y de estudiantes, el accionar de los escuadrones de la muerte, el cierre de los pocos espacios democráticos. Luego vino la guerra...una larga guerra de doce años.
Hoy la situación e diferente y mucho más compleja. Hace diez años concluyó la guerra. Existe una democracia más formal que real. La represión política e ideológica ha disminuido sustancialmente, pero continúa y aumenta la represión social. Y los jóvenes son el blanco de esa represión social porque es el sector poblacional más temido. Lo poderosos siempre le temen a la juventud, a los jóvenes.
Para los jóvenes hoy la situación es más compleja. Los mecanismos de dominación son más sofisticados. Hoy los problemas son mayores: desempleo, falta de oportunidades, marginación- y las respuestas son mínimas. La movilización de la juventud es mínima.
Es por eso importante y vigente el pensamiento de Monseñor Romero como martillo que golpea la conciencia de la sociedad y como campana que convoca a la lucha, al compromiso, a la solidaridad...
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Popular
San salvador 20 de marzo de 2003
Han pasado 23 años y el contenido de la vida y del mensaje de Monseñor Romero siguen vigentes en nuestra sociedad y en particular cautiva los corazones de la juventud, porque significa la posibilidad de vivir una vida con dignidad en un mundo muy confuso e injusto, donde los poderosos imponen su voluntad por medio de la fuerza.
Es significativo que la mayoría de personas que celebran la vida de Monseñor Romero sean jóvenes. Monseñor Romero le proporciona a la juventud lo que le niega la sociedad. Le proporciona un ideal, un sueño, una forma de vivir con dignidad. Y allí reside la magia, el encanto, el sentido de Monseñor Romero.
A medida que pasan los años, y como dice mejía Godoy “nuestros hijos han crecido y hay ceniza en nuestro pelo” observamos la ampliación de un diálogo entre Monseñor Romero y la juventud. Cuando Monseñor Romero fue asesinado yo tenía 21 años, y pertenecía al Movimiento estudiantil Cristiano (MEC) de El salvador, era un mequense. Y ya Monseñor Romero era un referente para nuestra juventud. Hoy lo es aún más. Luego de la guerra y de la post-guerra. Y estoy seguro que lo seguirá siendo para las futuras generaciones.
Cuando pensamos en Monseñor Romero una de las ideas básicas que se nos viene ala mente es que fue una persona que creyó apasionadamente. Creyó apasionadamente, con fuerza, con entusiasmo en un Dios de la justicia, en un Dios que se acercaba a los humildes, y en Jesucristo, su único hijo, que estuvo junto con nosotros, que penetró en la historia para luchar, ser crucificado y resucitar, en el Espíritu Santo que nos da la fuerza para mantener la esperanza, para no perder la confianza en la victoria. La fe de Monseñor Romero es la clave de su vida.
Esta fe profunda le permitió cambiar, transformarse, nacer de nuevo, abandonar viejos esquemas y abrirse a lo nuevo. No fue un proceso fácil. Significó una ruptura. Significó romper con los privilegios y comodidades que ofrece el sistema dominante. Significo dejar una vida tranquila y segura y enfrentar las amenazas y la difamación, la persecución y finalmente la muerte. Únicamente la fe le dio la fuerza, el coraje, la determinación para hacerlo.
Esta fe le permitió identificarse con los pobres y con sus problemas, escucharlos y aconsejarlos, en un diálogo sincero y fraterno. Acompañarlos en sus luchas...Y al mismo tiempo, desafiar a los poderosos con la fuerza de la palabra de Dios. Y Monseñor Romero se enfrentó con los terratenientes que se negaban a pagarle un salario justo a los trabajadores del campo o amenazaban con apoderarse de las tierras de los campesinos. Identificarse con los humildes y desafiar a los poderosos fueron dos expresiones pastorales de la fe de Monseñor Romero.
La fe de Monseñor Romero le condujo a abrir las puertas de la iglesia al movimiento popular. Y esto fue algo muy novedoso en aquella época y hasta alo sigue siendo ahora. Monseñor Romero se reunía con los campesinos, con los sindicatos, visitó la Universidad de El Salvador, animó a los profesionales a organizarse y contribuir con el cambio del país, me acuerdo que se creó el MIPTES (Movimiento Independiente de Técnicos y Profesionales de El salvador), se reunía incluso con las organizaciones político-militares de aquel entonces, con las FPL, con el ERP, con la RN. Y también con los militares, con los empresarios, con embajadores, con todos...
Monseñor Romero por sus posiciones a favor de la justicia, chocó con el sistema, con los poderes establecidos, dentro y fuera de la iglesia. Y fue una persona muy controversial, dentro y fuera del país. El país se dividió entre los que confiaban en su palabra, en su integridad, en su testimonio y los que lo rechazaban, lo criticaban, lo odiaban. Y exigían su cabeza. Cuando se choca con el sistema, este reacciona y trata de destruir al que se atreve a desafiar su dominio. No siempre lo logra, pero si la mayoría de veces.
Monseñor Romero es hoy el referente básico de nuestra Patria y de nuestra Historia. Nos ilumina el presente y nos señala el rumbo al futuro. Es el referente fundamental de nuestra juventud porque es un ejemplo de integridad, de dignidad, de compromiso, de lucha inclaudicable por la justicia hasta las últimas consecuencias. Y esto lo respeta la juventud: la consecuencia. La firmeza en la defensa de los principios.
Monseñor Romero vivió en un país injusto y muy violento. Existía una dictadura militar que castigaba con la represión cualquier tipo de iniciativa ciudadana. Y aún así surgió un poderoso movimiento popular que desafiaba al régimen castrense. Y la respuesta fueron masacres de campesinos y de estudiantes, el accionar de los escuadrones de la muerte, el cierre de los pocos espacios democráticos. Luego vino la guerra...una larga guerra de doce años.
Hoy la situación e diferente y mucho más compleja. Hace diez años concluyó la guerra. Existe una democracia más formal que real. La represión política e ideológica ha disminuido sustancialmente, pero continúa y aumenta la represión social. Y los jóvenes son el blanco de esa represión social porque es el sector poblacional más temido. Lo poderosos siempre le temen a la juventud, a los jóvenes.
Para los jóvenes hoy la situación es más compleja. Los mecanismos de dominación son más sofisticados. Hoy los problemas son mayores: desempleo, falta de oportunidades, marginación- y las respuestas son mínimas. La movilización de la juventud es mínima.
Es por eso importante y vigente el pensamiento de Monseñor Romero como martillo que golpea la conciencia de la sociedad y como campana que convoca a la lucha, al compromiso, a la solidaridad...
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Popular
San salvador 20 de marzo de 2003
viernes, 15 de febrero de 2008
Sufrimiento, rechazo y muerte: el camino de Jesús 18-marzo-03
Reflexión sobre Marcos 8: 31-38
El sufrimiento, el rechazo y la muerte fueron las respuestas que los sectores poderos -judíos y romanos- brindaron a la persona y al mensaje de Jesús de Nazaret. Estas reacciones provocaron confusión y temor al interior del Movimiento Popular u obligaron a Jesús a incluir en su estrategia de lucha, no solo ganar adeptos sino también enfrentar la represión del imperio fortaleciendo la autodefensa de su organización política.
Este es un texto clave por su densidad teológica. Marca un quiebre, un cruce en el camino de Jesús. Concluye un periodo e inicia otro. Finaliza el período del desarrollo pacífico, aceptable, tranquilo e inicia el período de la represión. Esto hizo necesario aumentar las condiciones para asegurar la sobrevivencia del Movimiento de Jesús.
En este texto podemos distinguir cuatro momentos: que nos ayudan a comprender esta compleja situación. El primer momento consiste en la enseñanza de Jesús sobre el sufrimiento. Esto causó mucha sorpresa. Tiene tres aspectos: el anuncio de la represión, que se aproxima, del rechazo que iban a experimentar de las cúpulas dirigentes judías (saduceos y fariseos) y lo más escabroso, que lo iban a matar. Para sus seguidores esto era inaudito, no podía suceder así. Pero Jesús les hablaba con la verdad.
Pedro, uno de los principales lideres del Movimiento, asume la responsabilidad de expresarle a nombre de todos sus preocupaciones y “lo llevó aparte” y comenzó a criticarle su posición. ¿Qué le pasaba a Jesús?
¿Por qué estaba asumiendo actitudes derrotistas? ¿Qué pretendía Jesús?
¿Por qué estaba enviando un mensaje sin perspectiva de victoria?
Jesús de manera inmediata, le responde a Pedro y le grita: ¡Apártate de mi, Satanás! Una acusación hiriente, golpeante, muy fuerte. Y estalla una polémica sobre la situación del Movimiento “de no ver las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.”
Jesús estima que se necesitaba mayor visión, mayor compromiso y mayor sacrificio para enfrentar los retos de vencer a un enemigo tan poderoso como el imperio romano de aquella época.
En esta polémica al interior de su propio Movimiento, Jesús dibuja el perfil del militante: “si alguno quiere ser discípulo mío, cargue con su cruz y sígame.” El compromiso con Jesús significa asumir una responsabilidad política y cumplirla, con nosotros mismos, con nuestra familia, vecindario, escuela, trabajo, partido, iglesia, etc.
“El que quiera salvar su vida la perderá.” Una vida sin Jesús y sin luchar por la justicia es una vida perdida, vacía, superficial, sin significado, irrelevante, en pecado, aunque se viva en y desde la iglesia. “Pero el que pierde la vida por causa mía y del mensaje de salvación, la salvará.” La salvación se relaciona con la lucha, con le compromiso, con el amor al prójimo, con la organización política, con la proclamación del Evangelio. Y esto puede hacerse y la mayor parte de veces se hace incluso fuera de la iglesia.
Jesús nos resuelve el verdadero significado de la vida, de nuestra existencia terrenal al explicarnos que de nada sirve “ganar el mundo entero” las riquezas, el poder, la sabiduría, si se pierde la vida, si se desperdicia la vida, si se vive una existencia cerrada al amor, a la solidaridad.
Estamos en Cuaresma, periodo de arrepentimiento por que no hemos sido dinos seguidores de ese Jesús que, entregó su vida por nuestra liberación; de ese Jesús que nos sigue convocando a la lucha, a la solidaridad. Estamos en una Cuaresma, teñida con la sangre del pueblo iraquí. Sentimos la impotencia ante el poderío del imperio peor también en nuestras venas circula la cólera y en nuestros corazones la te la esperanza que los invasores de Irak podrán conquistarlos pero no vencerlos. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 18 de marzo de 2003
El sufrimiento, el rechazo y la muerte fueron las respuestas que los sectores poderos -judíos y romanos- brindaron a la persona y al mensaje de Jesús de Nazaret. Estas reacciones provocaron confusión y temor al interior del Movimiento Popular u obligaron a Jesús a incluir en su estrategia de lucha, no solo ganar adeptos sino también enfrentar la represión del imperio fortaleciendo la autodefensa de su organización política.
