domingo, 30 de diciembre de 2007

¡Caminemos a la Paz del Señor! 11-nov-01

¡Caminemos a la Paz del Señor!
Reflexión sobre Isaías 2:4-5 y Juan 14:27

Hermanos y hermanas en Cristo:

Reciban un saludo de la Iglesia Luterana salvadoreña y de nuestro Obispo, Dr. Medardo Gómez. Es muy importante esta iniciativa del diputado David Trejo para orar por la paz y la justicia en el mundo.

Hermanos y hermanas:

Queremos proclamar junto con el profeta Isaías que:

El señor juzgará entre las naciones y decidirá los pleitos de los pueblos numerosos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni a recibir instrucción para la guerra. ¡Vamos, pueblo de Jacob, caminemos a la luz del Señor!

Anunciamos junto con nuestro Señor Jesús que:

Al irme les dejo la paz, les doy mi paz, pero no se las doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.

El profeta Isaías y nuestro Señor Jesús:

Nos convocan a la paz. La paz surge de la justicia. La guerra surge del odio.

Nos invitan a la justicia. La justicia surge del derecho. La venganza surge del rencor.

Nos llaman a la seguridad. La seguridad nace del bienestar. El terrorismo surge de la prepotencia de los que usan la violencia para obtener sus fines.

Nos hablan de solidaridad. La solidaridad es el fruto del amor entre los pueblos. La discriminación es el fruto del odio entre los pueblos.

Nos hablan de unidad y concertación. La concertación es una necesidad y una garantía para la paz. La confrontación es nociva para el desarrollo de nuestro país y del mundo.

La paz se relaciona con la justicia, con el derecho, con la seguridad, con la solidaridad y con la concertación.

La guerra se vincula con el odio, con la venganza, con el terrorismo, con la discriminación y con la confrontación.

Hermanas y hermanos:

Nos solidarizamos con los que sufren y lloran. Con los sobrevivientes de los atentados y los refugiados de la guerra.

Que la fuerza de nuestra oración en común se eleve hasta el cielo y sea escuchada por nuestro Dios Todopoderoso. Y que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga, nos ilumine, y nos conduzca a ser constructores de la paz y la justicia en El Salvador y el Mundo. Amén.

Predicación realizada por Rev. Roberto Pineda en actividad inter-confesional "de El Salvador al Mundo"realizada el 11 de noviembre del 2001, en Museo de Antropología, San Salvador.

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