domingo, 6 de abril de 2008

Los 3 Reyes Magos y la Solidaridad de los Oprimidos 6-enero-2004

Los 3 Reyes Magos y la Solidaridad de los Oprimidos

Reflexión sobre Mateo 2:1-12
Rev. Roberto Pineda *


Para Peter Skawen
La visita de los 3 reyes magos al pesebre del Niño Jesús que había nacido en Belén de Judá, fue expresión de la solidaridad revolucionaria entre los pueblos que luchaban contra la dominación del imperio romano. Los 3 reyes magos eran dirigentes populares de tres naciones del Oriente, que igual que los judíos, peleaban por su liberación. Todo esta relacionado.



El 19 de julio de 1979 cuando supimos que Somoza había caído y había triunfado la Revolución Popular Sandinista, nuestros corazones se llenaron de mucha alegría y celebramos el triunfo revolucionario. Claro, habíamos participado de la solidaridad y esta victoria del pueblo nicaragüense y del FSLN también nos pertenecía. Había nacido el Niño Jesús en Nicaragua.

Cuando los 3 reyes magos supieron del nacimiento de un Mesías en Judá, decidieron ir en su búsqueda para apoyar a su familia y asegurar así la continuidad del proceso de liberación y evitar que los romanos y sus sirvientes locales(Herodes) aplastaran esta nueva esperanza histórica. Es por eso que le llevan oro, incienso y mirra, o sea apoyo financiero, logístico y moral. Colaboran con su traslado a Egipto para evitar que fuera asesinado.

La alegría por la victoria revolucionaria que significaba el nacimiento de Jesús impulsó a los 3 reyes magos a dirigirse a Belén siguiendo la Estrella de la liberación. A lo largo de la historia, tanto el jubilo por los triunfos revolucionarios como la indignación por la injusticia y la opresión, han empujado a miles de hombres y mujeres a abandonar la tranquilidad de sus hogares y dedicar su vida a acompañar las luchas de otros pueblos.

En la Biblia nos encontramos con muchos ejemplos de este tipo de conducta. La solidaridad inspiró a Rahab a arriesgar su vida para salvar a un grupo de guerrilleros, la solidaridad influyó para que Rut se identificara con el pueblo judío. Y el ejemplo de las parteras egipcias que se negaron a asesinar a los niños hebreos es un testimonio de lucha y de esperanza. Sus nombres eran Sifrá y Púa. Ejemplo de heroínas populares. Solidarias.

Jesús de Nazaret desarrolló su ministerio profético, su caminar por las comunidades, con una clara idea de solidaridad con los que sufren y son perseguidos. Y por eso en diversas ocasiones se solidarizó con el pueblo de Samaria o con sectores excluidos como los publicanos y los leprosos, los jóvenes, las viudas, los huérfanos y los extranjeros.

En este texto de Mateo se relata la alegría de estos 3 dirigentes populares, llamados reyes magos, quienes decidieron arriesgar sus vidas para ayudar a la causa del pueblo de Israel, a la causa de Jesús de Nazaret. Estos tres dirigentes populares se vieron obligados a reunirse con el rey Herodes, administrador colonial de los romanos, e informarle sobre la razón de su visita. Esto les garantizaba la legalidad de su misión.

Al confirmar la noticia, que ya estaba circulando, Herodes y los sectores dominantes quedaron aterrorizados, comprendían que su fin estaba cerca. Aún así, intentaron usar a los reyes magos para averiguar la identidad del Mesías y asesinarlo. Los reyes magos únicamente escuchaban.

Los reyes magos fueron guiados por la Estrella, o sea por los sectores organizados de la Resistencia, hasta el lugar en que estaba María, José y el Niño Jesús. Al ver al niño sus corazones se inundaron de alegría y se postraron para adorarlo, así como abrieron sus cofres y entregaron sus regalos solidarios.

Luego regresaron a sus países por otros caminos, por las veredas del pueblo, conducidos por la Resistencia, evadiendo los retenes de seguridad de Herodes y del imperio romano. Habían cumplido su misión solidaria. Esta ha sido la historia de los oprimidos en todas las épocas y lugares. Los oprimidos se alimentan del pan de la solidaridad y beben de la copa de la rebeldía. Durante la antigüedad con el imperio romano y en la actualidad con el imperio norteamericano. Todo está relacionado.

La historia de nuestra iglesia luterana salvadoreña de los últimos veinte años es la historia de la solidaridad. El primer rey mago que nos visitó desde el Sínodo de Missouri fue el pastor Robert Gussik en 1952; luego, entre otros muchos, estuvo Peter Skawen, en 1982, que venía desde Noruega.

Ambos trajeron oro, incienso y mirra para nuestro pueblo y nuestra iglesia. Luego vinieron otros y otras, y continúan viniendo. Dios los envía, siguen la estrella de la solidaridad, cultivan la fe de la amistad que es la fe de Jesús de Nazaret.

Los mismo sucedió cuando triunfó la revolución bolchevique en 1917. Los trabajadores europeos enviaron pan y ropa, se lanzaron a la solidaridad con el pueblo ruso que iba a construir el socialismo; a finales de los años 30 del siglo pasado, de todas partes del mundo llegaron voluntarios, reyes magos para defender a la República española, a la España de la Pasionaria, de Dolores Ibarruri.

También el México revolucionario de Pancho Villa y Emiliano Zapata, de principios del siglo XX recibió la visita de reyes magos; en las Segovias nicaragüenses de Augusto Cesar Sandino se recibió la visita de reyes magos; en la Guatemala de Arbenz; con el Puerto Rico de Pedro Albizu Campos; con los barbudos que combatían en la Sierra Maestra en Cuba; con el Chile del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende; a la Nicaragua Sandinista llegaron muchos reyes magos.

Con El Salvador alzado en armas en Chalatenango, Morazán y Guazapa la solidaridad fue extensa y larga; desde Australia hasta Finlandia; desde Grecia hasta Chicago. Millones de personas se movilizaron alrededor del mundo por el Pulgarcito Rebelde y algunos hasta entregaron sus vidas como lo testimonian las tumbas en Guazapa de dominicanos y colombianos, de venezolanos y costarricenses.

Esta es la historia de los pueblos oprimidos, la de los reyes magos. Y va continuar y por eso es importante que hoy nos solidaricemos con el pueblo de Simón Bolívar; con la revolución bolivariana; con ese proceso revolucionario latinoamericano en el que desde los cuarteles y los barrios se desafía al imperio. Proceso que necesita reyes magos, muchos reyes magos. Amén.

* Consejo Nacional de Iglesias de El Salvador. 6 de enero de 2004.

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