Este es un texto clave por su densidad teológica. Marca un quiebre, un cruce en el camino de Jesús. Concluye un periodo e inicia otro. Finaliza el período del desarrollo pacífico, aceptable, tranquilo e inicia el período de la represión. Esto hizo necesario aumentar las condiciones para asegurar la sobrevivencia del Movimiento de Jesús.
En este texto podemos distinguir cuatro momentos: que nos ayudan a comprender esta compleja situación. El primer momento consiste en la enseñanza de Jesús sobre el sufrimiento. Esto causó mucha sorpresa. Tiene tres aspectos: el anuncio de la represión, que se aproxima, del rechazo que iban a experimentar de las cúpulas dirigentes judías (saduceos y fariseos) y lo más escabroso, que lo iban a matar. Para sus seguidores esto era inaudito, no podía suceder así. Pero Jesús les hablaba con la verdad.
Pedro, uno de los principales lideres del Movimiento, asume la responsabilidad de expresarle a nombre de todos sus preocupaciones y “lo llevó aparte” y comenzó a criticarle su posición. ¿Qué le pasaba a Jesús?
¿Por qué estaba asumiendo actitudes derrotistas? ¿Qué pretendía Jesús?
¿Por qué estaba enviando un mensaje sin perspectiva de victoria?
Jesús de manera inmediata, le responde a Pedro y le grita: ¡Apártate de mi, Satanás! Una acusación hiriente, golpeante, muy fuerte. Y estalla una polémica sobre la situación del Movimiento “de no ver las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.”
Jesús estima que se necesitaba mayor visión, mayor compromiso y mayor sacrificio para enfrentar los retos de vencer a un enemigo tan poderoso como el imperio romano de aquella época.
En esta polémica al interior de su propio Movimiento, Jesús dibuja el perfil del militante: “si alguno quiere ser discípulo mío, cargue con su cruz y sígame.” El compromiso con Jesús significa asumir una responsabilidad política y cumplirla, con nosotros mismos, con nuestra familia, vecindario, escuela, trabajo, partido, iglesia, etc.
“El que quiera salvar su vida la perderá.” Una vida sin Jesús y sin luchar por la justicia es una vida perdida, vacía, superficial, sin significado, irrelevante, en pecado, aunque se viva en y desde la iglesia. “Pero el que pierde la vida por causa mía y del mensaje de salvación, la salvará.” La salvación se relaciona con la lucha, con le compromiso, con el amor al prójimo, con la organización política, con la proclamación del Evangelio. Y esto puede hacerse y la mayor parte de veces se hace incluso fuera de la iglesia.
Jesús nos resuelve el verdadero significado de la vida, de nuestra existencia terrenal al explicarnos que de nada sirve “ganar el mundo entero” las riquezas, el poder, la sabiduría, si se pierde la vida, si se desperdicia la vida, si se vive una existencia cerrada al amor, a la solidaridad.
Estamos en Cuaresma, periodo de arrepentimiento por que no hemos sido dinos seguidores de ese Jesús que, entregó su vida por nuestra liberación; de ese Jesús que nos sigue convocando a la lucha, a la solidaridad. Estamos en una Cuaresma, teñida con la sangre del pueblo iraquí. Sentimos la impotencia ante el poderío del imperio peor también en nuestras venas circula la cólera y en nuestros corazones la te la esperanza que los invasores de Irak podrán conquistarlos pero no vencerlos. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 18 de marzo de 2003
martes, 12 de febrero de 2008
Un colaborador de los romanos se une a Jesús 2-marzo-03
Reflexión sobre Marcos
El Puerto Rico, perdón, la Palestina en la que Jesús vivió, luchó y murió era un territorio ocupado militarmente por la tropa romana y administrada por una elite judía entreguista. Era una colonia pobre y oprimida. Jesús de Nazaret conoció y rechazó desde lo más profundo de su ser la experiencia del coloniaje. En su corazón palpitaba la idea de la independencia y de la liberación.
La mayoría d e la población judía rechazaba la ocupación militar romana y confiaba en la aparición de un Mesías, que los organizara y los guiara en su lucha de liberación para conquistar la independencia. Por esta causa estaban dispuestos a dedicar y entregar su vida. La lucha por ser libres moldeaba su identidad como pueblo de Dios, estaba en las raíces de su historia la idea, la convicción de un Yahvé liberador.
Entre los diversos sectores de la población judía predominaba un sentimiento de temor y desprecio hacia los militares romanos a los que se consideraba como invasores, a excepción de un grupo de judíos adinerados, los saduceos, que apoyaban la intervención, y de otro grupo, de origen humilde, que decidieron convertirse en publícanos, cobradores de impuestos para Roma.
Este papel nefasto de los publícanos les granjeó el rechazo y el odio de la población, porque se aprovechaban de su cargo para enriquecerse por medio del fraude. Eran vistos como la expresión más despreciable de la intervención militar romana.
Jesús de Nazaret no rechazó a los publícanos, al contrario, se acercó a ellos e incluso invitó a uno de sus lideres a convertirse al Movimiento Popular. Jesús logró penetrar en el corazón de este publícano y descubrir una reserva de fe y de dignidad. Jesús no vaciló en integrar a Leví, de pseudónimo Mateo, al Movimiento de Liberación.
En este texto se nos relata la forma como esto ocurrió y las reacciones que suscitó ya que para el partido de los fariseos esto era un hecho escandaloso, y condenable desde cualquier punto de vista, ya que chocaba con los criterios establecidos, con la tradición, con el ostracismo al que eran condenados los traidores.
Se nos dice que Jesús pasó y vio a Leví, hijo de Alfeo, realizando su oficio, sentado en su oficina, para recaudar impuestos. Leví era la representación de la opresión, del servilismo, de la traición. Era un ser que vivía su vida arrodillado, sometido a los romanos. Era una vergüenza para quienes se consideraban hombres libres. Y los romanos lo sabían. Y habían seleccionado a Leví porque sabían que su ambición iba a llevarlo a traicionar los intereses del pueblo judío.
Pero Jesús pudo ver su corazón y descubrir a un ser humano confundido y humillado. Y Jesús lo llama y le dice: Sígueme. Jesús no lo discriminó, no lo separó, no lo marginó. Sino que lo invitó a recuperar su dignidad. Y cuando Leví se levantó no fue solo de la silla donde estaba sentado si no se levantó para convertirse en Mateo, en uno de los más files seguidores de Jesús. Se levantó a tomar su lugar en la lucha de liberación de su pueblo.
Y este acto de liberación, no ya de una enfermedad del cuerpo sino de una enfermedad del alma, del pecado del sometimiento, fue celebrado con un banquete al que invitaron a otros publícanos porque había que celebrar el nacimiento a una vida digna de Leví, hijo de Alfeo.
Y cuando los fariseos se enteraron que Jesús comía con los publícanos, se escandalizaron. No podían comprender como este dirigente popular antiimperialista entraba en contacto con los publícanos. Estaban cerrados al amor que libera y rompe todas las ataduras de la opresión.
Jesús se entero de esto y les dijo: “Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.”Justos son los que luchan por la justicia, independientemente de su origen de clase; pecadores son los que se encuentran oprimidos, esclavizados por el sistema, sean ricos o pobres.
En nuestro país, en los últimos años se ha profundizado la opresión, se ha profundizado el pecado. Existen mayores niveles de miedo y de silencio, se han apagado los gritos de justicia y de liberación, hay más sumisión a los poderosos y menos rebeldía, hay más cadenas de opresión. Los débiles los marginados, se encuentran más atados en sus mentes.
Y en esta situación les corresponde a las iglesias ser fermento liberador, ser semilla de rebeldía, ser levadura de dignidad. Y denunciar las injusticias y anunciar la llegada del reino de nuestro padre. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 2 de marzo de 2008
El Puerto Rico, perdón, la Palestina en la que Jesús vivió, luchó y murió era un territorio ocupado militarmente por la tropa romana y administrada por una elite judía entreguista. Era una colonia pobre y oprimida. Jesús de Nazaret conoció y rechazó desde lo más profundo de su ser la experiencia del coloniaje. En su corazón palpitaba la idea de la independencia y de la liberación.
La mayoría d e la población judía rechazaba la ocupación militar romana y confiaba en la aparición de un Mesías, que los organizara y los guiara en su lucha de liberación para conquistar la independencia. Por esta causa estaban dispuestos a dedicar y entregar su vida. La lucha por ser libres moldeaba su identidad como pueblo de Dios, estaba en las raíces de su historia la idea, la convicción de un Yahvé liberador.
Entre los diversos sectores de la población judía predominaba un sentimiento de temor y desprecio hacia los militares romanos a los que se consideraba como invasores, a excepción de un grupo de judíos adinerados, los saduceos, que apoyaban la intervención, y de otro grupo, de origen humilde, que decidieron convertirse en publícanos, cobradores de impuestos para Roma.
Este papel nefasto de los publícanos les granjeó el rechazo y el odio de la población, porque se aprovechaban de su cargo para enriquecerse por medio del fraude. Eran vistos como la expresión más despreciable de la intervención militar romana.
Jesús de Nazaret no rechazó a los publícanos, al contrario, se acercó a ellos e incluso invitó a uno de sus lideres a convertirse al Movimiento Popular. Jesús logró penetrar en el corazón de este publícano y descubrir una reserva de fe y de dignidad. Jesús no vaciló en integrar a Leví, de pseudónimo Mateo, al Movimiento de Liberación.
En este texto se nos relata la forma como esto ocurrió y las reacciones que suscitó ya que para el partido de los fariseos esto era un hecho escandaloso, y condenable desde cualquier punto de vista, ya que chocaba con los criterios establecidos, con la tradición, con el ostracismo al que eran condenados los traidores.
Se nos dice que Jesús pasó y vio a Leví, hijo de Alfeo, realizando su oficio, sentado en su oficina, para recaudar impuestos. Leví era la representación de la opresión, del servilismo, de la traición. Era un ser que vivía su vida arrodillado, sometido a los romanos. Era una vergüenza para quienes se consideraban hombres libres. Y los romanos lo sabían. Y habían seleccionado a Leví porque sabían que su ambición iba a llevarlo a traicionar los intereses del pueblo judío.
Pero Jesús pudo ver su corazón y descubrir a un ser humano confundido y humillado. Y Jesús lo llama y le dice: Sígueme. Jesús no lo discriminó, no lo separó, no lo marginó. Sino que lo invitó a recuperar su dignidad. Y cuando Leví se levantó no fue solo de la silla donde estaba sentado si no se levantó para convertirse en Mateo, en uno de los más files seguidores de Jesús. Se levantó a tomar su lugar en la lucha de liberación de su pueblo.
