domingo, 30 de diciembre de 2007

Jesús y la invitación a la vida eterna 11-noviembre-01

Jesús y la invitación a la vida eterna
Reflexión sobre Lucas 20:27-40

La lucha ideológica que impulsó Jesús de Nazaret y su Movimiento contra los saduceos y fariseos abarcó las principales áreas del imaginario religioso y político de su época. En especial era clave, de cara a los saduceos, dilucidar el problema teológico y político de la resurrección.

La resurrección era y es un problema político

Los saduceos rechazaban y ridiculizaban la idea de la resurrección a partir de sus intereses de clase y de sus posturas políticas históricas, ya que la idea de la resurrección esta vinculada originalmente a la necesidad de hacer justicia a los mártires de la fe, que cayeron asesinados por las fuerzas imperialistas que ocuparon Israel y con las cuales los saduceos desvergonzadamente mantuvieron alianzas.

Aceptar la idea de la resurrección significaba para los saduceos aceptar la validez de las ideas por las que habían entregado sus vidas centenares de hombres y mujeres que prefirieron morir de pie que vivir de rodillas. Los saduceos optaron por vivir de rodillas ante los invasores, y estos siempre recompensan a sus sirvientes coloniales. Ayer y hoy.

La polémica sobre la resurrección

El texto estudiado nos conduce a un debate entre Jesús de Nazaret y un grupo de teólogos saduceos que fueron a verlo. Es una polémica importante por el tema tratado, y aparece tanto en Lucas como en Mateo y Marcos. En estos dos últimos evangelios el inicio de este pasaje bíblico es clave y se encuentra ausente en Lucas. Nos dicen ambos: Ustedes están equivocados porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. Recuerde el lector que Jesús estaba discutiendo con teólogos.

En la discusión los saduceos pretenden enredar a Jesús con un razonamiento lógico y de esta forma mofarse de sus enseñanzas: apelan a la autoridad de Moisés y a la ley del levirato que consistía en que un hombre estaba obligado a casarse con la viuda de su hermano que hubiera muerto sin dejar hijos. Los saduceos le plantean a Jesús un caso hipotético de una mujer y de siete hermanos que se casan con ella y luego mueren todos.

La respuesta de Jesús es de una profunda densidad teológica. En primer lugar, les aclara que en la resurrección los hombres y mujeres no se casan. El matrimonio es una institución en este mundo, nos dice la Versión Popular, mientras Reina Valera (1960) habla de los hijos de este siglo. Asimismo, Jesús habla de los que merezcan llegar a aquel otro mundo y resucitar. La Nueva Biblia Latinoamericana traduce los que merezcan tener la otra vida y resucitar de entre los muertos. O sea que se necesita merecer llegar, no todos llegan. No es una fe barata como decía Bonhoeffer. Y es otro mundo en el que se resucita. Y en ese otro mundo los hombres y mujeres ya no se casaran, porque ya no pueden morir.

También Jesús plantea que los que resuciten serán como los ángeles y serán hijos de Dios por haber resucitado. Hay mucho espesor teológico en este pasaje y una aproximación al misterio del reino de Dios, al misterio de la salvación, de la vida eterna, de la justificación por la fe, de la resurrección.

Jesús continúa su línea de argumentación recurriendo también a Moisés y citando el pasaje de la zarsa que ardía (Exodo 3:6) para probar que este reconocía que los muertos resucitan. La cita dice: Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Concluye Jesús: Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos. Jesús nos revela la verdad de la vida eterna, nos invita a la resurrección. Debemos buscarlo con la seguridad que lo encontraremos. Jesús nos convoca a luchar por otro mundo, y nos indica que otro mundo sin guerra es posible.

Los saduceos modernos reunidos en Doha, Qatar

Los globalizadores de la pobreza, la exclusión y la guerra congregados actualmente en Doha, Qatar en la reunión de la Organización Mundial del Comercio también pretenden hacernos vivir en este mundo y que como buenos hijos de este siglo nos olvidemos de la resurrección, son saduceos modernos, pretenden que nos olvidemos de construir otro mundo y nos concentremos en adorar el mercado y consumir cada vez más los productos que este nos ofrece en una economía libre, sin medicinas genéricas sino solo de marca y sin semillas naturales, sólo transgénicas. Como cristianos les decimos a los globalizadores del hambre que luchamos por merecer otro mundo.

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