martes, 12 de febrero de 2008

La decisión de curar... 23-febrero-03

Reflexión sobre Marcos 2.1-12

La segunda entrada a Capernaum se realizó siguiendo estrictamente las reglas del anonimato. Jesús y sus discípulos incursionaron clandestinamente, pero era ya tal su popularidad que rápidamente se vieron rodeados de personas que preguntaban sobre la nueva organización, sobre el nuevo camino para alcanzar el Reino.

Al observar esto, Jesús y sus seguidores decidieron realizar una asamblea en la casa donde vivía n para informar sobre los avances del Movimiento y las futuras tareas, sobre la necesidad de promover la organización, concientización y movilización de la población, sobre la lucha ideológica contra los fariseos y saduceos, sobre las ultimas medidas represivas del invasor romano y sus lacayos locales.

En este texto, se describen los acontecimientos vinculados a esta segunda entrada a Capernaum, incluyendo la forma como le llevaron a un paralítico, la polémica con los maestros de la ley y la curación del enfermo de parálisis.

Cuando estaban desarrollando la asamblea, escucharon ruidos en el techo de la casa, y ante su sorpresa y temor de haber sido descubiertos, observaron que se trataba de una camilla que bajaba por una abertura del techo, con un enfermo de parálisis, que no lo habían podido entrar por la puerta principal.

Cuando Jesús comprendió de que se trataba, reflexionó sobre el ingenio y la fe de los amigos del paralítico, sobre la solidaridad que acompañaba a esta acción. Lo habían venido cargando desde lejos para que fuera curado por Jesús. Habían abandonado sus faenas personales para dedicar tiempo y esfuerzos a este amigo enfermo. Pensó Jesús que en eso consistía precisamente el reino de Dios: en entregarse a los demás. Ante este hecho impactante, Jesús le dice al paralítico: Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.

La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús

La lucha por la salud acompañó la vida de Jesús. Una de las enfermedades contra las que se enfrentó fue la parálisis. La parálisis se asemeja a la muerte. La parálisis bloquea el movimiento de nuestro cuerpo. Es una experiencia desgarradora que nos hace sentirnos inútiles, derrotados sin esperanza, al no poder caminar, al no poder levantarnos, al no poder movernos.

La parálisis no es exclusivamente física, puede ser parálisis mental, parálisis emocional, y una de las fuentes de la parálisis puede ser el miedo. Los poderosos siempre tratan de paralizar la vida y la lucha de los débiles, de los sectores populares.

Cuando algunos maestros de la ley escucharon las palabras de Jesús al paralítico, reaccionaron indignados y se pusieron a cuestionar su autoridad y a calificarlo de irreverente y atrevido. Sus mentes estaban cerradas a la posibilidad de un cambio, de algo nuevo, y se aferraban a lo ya conocido, a la tradición. Sus horizontes eran estrechos y conservadores y sus límites llegaban hasta la ley de Moisés.

Jesús les responde tranquilamente explicándoles que el perdón de los pecados esta vinculado con la curación de las enfermedades y que ambas dimensiones son liberadoras. Y para tratar de encauzarlos decide hacerles una demostración de su divinidad, de u poder, decide curar al paralítico.

Y le dice con autoridad: a ti digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Ya momentos antes le había perdonado sus pecados, y hoy curaba su enfermedad. El enfermo se levantó, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos y todas. La gente comento: nunca hemos visto una cosa así. Había sorpresa e incluso temor ante lo desconocido.

Sí, incluso temor. Por lo general el miedo invade y domina a la gente. Se teme lo nuevo, lo inexplicable. Los poderosos saben esto y lo han aprovechado para defender sus intereses egoístas. Los poderosos promueven el miedo a lo nuevo, a lo diferente, para mantener sus posiciones hegemónicas. Y esto hace que el paralítico tenga temor de caminar, de levantarse. Y que el oprimido tenga temor de pensar, de rebelarse.

Y siempre se amenaza con el castigo a los que se rebelan, sueñan y luchan. Fue por esta razón que fusilaron a Jesús de Nazaret y ahorcaron a sus seguidores. Sucede que los poderosos tiemblan cuando los débiles se rebelan. El pasado 15 de febrero los poderosos de este mundo capitalista.

Los dueños de las grandes corporaciones multinacionales, y sus empleados Bush y Blair, Berlusconi y Aznar, temblaron en sus mansiones cuando les informaron que decenas de millones de personas marchaban por todo el planeta exigiendo paz para Irak. Porque estos poderosos dictadores saben que tienen la fuerza pero no tienen la razón. Y la razón que no tienen puede volver fuertes a los débiles.

Y van a poder bombardear a Irak pero no van a poder engañar al mundo. Y más temprano que tarde se va a mundializar la resistencia contra la guerra. Y corresponde a nuestras iglesias, que confiesan al rebelde que fue fusilado, que murió por una esquirla de una bomba imperialista, que fue carbonizado por los hongos nucleares, continuar luchando por la paz.

A seguir caminando en las ciudades y los campos, a levantarnos como el paralítico, e irnos a nuestra casa, a nuestro barrio, a nuestra colonia, a nuestro cantón, para movilizar a nuestros vecinos y vecinas contra la guerra en Irak. Amén.

Rev. Roberto Pineda, Iglesia Luterana Salvadoreña

San Salvador, 23 de febrero de 2003

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