Y este acto de liberación, no ya de una enfermedad del cuerpo sino de una enfermedad del alma, del pecado del sometimiento, fue celebrado con un banquete al que invitaron a otros publícanos porque había que celebrar el nacimiento a una vida digna de Leví, hijo de Alfeo.
Y cuando los fariseos se enteraron que Jesús comía con los publícanos, se escandalizaron. No podían comprender como este dirigente popular antiimperialista entraba en contacto con los publícanos. Estaban cerrados al amor que libera y rompe todas las ataduras de la opresión.
Jesús se entero de esto y les dijo: “Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.”Justos son los que luchan por la justicia, independientemente de su origen de clase; pecadores son los que se encuentran oprimidos, esclavizados por el sistema, sean ricos o pobres.
En nuestro país, en los últimos años se ha profundizado la opresión, se ha profundizado el pecado. Existen mayores niveles de miedo y de silencio, se han apagado los gritos de justicia y de liberación, hay más sumisión a los poderosos y menos rebeldía, hay más cadenas de opresión. Los débiles los marginados, se encuentran más atados en sus mentes.
Y en esta situación les corresponde a las iglesias ser fermento liberador, ser semilla de rebeldía, ser levadura de dignidad. Y denunciar las injusticias y anunciar la llegada del reino de nuestro padre. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 2 de marzo de 2008
La decisión de curar... 23-febrero-03
Reflexión sobre Marcos 2.1-12
La segunda entrada a Capernaum se realizó siguiendo estrictamente las reglas del anonimato. Jesús y sus discípulos incursionaron clandestinamente, pero era ya tal su popularidad que rápidamente se vieron rodeados de personas que preguntaban sobre la nueva organización, sobre el nuevo camino para alcanzar el Reino.
Al observar esto, Jesús y sus seguidores decidieron realizar una asamblea en la casa donde vivía n para informar sobre los avances del Movimiento y las futuras tareas, sobre la necesidad de promover la organización, concientización y movilización de la población, sobre la lucha ideológica contra los fariseos y saduceos, sobre las ultimas medidas represivas del invasor romano y sus lacayos locales.
En este texto, se describen los acontecimientos vinculados a esta segunda entrada a Capernaum, incluyendo la forma como le llevaron a un paralítico, la polémica con los maestros de la ley y la curación del enfermo de parálisis.
Cuando estaban desarrollando la asamblea, escucharon ruidos en el techo de la casa, y ante su sorpresa y temor de haber sido descubiertos, observaron que se trataba de una camilla que bajaba por una abertura del techo, con un enfermo de parálisis, que no lo habían podido entrar por la puerta principal.
Cuando Jesús comprendió de que se trataba, reflexionó sobre el ingenio y la fe de los amigos del paralítico, sobre la solidaridad que acompañaba a esta acción. Lo habían venido cargando desde lejos para que fuera curado por Jesús. Habían abandonado sus faenas personales para dedicar tiempo y esfuerzos a este amigo enfermo. Pensó Jesús que en eso consistía precisamente el reino de Dios: en entregarse a los demás. Ante este hecho impactante, Jesús le dice al paralítico: Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús
La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús. Una de las enfermedades contra las que se enfrentó fue la parálisis. La parálisis se asemeja a la muerte. La parálisis bloquea el movimiento de nuestro cuerpo. Es una experiencia desgarradora que nos hace sentirnos inútiles, derrotados sin esperanza, al no poder caminar, al no poder levantarnos, al no poder movernos.
La parálisis no es exclusivamente física, puede ser parálisis mental, parálisis emocional, y una de las fuentes de la parálisis puede ser el miedo. Los poderosos siempre tratan de paralizar la vida y la lucha de los débiles, de los sectores populares.
Cuando algunos maestros de la ley escucharon las palabras de Jesús al paralítico, reaccionaron indignados y se pusieron a cuestionar su autoridad y a calificarlo de irreverente y atrevido. Sus mentes estaban cerradas a la posibilidad de un cambio, de algo nuevo, y se aferraban a lo ya conocido, a la tradición. Sus horizontes eran estrechos y conservadores y sus límites llegaban hasta la ley de Moisés.
Jesús les responde tranquilamente explicándoles que el perdón de los pecados esta vinculado con la curación de las enfermedades y que ambas dimensiones son liberadoras. Y para tratar de encauzarlos decide hacerles una demostración de su divinidad, de u poder, decide curar al paralítico.
Y le dice con autoridad: a ti digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Ya momentos antes le había perdonado sus pecados, y hoy curaba su enfermedad. El enfermo se levantó, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos y todas. La gente comento: nunca hemos visto una cosa así. Había sorpresa e incluso temor ante lo desconocido.
Sí, incluso temor. Por lo general el miedo invade y domina a la gente. Se teme lo nuevo, lo inexplicable. Los poderosos saben esto y lo han aprovechado para defender sus intereses egoístas. Los poderosos promueven el miedo a lo nuevo, a lo diferente, para mantener sus posiciones hegemónicas. Y esto hace que el paralítico tenga temor de caminar, de levantarse. Y que el oprimido tenga temor de pensar, de rebelarse.
Y siempre se amenaza con el castigo a los que se rebelan, sueñan y luchan. Fue por esta razón que fusilaron a Jesús de Nazaret y ahorcaron a sus seguidores. Sucede que los poderosos tiemblan cuando los débiles se rebelan. El pasado 15 de febrero los poderosos de este mundo capitalista.
Los dueños de las grandes corporaciones multinacionales, y sus empleados Bush y Blair, Berlusconi y Aznar, temblaron en sus mansiones cuando les informaron que decenas de millones de personas marchaban por todo el planeta exigiendo paz para Irak. Porque estos poderosos dictadores saben que tienen la fuerza pero no tienen la razón. Y la razón que no tienen puede volver fuertes a los débiles.
Y van a poder bombardear a Irak pero no van a poder engañar al mundo. Y más temprano que tarde se va a mundializar la resistencia contra la guerra. Y corresponde a nuestras iglesias, que confiesan al rebelde que fue fusilado, que murió por una esquirla de una bomba imperialista, que fue carbonizado por los hongos nucleares, continuar luchando por la paz.
A seguir caminando en las ciudades y los campos, a levantarnos como el paralítico, e irnos a nuestra casa, a nuestro barrio, a nuestra colonia, a nuestro cantón, para movilizar a nuestros vecinos y vecinas contra la guerra en Irak. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 23 de febrero de 2003
La segunda entrada a Capernaum se realizó siguiendo estrictamente las reglas del anonimato. Jesús y sus discípulos incursionaron clandestinamente, pero era ya tal su popularidad que rápidamente se vieron rodeados de personas que preguntaban sobre la nueva organización, sobre el nuevo camino para alcanzar el Reino.
Al observar esto, Jesús y sus seguidores decidieron realizar una asamblea en la casa donde vivía n para informar sobre los avances del Movimiento y las futuras tareas, sobre la necesidad de promover la organización, concientización y movilización de la población, sobre la lucha ideológica contra los fariseos y saduceos, sobre las ultimas medidas represivas del invasor romano y sus lacayos locales.
En este texto, se describen los acontecimientos vinculados a esta segunda entrada a Capernaum, incluyendo la forma como le llevaron a un paralítico, la polémica con los maestros de la ley y la curación del enfermo de parálisis.
Cuando estaban desarrollando la asamblea, escucharon ruidos en el techo de la casa, y ante su sorpresa y temor de haber sido descubiertos, observaron que se trataba de una camilla que bajaba por una abertura del techo, con un enfermo de parálisis, que no lo habían podido entrar por la puerta principal.
Cuando Jesús comprendió de que se trataba, reflexionó sobre el ingenio y la fe de los amigos del paralítico, sobre la solidaridad que acompañaba a esta acción. Lo habían venido cargando desde lejos para que fuera curado por Jesús. Habían abandonado sus faenas personales para dedicar tiempo y esfuerzos a este amigo enfermo. Pensó Jesús que en eso consistía precisamente el reino de Dios: en entregarse a los demás. Ante este hecho impactante, Jesús le dice al paralítico: Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús
La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús. Una de las enfermedades contra las que se enfrentó fue la parálisis. La parálisis se asemeja a la muerte. La parálisis bloquea el movimiento de nuestro cuerpo. Es una experiencia desgarradora que nos hace sentirnos inútiles, derrotados sin esperanza, al no poder caminar, al no poder levantarnos, al no poder movernos.
La parálisis no es exclusivamente física, puede ser parálisis mental, parálisis emocional, y una de las fuentes de la parálisis puede ser el miedo. Los poderosos siempre tratan de paralizar la vida y la lucha de los débiles, de los sectores populares.
Cuando algunos maestros de la ley escucharon las palabras de Jesús al paralítico, reaccionaron indignados y se pusieron a cuestionar su autoridad y a calificarlo de irreverente y atrevido. Sus mentes estaban cerradas a la posibilidad de un cambio, de algo nuevo, y se aferraban a lo ya conocido, a la tradición. Sus horizontes eran estrechos y conservadores y sus límites llegaban hasta la ley de Moisés.
Jesús les responde tranquilamente explicándoles que el perdón de los pecados esta vinculado con la curación de las enfermedades y que ambas dimensiones son liberadoras. Y para tratar de encauzarlos decide hacerles una demostración de su divinidad, de u poder, decide curar al paralítico.
Y le dice con autoridad: a ti digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Ya momentos antes le había perdonado sus pecados, y hoy curaba su enfermedad. El enfermo se levantó, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos y todas. La gente comento: nunca hemos visto una cosa así. Había sorpresa e incluso temor ante lo desconocido.
Sí, incluso temor. Por lo general el miedo invade y domina a la gente. Se teme lo nuevo, lo inexplicable. Los poderosos saben esto y lo han aprovechado para defender sus intereses egoístas. Los poderosos promueven el miedo a lo nuevo, a lo diferente, para mantener sus posiciones hegemónicas. Y esto hace que el paralítico tenga temor de caminar, de levantarse. Y que el oprimido tenga temor de pensar, de rebelarse.
Y siempre se amenaza con el castigo a los que se rebelan, sueñan y luchan. Fue por esta razón que fusilaron a Jesús de Nazaret y ahorcaron a sus seguidores. Sucede que los poderosos tiemblan cuando los débiles se rebelan. El pasado 15 de febrero los poderosos de este mundo capitalista.
Los dueños de las grandes corporaciones multinacionales, y sus empleados Bush y Blair, Berlusconi y Aznar, temblaron en sus mansiones cuando les informaron que decenas de millones de personas marchaban por todo el planeta exigiendo paz para Irak. Porque estos poderosos dictadores saben que tienen la fuerza pero no tienen la razón. Y la razón que no tienen puede volver fuertes a los débiles.
Y van a poder bombardear a Irak pero no van a poder engañar al mundo. Y más temprano que tarde se va a mundializar la resistencia contra la guerra. Y corresponde a nuestras iglesias, que confiesan al rebelde que fue fusilado, que murió por una esquirla de una bomba imperialista, que fue carbonizado por los hongos nucleares, continuar luchando por la paz.
A seguir caminando en las ciudades y los campos, a levantarnos como el paralítico, e irnos a nuestra casa, a nuestro barrio, a nuestra colonia, a nuestro cantón, para movilizar a nuestros vecinos y vecinas contra la guerra en Irak. Amén.
Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña
San Salvador, 23 de febrero de 2003
lunes, 11 de febrero de 2008
Jesús y la lucha por la salud (II) 18-febrero-03
Reflexión sobre Marcos 1.40-45
En la antigüedad, la lepra era una de las enfermedades más aterradoras que enfrentaba la humanidad. Contagiarse de lepra significaba morirse en vida. Los leprosos eran aislados y alejados de la sociedad, y condenados a morir en el ostracismo.
Jesús de Nazaret repudió estas prácticas discriminatorias y que provocaban mucho dolor y sufrimiento y no rechazo a los leprosos sino que por el contrario, permitió que se le acercaran y dialogaran con él, les ofreció su amistad y cariño.
En este texto, se nos relata el encuentro y diálogo entre Jesús y un hombre enfermo de lepra. Es un encuentro insólito en esa época y hasta escandaloso. Supuestamente las personas deberían evitar “contaminarse” con este tipo de encuentros. Jesús actúa de manera diferente. Supo ver la tristeza en el rostro del enfermo de lepra.
Este leproso buscó a Jesús hasta encontrarlo, su corazón latía de emoción al acercársele. Cuando lo vio, se puso de rodillas y le gritó con todas sus fuerzas: “si quieres, puedes limpiarse de mi enfermedad.”Le entregó a Jesús la decisión de curarlo.
El leproso apeló a la volunta de Jesús. Aceptó que fuera Jesús el que decidiera, se colocó en las manos de él. Confió en su misericordia, en su solidaridad. Jesús al verlo, tuvo compasión de él, le tocó con la mano y le dijo: “¡quiero, queda limpio!”
Al momento quedo limpio y Jesús lo despidió con la recomendación que no divulgara la causa de su curación. Comprendió Jesús que estas curaciones iban a ser interpretadas por las autoridades romanas y judías como una provocación política, como un llamado ala desobediencia y la rebelión, como señales del nacimiento de una nueva fuerza político religiosa, capaz de desafiar su dominación.
Pero el hombre curado de la lepra no pudo evitar divulgar el nombre de quine lo había curado y muchos se enteraron del acontecimiento que se convirtió en u hecho político, incluso las autoridades coloniales y del imperio, las cuales reaccionaron con amenazas de represión.
Esto obligó a que Jesús tomara medias de seguridad más estrictas y decidiera pasar a la clandestinidad. Desde entonces él y sus militantes evitaron entrar abiertamente en las poblaciones por el temor de ser capturados y optaron por esconderse y burlar así los planes represivos de las autoridades romanas y judías.
No obstante esto, los mismos militantes del Movimiento Popular se encargaron de garantizar los mecanismos para evadir la represión y asegurar que “de todas partes acudieran a verlo.”El enemigo romano no lo veía ni lo descubría, peor el pueblo sí. Esto solo puede entenderse desde la óptica de la lucha revolucionaria.
El pueblo se encarga de proteger y ocultar a sus líderes. Esa fue la experiencia que vivimos como Iglesia durante la dictadura militar. Asimismo, durante nuestra guerra popular revolucionaria, algunas veces los campamentos guerrilleros estaban a pocas cuadras del enemigo, pero este no los detectaba. La clave en el tiempo de Jesús y en la actualidad es el apoyo popular.
La actitud de Jesús frente a este leproso nos deja enseñanzas muy valiosas sobre lo que debe ser la conducta de nuestras iglesias y de nuestros pastores que se confiesan seguidores de Jesucristo. Existen en el texto tres ideas básicas: la primera es que Jesús se identifica con los excluidos; con los leprosos, con los marginados.
Dos, la confianza en que Jesús responde a nuestras peticiones. A nuestros deseos más profundos. Y tres, Jesús rompe con los esquemas establecidos y pone en el centro de sus preocupaciones el bienestar de todos los seres humanos.
Por lo general en nuestras iglesias y pastores, se promueve precisamente lo contrario de lo que hace Jesús. Nuestras iglesias se identifican con los poderosos y rechazan a los pobres, nuestras iglesias son promotoras de la obediencia al sistema y tres, nuestras iglesias no promueven la lucha sino que predican la resignación, el apaciguamiento, la aceptación de la opresión y la explotación. Y lo hacemos leyendo la misma Biblia. Y confesando al mismo rebelde que fue crucificado y resucitó al tercer día. Amén.
Rev. Roberto Pineda, San Salvador, 18 de febrero de 2003
En la antigüedad, la lepra era una de las enfermedades más aterradoras que enfrentaba la humanidad. Contagiarse de lepra significaba morirse en vida. Los leprosos eran aislados y alejados de la sociedad, y condenados a morir en el ostracismo.
Jesús de Nazaret repudió estas prácticas discriminatorias y que provocaban mucho dolor y sufrimiento y no rechazo a los leprosos sino que por el contrario, permitió que se le acercaran y dialogaran con él, les ofreció su amistad y cariño.
En este texto, se nos relata el encuentro y diálogo entre Jesús y un hombre enfermo de lepra. Es un encuentro insólito en esa época y hasta escandaloso. Supuestamente las personas deberían evitar “contaminarse” con este tipo de encuentros. Jesús actúa de manera diferente. Supo ver la tristeza en el rostro del enfermo de lepra.
Este leproso buscó a Jesús hasta encontrarlo, su corazón latía de emoción al acercársele. Cuando lo vio, se puso de rodillas y le gritó con todas sus fuerzas: “si quieres, puedes limpiarse de mi enfermedad.”Le entregó a Jesús la decisión de curarlo.
El leproso apeló a la volunta de Jesús. Aceptó que fuera Jesús el que decidiera, se colocó en las manos de él. Confió en su misericordia, en su solidaridad. Jesús al verlo, tuvo compasión de él, le tocó con la mano y le dijo: “¡quiero, queda limpio!”
Al momento quedo limpio y Jesús lo despidió con la recomendación que no divulgara la causa de su curación. Comprendió Jesús que estas curaciones iban a ser interpretadas por las autoridades romanas y judías como una provocación política, como un llamado ala desobediencia y la rebelión, como señales del nacimiento de una nueva fuerza político religiosa, capaz de desafiar su dominación.
Pero el hombre curado de la lepra no pudo evitar divulgar el nombre de quine lo había curado y muchos se enteraron del acontecimiento que se convirtió en u hecho político, incluso las autoridades coloniales y del imperio, las cuales reaccionaron con amenazas de represión.
Esto obligó a que Jesús tomara medias de seguridad más estrictas y decidiera pasar a la clandestinidad. Desde entonces él y sus militantes evitaron entrar abiertamente en las poblaciones por el temor de ser capturados y optaron por esconderse y burlar así los planes represivos de las autoridades romanas y judías.
No obstante esto, los mismos militantes del Movimiento Popular se encargaron de garantizar los mecanismos para evadir la represión y asegurar que “de todas partes acudieran a verlo.”El enemigo romano no lo veía ni lo descubría, peor el pueblo sí. Esto solo puede entenderse desde la óptica de la lucha revolucionaria.
El pueblo se encarga de proteger y ocultar a sus líderes. Esa fue la experiencia que vivimos como Iglesia durante la dictadura militar. Asimismo, durante nuestra guerra popular revolucionaria, algunas veces los campamentos guerrilleros estaban a pocas cuadras del enemigo, pero este no los detectaba. La clave en el tiempo de Jesús y en la actualidad es el apoyo popular.
La actitud de Jesús frente a este leproso nos deja enseñanzas muy valiosas sobre lo que debe ser la conducta de nuestras iglesias y de nuestros pastores que se confiesan seguidores de Jesucristo. Existen en el texto tres ideas básicas: la primera es que Jesús se identifica con los excluidos; con los leprosos, con los marginados.
Dos, la confianza en que Jesús responde a nuestras peticiones. A nuestros deseos más profundos. Y tres, Jesús rompe con los esquemas establecidos y pone en el centro de sus preocupaciones el bienestar de todos los seres humanos.
Por lo general en nuestras iglesias y pastores, se promueve precisamente lo contrario de lo que hace Jesús. Nuestras iglesias se identifican con los poderosos y rechazan a los pobres, nuestras iglesias son promotoras de la obediencia al sistema y tres, nuestras iglesias no promueven la lucha sino que predican la resignación, el apaciguamiento, la aceptación de la opresión y la explotación. Y lo hacemos leyendo la misma Biblia. Y confesando al mismo rebelde que fue crucificado y resucitó al tercer día. Amén.
Rev. Roberto Pineda, San Salvador, 18 de febrero de 2003
miércoles, 6 de febrero de 2008
Jesús en Nazareth:la fuerza de la opresión 14-marzo-03
Jesús en Nazareth:
La fuerza de la opresión
Reflexión sobre Marcos 6:1-6
Rev. Roberto Pineda
pastor luterano
San Salvador, 14 de marzo de 2003
robertoarmando@navegante.com.sv
“Cuando el pobre crea en el pobre
ya podremos cantar ¡libertad!”
Misa salvadoreña
La opresión es una poderosa fuerza que confunde nuestra mente y adormece a nuestro corazón, como personas y como pueblo. La opresión es un río con muchas vertientes, un árbol con muchas ramas y viejas raíces. Surge desde los rincones de nuestra historia familiar, desde nuestros antepasados en una mezcla de opresión y de rebeldía, de gritos aislados y largos silencios.
La opresión se encuentra presente en nuestros empleos, en nuestras amistades, ideas, aficiones, sentimientos. La opresión es una actitud ante la vida en la que predomina el sometimiento, la resignación, el silencio, la hipocresía, la envidia, la frustración, la indiferencia social.
Adquirimos la opresión sin saberlo ni pedirlo. Se va apoderando de nuestras mentes y corazones a medida que nos socializan, que nos educan, que nos domestican. Brota desde las estructuras injustas de nuestra sociedad. Es una droga que nos inyectan desde que nacemos y es reforzada diariamente, minuto a minuto, desde los periódicos, la televisión, la familia, la escuela, la iglesia, el club deportivo, el gobierno, etc. Al tomar conciencia de la realidad la opresión cede terreno y poco a poco desaparece.
La vida de Jesús de Nazaret estuvo dedicada a enfrentar la opresión, a luchar por la dignidad de las personas, a proclamar la verdad sin temor al castigo, a denunciar a los poderosos que explotan al pueblo, a identificarse con el sufrimiento de los necesitados, a soñar con el pan en las mesas de los pobres, a trabajar por la paz y la justicia.
En este caminar con los pobres, Jesús y su Movimiento Popular atravesaron por momentos difíciles, de mucho conflicto y de mucha confusión, de situaciones límite, de peligros y traiciones. En este texto se nos habla precisamente de uno de estos momentos relacionado con la falta de apoyo a la causa del Reino.
Los hechos suceden en Nazaret. Jesús decide con sus militantes visitar a su tierra para predicar el Evangelio. Nunca se imaginó Jesús que su mensaje iba a ser recibido por oídos sordos. Sus paisanos al escucharlo y reconocerlo pusieron en duda, cuestionaron y quizás hasta se burlaron de su calidad de dirigente popular y de sus ideas.
Cuando lo escucharon predicar se sorprendieron, no se explicaban como era posible que el niño y joven que habían conocido, que era hijo de José el carpintero y de María, personas muy humildes, se había convertido en una persona de mucho conocimiento y en un dirigente del Movimiento Popular contra la ocupación romana. Sintieron hasta temor y no lo apoyaron. No confiaban en sus propias fuerzas.
Para Jesús fue un golpe fuerte que su propia gente lo rechazara y la tristeza se apoderó de su ser. No comprendía Jesús como la envidia y el temor podían ocultar la luz del reino de Dios, como era posible tanta ceguera. Pero estaba claro que estas personas que lo habían conocido a él y conocían a su familia por eso no quisieron hacerle caso.
Por lo general en todos los países y épocas, los pobres no creen en los pobres. Los pobres creen y confían en los poderosos. Y los pobres no creen en los lideres y en las soluciones que surgen desde los mismos pobres. La opresión les bloquea el entendimiento. Es como una mascara ideológica que se ciñe a su rostro y no les permite ver.
Los pobres esperan que los poderosos les ofrezcan las respuestas y les solucionen sus problemas, porque piensan que ellos tienen más capacidad y más recursos para hacerlo. Los poderosos se encargan se difundir este concepto desde el púlpito de las iglesias y las aulas de las escuelas. En esto radica el corazón de la opresión. En que bloquea, niega e invisibiliza la voluntad e imaginación de los pobres. Los vuelve dependientes de los poderosos.
Jesús reflexionó profundamente sobre este fenómeno. Sobre como los pobres se encontraban prisioneros de los dueños del poder, del dinero y de la religión. Y llegó a la conclusión que solo mediante la organización, la conciencia y la movilización de los oprimidos podría lograrse la liberación. De otra forma, los poderosos recuperarían fácilmente su poder o se establecería de nuevo un sistema opresor. Esta experiencia en su propia tierra, en Nazaret, fue clave para elaborar la teoría revolucionaria de Jesús.
Durante la visita a Nazaret Jesús no pudo realizar ningún milagro. Ningún hecho extraordinario. Otra lección importante para Jesús y sus seguidores es que los milagros necesitan de la fe. Para transformar la realidad se necesita de la fe, de la visión, del entusiasmo, de los sueños. Cuando no existe la fe existe la opresión. La fe es el camino hacia la liberación. La fe es capaz de mover montañas. La fe es capaz de derribar tiranos. La fe es capaz de lograr lo imposible.
La opresión es una fuerza poderosa. Lo mismo la fe. La opresión disminuye en la medida que crece la lucha social y aumenta cuando los oprimidos se resignan a vivir como esclavos. En nuestro país El Salvador la opresión ha crecido pero también en los últimos meses ha crecido la lucha. Ayer realizamos una gigantesca demostración de miles de personas que rechazaron la privatización de la salud. Fue la 6ta. Marcha Blanca que cubrió San Salvador de sueños y esperanzas. Como cristianos y como Comunidades de Fe y Vida estamos obligados a combatir la opresión. Amén.
La fuerza de la opresión
Reflexión sobre Marcos 6:1-6
Rev. Roberto Pineda
pastor luterano
San Salvador, 14 de marzo de 2003
robertoarmando@navegante.com.sv
“Cuando el pobre crea en el pobre
ya podremos cantar ¡libertad!”
Misa salvadoreña
La opresión es una poderosa fuerza que confunde nuestra mente y adormece a nuestro corazón, como personas y como pueblo. La opresión es un río con muchas vertientes, un árbol con muchas ramas y viejas raíces. Surge desde los rincones de nuestra historia familiar, desde nuestros antepasados en una mezcla de opresión y de rebeldía, de gritos aislados y largos silencios.
La opresión se encuentra presente en nuestros empleos, en nuestras amistades, ideas, aficiones, sentimientos. La opresión es una actitud ante la vida en la que predomina el sometimiento, la resignación, el silencio, la hipocresía, la envidia, la frustración, la indiferencia social.
Adquirimos la opresión sin saberlo ni pedirlo. Se va apoderando de nuestras mentes y corazones a medida que nos socializan, que nos educan, que nos domestican. Brota desde las estructuras injustas de nuestra sociedad. Es una droga que nos inyectan desde que nacemos y es reforzada diariamente, minuto a minuto, desde los periódicos, la televisión, la familia, la escuela, la iglesia, el club deportivo, el gobierno, etc. Al tomar conciencia de la realidad la opresión cede terreno y poco a poco desaparece.
La vida de Jesús de Nazaret estuvo dedicada a enfrentar la opresión, a luchar por la dignidad de las personas, a proclamar la verdad sin temor al castigo, a denunciar a los poderosos que explotan al pueblo, a identificarse con el sufrimiento de los necesitados, a soñar con el pan en las mesas de los pobres, a trabajar por la paz y la justicia.
En este caminar con los pobres, Jesús y su Movimiento Popular atravesaron por momentos difíciles, de mucho conflicto y de mucha confusión, de situaciones límite, de peligros y traiciones. En este texto se nos habla precisamente de uno de estos momentos relacionado con la falta de apoyo a la causa del Reino.
Los hechos suceden en Nazaret. Jesús decide con sus militantes visitar a su tierra para predicar el Evangelio. Nunca se imaginó Jesús que su mensaje iba a ser recibido por oídos sordos. Sus paisanos al escucharlo y reconocerlo pusieron en duda, cuestionaron y quizás hasta se burlaron de su calidad de dirigente popular y de sus ideas.
Cuando lo escucharon predicar se sorprendieron, no se explicaban como era posible que el niño y joven que habían conocido, que era hijo de José el carpintero y de María, personas muy humildes, se había convertido en una persona de mucho conocimiento y en un dirigente del Movimiento Popular contra la ocupación romana. Sintieron hasta temor y no lo apoyaron. No confiaban en sus propias fuerzas.
Para Jesús fue un golpe fuerte que su propia gente lo rechazara y la tristeza se apoderó de su ser. No comprendía Jesús como la envidia y el temor podían ocultar la luz del reino de Dios, como era posible tanta ceguera. Pero estaba claro que estas personas que lo habían conocido a él y conocían a su familia por eso no quisieron hacerle caso.
Por lo general en todos los países y épocas, los pobres no creen en los pobres. Los pobres creen y confían en los poderosos. Y los pobres no creen en los lideres y en las soluciones que surgen desde los mismos pobres. La opresión les bloquea el entendimiento. Es como una mascara ideológica que se ciñe a su rostro y no les permite ver.
Los pobres esperan que los poderosos les ofrezcan las respuestas y les solucionen sus problemas, porque piensan que ellos tienen más capacidad y más recursos para hacerlo. Los poderosos se encargan se difundir este concepto desde el púlpito de las iglesias y las aulas de las escuelas. En esto radica el corazón de la opresión. En que bloquea, niega e invisibiliza la voluntad e imaginación de los pobres. Los vuelve dependientes de los poderosos.
Jesús reflexionó profundamente sobre este fenómeno. Sobre como los pobres se encontraban prisioneros de los dueños del poder, del dinero y de la religión. Y llegó a la conclusión que solo mediante la organización, la conciencia y la movilización de los oprimidos podría lograrse la liberación. De otra forma, los poderosos recuperarían fácilmente su poder o se establecería de nuevo un sistema opresor. Esta experiencia en su propia tierra, en Nazaret, fue clave para elaborar la teoría revolucionaria de Jesús.
Durante la visita a Nazaret Jesús no pudo realizar ningún milagro. Ningún hecho extraordinario. Otra lección importante para Jesús y sus seguidores es que los milagros necesitan de la fe. Para transformar la realidad se necesita de la fe, de la visión, del entusiasmo, de los sueños. Cuando no existe la fe existe la opresión. La fe es el camino hacia la liberación. La fe es capaz de mover montañas. La fe es capaz de derribar tiranos. La fe es capaz de lograr lo imposible.
La opresión es una fuerza poderosa. Lo mismo la fe. La opresión disminuye en la medida que crece la lucha social y aumenta cuando los oprimidos se resignan a vivir como esclavos. En nuestro país El Salvador la opresión ha crecido pero también en los últimos meses ha crecido la lucha. Ayer realizamos una gigantesca demostración de miles de personas que rechazaron la privatización de la salud. Fue la 6ta. Marcha Blanca que cubrió San Salvador de sueños y esperanzas. Como cristianos y como Comunidades de Fe y Vida estamos obligados a combatir la opresión. Amén.
domingo, 3 de febrero de 2008
Jesús y la lucha por la salud 12-febrero-03
Marcos 1: 29-39
Jesús de Nazaret dedicó su vida a luchar por la salud de su pueblo. Una de las principales claves para entender su mensaje de liberación radica en su permanente práctica de curar enfermos y expulsar demonios. El rostro de Jesús aparece donde hay sufrimiento y donde desde la lucha nace la esperanza.
Jesús es para nuestros pueblos latinoamericanos salud. Jesús es alimentación. Jesús es educación. Jesús es vivienda. Jesús es alegría. Jesús es oración. Jesús es seguridad. Jesús es esperanza.
En este texto aparecen tres momentos de la actividad política de Jesús. Los dos primeros dedicados a luchar por la salud y el último orientado a la oración. Estamos leyendo a Marcos, para quién la dimensión curativa de Jesús fue fundamental porque en su comunidad de fe habían muchos enfermos, había mucho dolor, mucha angustia.
Este capítulo de Marcos nos permite conocer un día de Jesús, la jornada diaria. Es un sábado, en la mañana predica y cura en la sinagoga, por la tarde visita a la suegra de Pedro, por la noche se dedica a curar enfermos y de madrugada se retira a un lugar solitario a orar. Un día típico de Jesús. Un día dedicado a construir el reino de Dios.
Cuando Jesús visita a la suegra de Pedro que estaba enferma, en cama y con fiebre, se establece un combate. Jesús se enfrenta al demonio de la enfermedad, "él se acercó, y tomándola de la mano la levantó". Jesús derrota al demonio de la enfermedad. El estar enfermo es una experiencia vital, es estar derrotado, humillado, postrado, abandonado.
Nuestras vidas transcurren en un vaivén entre la enfermedad y la salud. Por lo general, hay largos períodos de salud seguidos de cortos períodos de enfermedad. Pero hay personas que viven todas sus vidas enfermas, soportando el dolor, muchas veces sin medicinas, sin apoyo, sin el consuelo de los familiares, sin un vaso de agua, sin una mirada dulce de cariño.
Les voy a contar una experiencia
Como pastor yo fui evangelizado hace algunos años por un niño de la comunidad, por Carlitos. Carlitos fue un niño que nació en la Comunidad Monseñor Romero, y yo fui su padrino. Fíjense que Carlitos desde que nació fue llevado al hospital porque padecía de una fractura en la columna y no iba a poder caminar, además, además padecía de hidrocefalia, y tenían que extraerle liquido de su cabecita. Y Carlitos, vivió casi toda su vida, seis meses en el Hospital Bloom. Y ese niñito nos unió como comunidad. Toda su vida pasó enfermito, lleno de tubos de oxigeno y suero. Así fue la corta vida de Carlitos.
La enfermedad, la pérdida de la salud, ha acompañado la vida de la humanidad. Y ha habido pestes como la viruela que han segado la vida de miles, de millones de personas. En la actualidad, el Sida amenaza nuestras comunidades, nuestros pueblos.
Cuando la gente se enteró que Jesús había curado a la suegra de Pedro, se organizaron y le llevaron a Jesús a todos los enfermos y endemoniados. Jesús los recibió y los acepto, "sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios". Y luego, ya de madrugada, Jesús se levantó y salió de la ciudad y se retiró a un lugar solitario "para ir a orar".
Jesús luego de una jornada de trabajo necesita orar. Necesita reflexionar, meditar sobre lo que ha hecho, comunicarse con su Padre celestial, evaluar el estado de la situación, fortalecer su fe y su esperanza. La oración es suplica y respuesta. La oración es petición y confianza. La oración es entrega y compromiso.
Es importante que analicemos la práctica de Jesús a la luz de nuestra realidad. Esa es la única manera de poder seguirlo. La tarea es soñar a Jesús en El Salvador. Se necesita mucha imaginación y mucho compromiso porque existe la tentación de imaginarnos a Jesús como rey poderoso, como terrateniente dueño de haciendas, o por el contrario, como una persona derrotada y sumisa, llorosa y temerosa.
Son dos imágenes fabricadas por los poderosos en la iglesia y la sociedad para esconder el verdadero rostro de Jesús, un Jesús que se enfrenta a la enfermedad y la derrota; un Jesús que se enfrenta al sistema y lo denuncia; es por esto que se pretende ocultar al Jesús revolucionario, al Jesús sindicalista, al Jesús subversivo.
La situación de la salud en nuestro país es lamentable, crítica. Miles de niños y niñas mueren por falta de hospitales, por falta de medicinas, por falta de atención médica. Y aún así, en esta situación hay sectores poderosos, con mucho dinero y poder, que pretenden privatizar la salud porque ven la salud como un gran pastel que hay que devorar, ven la salud como una oportunidad para enriquecerse, ven la salud como una mercancía. Y no les importa que mueran más niños, más ancianos, más mujeres. Esta es la lógica malvada del mercado y de este sistema capitalista.
En El Salvador la pobreza y la enfermedad caminan de la mano. Nunca se separan. Y en nuestras comunidades predomina la pobreza y la enfermedad. Somos un pueblo pobre y enfermo, sin salud, sin educación, sin vivienda, sin seguridad, sin bienestar, sin alegría. Y si se privatiza el sistema nacional de salud, la situación será peor. Habrá más pobreza, más exclusión, más enfermedad, más dolor, más sufrimiento.
Es por esto que como iglesia luterana acompañamos al gremio médico en su heroica huelga contra la privatización de la salud. Los acompañamos en sus Marchas Blancas, en su propuesta de reforma al sistema de salud. Y nos mantenemos en acción y oración para que no se derrote a esta huelga santa, porque sabemos que una derrota significará un gran retroceso, significará entregar los hospitales públicos a los mercaderes de la salud.
Que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga, y nos de mucha fuerza para seguir luchando por la salud, así como él lo hizo, y para seguir soñando en una nueva patria donde nuestros hijos e hijas crezcan felices, sanos y vivan siempre en paz. Amén.
---
Rev. Roberto Pineda
Iglesia Luterana Salvadoreña
Calle 5 de Noviembre y 8va. Ave. Norte
Barrio San Miguelito, San Salvador
Tel: (503) 225 4616
robertoarmando@navegante.com.sv
Jesús de Nazaret dedicó su vida a luchar por la salud de su pueblo. Una de las principales claves para entender su mensaje de liberación radica en su permanente práctica de curar enfermos y expulsar demonios. El rostro de Jesús aparece donde hay sufrimiento y donde desde la lucha nace la esperanza.
Jesús es para nuestros pueblos latinoamericanos salud. Jesús es alimentación. Jesús es educación. Jesús es vivienda. Jesús es alegría. Jesús es oración. Jesús es seguridad. Jesús es esperanza.
En este texto aparecen tres momentos de la actividad política de Jesús. Los dos primeros dedicados a luchar por la salud y el último orientado a la oración. Estamos leyendo a Marcos, para quién la dimensión curativa de Jesús fue fundamental porque en su comunidad de fe habían muchos enfermos, había mucho dolor, mucha angustia.
Este capítulo de Marcos nos permite conocer un día de Jesús, la jornada diaria. Es un sábado, en la mañana predica y cura en la sinagoga, por la tarde visita a la suegra de Pedro, por la noche se dedica a curar enfermos y de madrugada se retira a un lugar solitario a orar. Un día típico de Jesús. Un día dedicado a construir el reino de Dios.
Cuando Jesús visita a la suegra de Pedro que estaba enferma, en cama y con fiebre, se establece un combate. Jesús se enfrenta al demonio de la enfermedad, "él se acercó, y tomándola de la mano la levantó". Jesús derrota al demonio de la enfermedad. El estar enfermo es una experiencia vital, es estar derrotado, humillado, postrado, abandonado.
Nuestras vidas transcurren en un vaivén entre la enfermedad y la salud. Por lo general, hay largos períodos de salud seguidos de cortos períodos de enfermedad. Pero hay personas que viven todas sus vidas enfermas, soportando el dolor, muchas veces sin medicinas, sin apoyo, sin el consuelo de los familiares, sin un vaso de agua, sin una mirada dulce de cariño.
Les voy a contar una experiencia
Como pastor yo fui evangelizado hace algunos años por un niño de la comunidad, por Carlitos. Carlitos fue un niño que nació en la Comunidad Monseñor Romero, y yo fui su padrino. Fíjense que Carlitos desde que nació fue llevado al hospital porque padecía de una fractura en la columna y no iba a poder caminar, además, además padecía de hidrocefalia, y tenían que extraerle liquido de su cabecita. Y Carlitos, vivió casi toda su vida, seis meses en el Hospital Bloom. Y ese niñito nos unió como comunidad. Toda su vida pasó enfermito, lleno de tubos de oxigeno y suero. Así fue la corta vida de Carlitos.
La enfermedad, la pérdida de la salud, ha acompañado la vida de la humanidad. Y ha habido pestes como la viruela que han segado la vida de miles, de millones de personas. En la actualidad, el Sida amenaza nuestras comunidades, nuestros pueblos.
Cuando la gente se enteró que Jesús había curado a la suegra de Pedro, se organizaron y le llevaron a Jesús a todos los enfermos y endemoniados. Jesús los recibió y los acepto, "sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios". Y luego, ya de madrugada, Jesús se levantó y salió de la ciudad y se retiró a un lugar solitario "para ir a orar".
Jesús luego de una jornada de trabajo necesita orar. Necesita reflexionar, meditar sobre lo que ha hecho, comunicarse con su Padre celestial, evaluar el estado de la situación, fortalecer su fe y su esperanza. La oración es suplica y respuesta. La oración es petición y confianza. La oración es entrega y compromiso.
Es importante que analicemos la práctica de Jesús a la luz de nuestra realidad. Esa es la única manera de poder seguirlo. La tarea es soñar a Jesús en El Salvador. Se necesita mucha imaginación y mucho compromiso porque existe la tentación de imaginarnos a Jesús como rey poderoso, como terrateniente dueño de haciendas, o por el contrario, como una persona derrotada y sumisa, llorosa y temerosa.
Son dos imágenes fabricadas por los poderosos en la iglesia y la sociedad para esconder el verdadero rostro de Jesús, un Jesús que se enfrenta a la enfermedad y la derrota; un Jesús que se enfrenta al sistema y lo denuncia; es por esto que se pretende ocultar al Jesús revolucionario, al Jesús sindicalista, al Jesús subversivo.
La situación de la salud en nuestro país es lamentable, crítica. Miles de niños y niñas mueren por falta de hospitales, por falta de medicinas, por falta de atención médica. Y aún así, en esta situación hay sectores poderosos, con mucho dinero y poder, que pretenden privatizar la salud porque ven la salud como un gran pastel que hay que devorar, ven la salud como una oportunidad para enriquecerse, ven la salud como una mercancía. Y no les importa que mueran más niños, más ancianos, más mujeres. Esta es la lógica malvada del mercado y de este sistema capitalista.
En El Salvador la pobreza y la enfermedad caminan de la mano. Nunca se separan. Y en nuestras comunidades predomina la pobreza y la enfermedad. Somos un pueblo pobre y enfermo, sin salud, sin educación, sin vivienda, sin seguridad, sin bienestar, sin alegría. Y si se privatiza el sistema nacional de salud, la situación será peor. Habrá más pobreza, más exclusión, más enfermedad, más dolor, más sufrimiento.
Es por esto que como iglesia luterana acompañamos al gremio médico en su heroica huelga contra la privatización de la salud. Los acompañamos en sus Marchas Blancas, en su propuesta de reforma al sistema de salud. Y nos mantenemos en acción y oración para que no se derrote a esta huelga santa, porque sabemos que una derrota significará un gran retroceso, significará entregar los hospitales públicos a los mercaderes de la salud.
Que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga, y nos de mucha fuerza para seguir luchando por la salud, así como él lo hizo, y para seguir soñando en una nueva patria donde nuestros hijos e hijas crezcan felices, sanos y vivan siempre en paz. Amén.
---
Rev. Roberto Pineda
Iglesia Luterana Salvadoreña
Calle 5 de Noviembre y 8va. Ave. Norte
Barrio San Miguelito, San Salvador
Tel: (503) 225 4616
robertoarmando@navegante.com.sv
Por la paz en Irak... 3-febrero-03
Miqueas 4:3-4
Hermanos y hermanas:
Estamos aquí frente a la embajada del país más poderoso de la tierra, para expresar nuestra solidaridad con el sufrido y heroico pueblo de Irak, y para rechazar la campaña de amenazas y los preparativos bélicos de agresión que realiza el gobierno estadounidense de George Bush. Estamos aquí contra la guerra y por la paz en Irak.
Como pueblo e iglesia salvadoreña conocemos y rechazamos la guerra. La vivimos durante doce años. Y conocemos la dictadura militar también. La vivimos durante cincuenta años. Sabemos lo que esto significa, sabemos de lo que estamos hablando. Significa niños y niñas destrozados por las bombas, el temor y la cólera ante los bombardeos.
Las madres huyendo con sus niños en brazos, la tristeza en los rostros de los huérfanos y las viudas, los jóvenes caminando al sacrificio, las desapariciones de los amigos y los cuerpos mutilados, decapitados, las masacres de nuestros vecinos, todo eso lo sabemos, lo hemos vivido y por eso rechazamos la guerra en Irak.
Como pueblo e iglesia salvadoreña hacemos un llamado al gobierno norteamericano, perdón estadounidense, a respetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y permitir que este conflicto sea resuelto por la vía del derecho internacional, por la vía diplomática, por la vía del diálogo y la negociación, y no por la vía de la intervención armada y del castigo nuclear, no por la vía de la guerra.
Le hacemos un llamado a este gobierno poderoso, a esta nueva Roma, pero no nos hacemos ilusiones, conocemos de su prepotencia, y es por eso que también hacemos un llamado al pueblo de Jefferson, al pueblo de Lincoln, al pueblo de Martín Luther King, a los seguidores de Jesús de Nazaret en los Estados Unidos, para que marchen por las calles.
Que recorran las avenidas y los bulevares de Los Angeles, Chicago, Nueva York, San Francisco y exijan a sus representantes ante el Congreso a que se ponga fin a estos preparativos militares, los convocamos para que escriban a la Casa Blanca en Washington y expresen su oposición, su rechazo a la guerra. Confiamos en el pueblo estadounidense, confiamos en sus grandes reservas morales y su sentido de justicia, porque lo conocemos.
Es el mismo pueblo que nos acompañó durante la guerra y nunca nos abandonó, incluso en los momentos más difíciles de la represión y la guerra. Convocamos a sus iglesias y sus comunidades y estamos seguros que van a parar la guerra. Estamos seguros que no apoyan la guerra y si apoyan la paz.
Como pueblo salvadoreño, como pueblo de Monseñor Romero, el obispo que fue asesinado en el altar por luchar por la justicia; entregamos nuestro corazón, nuestras oraciones, nuestras esperanzas al noble y valiente pueblo de Irak, a los habitantes de Bagdad, de Basora.
Comprendemos su sufrimiento, su angustia, su frustración, su impotencia. Aunque somos de culturas diferentes, hablamos lenguajes diferentes, tenemos religiones diferentes, nos unen los mismos sueños de justicia y liberación, de paz y tranquilidad en nuestras aldeas y ciudades. Y no podemos olvidar que venimos de la misma semilla de Abraham.
Hermanos y hermanas:
Hemos escuchado el texto de Miqueas, el gran profeta del Antiguo Testamento. Es un mensaje de paz y esperanza. Miqueas nos describe el sueño de la humanidad: un mundo sin guerras y con tranquilidad, un mundo seguro y solidario. Un mundo que tenemos que construir, por el que tenemos que luchar.
Miqueas hace un llamado a los poderosos para que conviertan sus espadas en arados, para que transformen sus lanzas en hoces. Miqueas nos llama a convertir los tanques en tractores, los aviones y buques de guerra en aviones y buques de paz. El gobierno estadounidense tendría muchos amigos en el mundo si en vez de amenazas y guerra, impulsara la amistad y la solidaridad. En el mundo actual, solo la justicia puede ser la fuente de la seguridad. Solo la justicia puede destruir el terror.
Miqueas nos habla de vivir sin temor y que cada persona y país descanse a la sombra de su vid y de su higuera. Este es el sueño de la humanidad, por el cual generaciones y generaciones de luchadores han entregado sus vidas. Este es el sueño de los niños y niñas de Irak, de los niños y niñas de El Salvador, de los niños y niñas de Estados Unidos. De los hombres y mujeres de todo el planeta.
Y es por eso que estamos aquí esta mañana, marchando y cantando, orando y gritando, con la confianza en que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de nuestro Padre y la comunión del Espíritu Santo serán más poderosos que los planes de agresión contra Irak y nos darán la fuerza para seguir adelante luchando por la paz. Amén.
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Roberto Pineda
robertoarmando@navegante.com.sv
Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda, frente a Embajada de Estados Unidos en San Salvador, el de 3 de febrero por la mañana, convocada por la Iglesia Luterana, en actividad lamada "Jornada de Oración por la Paz en Irak"
Hermanos y hermanas:
Estamos aquí frente a la embajada del país más poderoso de la tierra, para expresar nuestra solidaridad con el sufrido y heroico pueblo de Irak, y para rechazar la campaña de amenazas y los preparativos bélicos de agresión que realiza el gobierno estadounidense de George Bush. Estamos aquí contra la guerra y por la paz en Irak.
Como pueblo e iglesia salvadoreña conocemos y rechazamos la guerra. La vivimos durante doce años. Y conocemos la dictadura militar también. La vivimos durante cincuenta años. Sabemos lo que esto significa, sabemos de lo que estamos hablando. Significa niños y niñas destrozados por las bombas, el temor y la cólera ante los bombardeos.
Las madres huyendo con sus niños en brazos, la tristeza en los rostros de los huérfanos y las viudas, los jóvenes caminando al sacrificio, las desapariciones de los amigos y los cuerpos mutilados, decapitados, las masacres de nuestros vecinos, todo eso lo sabemos, lo hemos vivido y por eso rechazamos la guerra en Irak.
Como pueblo e iglesia salvadoreña hacemos un llamado al gobierno norteamericano, perdón estadounidense, a respetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y permitir que este conflicto sea resuelto por la vía del derecho internacional, por la vía diplomática, por la vía del diálogo y la negociación, y no por la vía de la intervención armada y del castigo nuclear, no por la vía de la guerra.
Le hacemos un llamado a este gobierno poderoso, a esta nueva Roma, pero no nos hacemos ilusiones, conocemos de su prepotencia, y es por eso que también hacemos un llamado al pueblo de Jefferson, al pueblo de Lincoln, al pueblo de Martín Luther King, a los seguidores de Jesús de Nazaret en los Estados Unidos, para que marchen por las calles.
Que recorran las avenidas y los bulevares de Los Angeles, Chicago, Nueva York, San Francisco y exijan a sus representantes ante el Congreso a que se ponga fin a estos preparativos militares, los convocamos para que escriban a la Casa Blanca en Washington y expresen su oposición, su rechazo a la guerra. Confiamos en el pueblo estadounidense, confiamos en sus grandes reservas morales y su sentido de justicia, porque lo conocemos.
Es el mismo pueblo que nos acompañó durante la guerra y nunca nos abandonó, incluso en los momentos más difíciles de la represión y la guerra. Convocamos a sus iglesias y sus comunidades y estamos seguros que van a parar la guerra. Estamos seguros que no apoyan la guerra y si apoyan la paz.
Como pueblo salvadoreño, como pueblo de Monseñor Romero, el obispo que fue asesinado en el altar por luchar por la justicia; entregamos nuestro corazón, nuestras oraciones, nuestras esperanzas al noble y valiente pueblo de Irak, a los habitantes de Bagdad, de Basora.
Comprendemos su sufrimiento, su angustia, su frustración, su impotencia. Aunque somos de culturas diferentes, hablamos lenguajes diferentes, tenemos religiones diferentes, nos unen los mismos sueños de justicia y liberación, de paz y tranquilidad en nuestras aldeas y ciudades. Y no podemos olvidar que venimos de la misma semilla de Abraham.
Hermanos y hermanas:
Hemos escuchado el texto de Miqueas, el gran profeta del Antiguo Testamento. Es un mensaje de paz y esperanza. Miqueas nos describe el sueño de la humanidad: un mundo sin guerras y con tranquilidad, un mundo seguro y solidario. Un mundo que tenemos que construir, por el que tenemos que luchar.
Miqueas hace un llamado a los poderosos para que conviertan sus espadas en arados, para que transformen sus lanzas en hoces. Miqueas nos llama a convertir los tanques en tractores, los aviones y buques de guerra en aviones y buques de paz. El gobierno estadounidense tendría muchos amigos en el mundo si en vez de amenazas y guerra, impulsara la amistad y la solidaridad. En el mundo actual, solo la justicia puede ser la fuente de la seguridad. Solo la justicia puede destruir el terror.
Miqueas nos habla de vivir sin temor y que cada persona y país descanse a la sombra de su vid y de su higuera. Este es el sueño de la humanidad, por el cual generaciones y generaciones de luchadores han entregado sus vidas. Este es el sueño de los niños y niñas de Irak, de los niños y niñas de El Salvador, de los niños y niñas de Estados Unidos. De los hombres y mujeres de todo el planeta.
Y es por eso que estamos aquí esta mañana, marchando y cantando, orando y gritando, con la confianza en que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de nuestro Padre y la comunión del Espíritu Santo serán más poderosos que los planes de agresión contra Irak y nos darán la fuerza para seguir adelante luchando por la paz. Amén.
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Roberto Pineda
robertoarmando@navegante.com.sv
Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda, frente a Embajada de Estados Unidos en San Salvador, el de 3 de febrero por la mañana, convocada por la Iglesia Luterana, en actividad lamada "Jornada de Oración por la Paz en Irak"
Capernaum: La primera batalla de Jesús 31-enero-03
Marcos 1:21-28
Cada uno de los Evangelios describe de manera diferente el comienzo de la actividad pública de Jesús, de las primeras acciones políticas, organizadas por el núcleo inicial de seguidores de Jesús de Nazaret.
Sucede que en cada Evangelio se da prioridad a una determinada dimensión de la praxis política de Jesús, de acuerdo a las necesidades que encontraron en el camino, en la lucha, las comunidades de fe que asumieron el reto de seguir, interpretar y redactar la vida y el mensaje de Jesús.
En el texto reseñado, Marcos coloca como actividades iniciales de Jesús de Nazaret, el crucificado que resucitó, las de enseñar en una sinagoga y de expulsar un demonio que se había apoderado de una persona. En ambos casos Jesús rompe con el orden establecido, con el establishment político y religioso.
Nos enteramos que Jesús de Nazaret enseña y cura. La educación y la salud fueron asumidos como medios idóneos para proclamar el mensaje de salvación, para divulgar las buenas nuevas del reino de Dios. Jesús es un educador popular y no de elites. Un médico popular y no de minorías poderosas.
Jesús y su Movimiento Popular nunca tuvieron como criterios obtener ganancias económicas. Jesús no fue un comerciante de la salud ni de la educación. Salud y educación eran medios para lograr la liberación. Se necesitaba un pueblo educado y sano para construir el reino y derrotar a los demonios de la ignorancia y la enfermedad.
Jesús desarrolló su primera actividad en Capernaum, a la orilla del lago de Galilea, donde estaba viviendo (Mateo 4:13). La curación se realizó en día sábado, chocando con lo establecido por la ley mosaica, mientras que la enseñanza se realizó en el interior de la sinagoga. Para Jesús la proclamación del reino de Dios era el criterio máximo de legalidad.
Cuando Jesús enseñaba lo hacía con mucha convicción y conocimiento. Con pasión y sabiduría. Con mucho entusiasmo, porque estaba seguro que su palabra ayudaría a romper las cadenas de la opresión. Enseñaba con mucho amor porque estaba dispuesto incluso a entregar su vida por ese pueblo sufrido de El Salvador, quiero decir de Palestina.
Esta actitud combativa, decidida, consecuente, despertó la simpatía y el apoyo de muchas personas que reconocieron que Jesús enseñaba "con plena autoridad", convencido de la fuerza del mensaje del reino de Dios.
En la sinagoga había un hombre enfermo, endemoniado, desesperado, sin esperanza, como sucede en muchas de nuestras iglesias. Los espíritus que lo oprimían lo habían inmovilizado. Su propia voz se había apagado. Su voluntad estaba derrotada. Tenía mucho temor y ese mismo temor lo hace rechazar a Jesús, lo hace gritar rechazando la liberación. Esa persona deseaba seguir viviendo en la opresión, en la oscuridad.
Jesús decidió enfrentarse a ese demonio, a ese espíritu inmundo, y le dice con la autoridad de la palabra de Dios: ¡cállate y deja a este hombre! Y expulsó al demonio. Lo que hizo Jesús es muy significativo.
Como iglesias seguidoras del Jesús resucitado, debemos de preguntarnos cuales son los demonios que en nuestras sociedades mantienen oprimida a nuestra gente y que debemos de hacer para combatirlos. Nos corresponde decirle a los gobiernos autoritarios que mienten y reprimen a nuestra gente: ¡cállense y dejen a este pueblo!
El demonio de la pobreza golpea diariamente a nuestra gente en las mesas de sus hogares. El demonio de la guerra amenaza al heroico pueblo de Irak. El demonio de la indiferencia social ha penetrado en nuestras iglesias y cierra las puertas al sufrimiento de nuestras viudas y huérfanos. El demonio de la riqueza cierra los corazones a la solidaridad.
La gente observó a Jesús cuando enseñaba y cuando curaba, al principio sorprendida y luego admirada, intuía que algo nuevo estaba pasando, eran testigos del aparecimiento de una nueva organización popular, de un nuevo movimiento social encabezado por un dirigente con un espíritu poderoso, que enseñaba de una manera nueva y que también expulsaba demonios.
La noticia de este hecho , de esta primera batalla de Jesús, corrió como un reguero de pólvora. La gente se encargó de divulgar por todos los rincones de Galilea de la existencia de este grupo de personas, con un mensaje nuevo, con una conducción confiable y con una práctica de trabajo con la gente. Jesús también fue un agitador y un propagandista del reino de Dios.
En nuestras iglesias...
Por lo general en nuestras iglesias nos perdemos y casi nunca encontramos nuestro camino a Capernaum. Hacemos todo lo contrario de lo que hizo Jesús y nos llamamos cristianos. Nuestras iglesias se han convertido en instituciones respetables y respetuosas del orden establecido. Le temen a la protesta y a la lucha.
Son las encargados de bendecir a los dictadores, sean civiles o militares, y acompañar sonrientes a sus gobiernos y sectores poderosos en sus empresas comerciales o militares. Triste papel de nuestras iglesias. Ingrato destino de personas que leen la Biblia y se arrodillan en los templos.
Nuestras iglesias no son semillas de liberación sino ramas de un árbol podrido de opresión, que tiene como raíces la ignorancia y la enfermedad. Duele reconocerlo, pero mientras sigamos únicamente rezando al interior de nuestros templos y nos olvidemos que afuera, en la calle, está nuestra gente sufriendo, están los niños durmiendo en las aceras de las calles sin haber cenado, y nuestros jóvenes tengan que irse a trabajar a Estados Unidos, muy poco estamos haciendo para seguir a Jesús, el revolucionario que fue asesinado porque "hablaba con autoridad".
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Rev. Roberto Pineda
Iglesia Luterana Salvadoreña
Calle 5 de Noviembre y 8va. Ave. Norte
Barrio San Miguelito, San Salvador
Tel: (503) 225 4616
El Salvador
robertoarmando@navegante.com.sv
San Salvador, 31 de enero de 2003
Cada uno de los Evangelios describe de manera diferente el comienzo de la actividad pública de Jesús, de las primeras acciones políticas, organizadas por el núcleo inicial de seguidores de Jesús de Nazaret.
Sucede que en cada Evangelio se da prioridad a una determinada dimensión de la praxis política de Jesús, de acuerdo a las necesidades que encontraron en el camino, en la lucha, las comunidades de fe que asumieron el reto de seguir, interpretar y redactar la vida y el mensaje de Jesús.
En el texto reseñado, Marcos coloca como actividades iniciales de Jesús de Nazaret, el crucificado que resucitó, las de enseñar en una sinagoga y de expulsar un demonio que se había apoderado de una persona. En ambos casos Jesús rompe con el orden establecido, con el establishment político y religioso.
Nos enteramos que Jesús de Nazaret enseña y cura. La educación y la salud fueron asumidos como medios idóneos para proclamar el mensaje de salvación, para divulgar las buenas nuevas del reino de Dios. Jesús es un educador popular y no de elites. Un médico popular y no de minorías poderosas.
Jesús y su Movimiento Popular nunca tuvieron como criterios obtener ganancias económicas. Jesús no fue un comerciante de la salud ni de la educación. Salud y educación eran medios para lograr la liberación. Se necesitaba un pueblo educado y sano para construir el reino y derrotar a los demonios de la ignorancia y la enfermedad.
Jesús desarrolló su primera actividad en Capernaum, a la orilla del lago de Galilea, donde estaba viviendo (Mateo 4:13). La curación se realizó en día sábado, chocando con lo establecido por la ley mosaica, mientras que la enseñanza se realizó en el interior de la sinagoga. Para Jesús la proclamación del reino de Dios era el criterio máximo de legalidad.
Cuando Jesús enseñaba lo hacía con mucha convicción y conocimiento. Con pasión y sabiduría. Con mucho entusiasmo, porque estaba seguro que su palabra ayudaría a romper las cadenas de la opresión. Enseñaba con mucho amor porque estaba dispuesto incluso a entregar su vida por ese pueblo sufrido de El Salvador, quiero decir de Palestina.
Esta actitud combativa, decidida, consecuente, despertó la simpatía y el apoyo de muchas personas que reconocieron que Jesús enseñaba "con plena autoridad", convencido de la fuerza del mensaje del reino de Dios.
En la sinagoga había un hombre enfermo, endemoniado, desesperado, sin esperanza, como sucede en muchas de nuestras iglesias. Los espíritus que lo oprimían lo habían inmovilizado. Su propia voz se había apagado. Su voluntad estaba derrotada. Tenía mucho temor y ese mismo temor lo hace rechazar a Jesús, lo hace gritar rechazando la liberación. Esa persona deseaba seguir viviendo en la opresión, en la oscuridad.
Jesús decidió enfrentarse a ese demonio, a ese espíritu inmundo, y le dice con la autoridad de la palabra de Dios: ¡cállate y deja a este hombre! Y expulsó al demonio. Lo que hizo Jesús es muy significativo.
Como iglesias seguidoras del Jesús resucitado, debemos de preguntarnos cuales son los demonios que en nuestras sociedades mantienen oprimida a nuestra gente y que debemos de hacer para combatirlos. Nos corresponde decirle a los gobiernos autoritarios que mienten y reprimen a nuestra gente: ¡cállense y dejen a este pueblo!
El demonio de la pobreza golpea diariamente a nuestra gente en las mesas de sus hogares. El demonio de la guerra amenaza al heroico pueblo de Irak. El demonio de la indiferencia social ha penetrado en nuestras iglesias y cierra las puertas al sufrimiento de nuestras viudas y huérfanos. El demonio de la riqueza cierra los corazones a la solidaridad.
La gente observó a Jesús cuando enseñaba y cuando curaba, al principio sorprendida y luego admirada, intuía que algo nuevo estaba pasando, eran testigos del aparecimiento de una nueva organización popular, de un nuevo movimiento social encabezado por un dirigente con un espíritu poderoso, que enseñaba de una manera nueva y que también expulsaba demonios.
La noticia de este hecho , de esta primera batalla de Jesús, corrió como un reguero de pólvora. La gente se encargó de divulgar por todos los rincones de Galilea de la existencia de este grupo de personas, con un mensaje nuevo, con una conducción confiable y con una práctica de trabajo con la gente. Jesús también fue un agitador y un propagandista del reino de Dios.
En nuestras iglesias...
Por lo general en nuestras iglesias nos perdemos y casi nunca encontramos nuestro camino a Capernaum. Hacemos todo lo contrario de lo que hizo Jesús y nos llamamos cristianos. Nuestras iglesias se han convertido en instituciones respetables y respetuosas del orden establecido. Le temen a la protesta y a la lucha.
Son las encargados de bendecir a los dictadores, sean civiles o militares, y acompañar sonrientes a sus gobiernos y sectores poderosos en sus empresas comerciales o militares. Triste papel de nuestras iglesias. Ingrato destino de personas que leen la Biblia y se arrodillan en los templos.
Nuestras iglesias no son semillas de liberación sino ramas de un árbol podrido de opresión, que tiene como raíces la ignorancia y la enfermedad. Duele reconocerlo, pero mientras sigamos únicamente rezando al interior de nuestros templos y nos olvidemos que afuera, en la calle, está nuestra gente sufriendo, están los niños durmiendo en las aceras de las calles sin haber cenado, y nuestros jóvenes tengan que irse a trabajar a Estados Unidos, muy poco estamos haciendo para seguir a Jesús, el revolucionario que fue asesinado porque "hablaba con autoridad".
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Rev. Roberto Pineda
Iglesia Luterana Salvadoreña
Calle 5 de Noviembre y 8va. Ave. Norte
Barrio San Miguelito, San Salvador
Tel: (503) 225 4616
El Salvador
robertoarmando@navegante.com.sv
San Salvador, 31 de enero de 2003
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