sábado, 29 de diciembre de 2007

Nuestro testimonio de fe y vida 3-abril-01

NUESTRO TESTIMONIO DE FE Y VIDA 3 de abril de 2001
“El Dios eterno es tu refugio, su eterno poder es tu apoyo.”
DDT. 33:27
Los terremotos de enero y febrero modificaron fuertemente la fisonomía del país y abrieron una nueva etapa histórica. Este es un dato fundamental para cualquier tipo de valoración que pueda hacerse y el criterio básico para establecer el papel de las instituciones en el país.
Es un momento crucial .La vida misma de nuestra nación se encuentra en peligro como nunca antes. Los desafios planteados superan con creces a los diversos momentos históricos que antes hemos vivido en el plano de amenazas y peligros.
No obstante que la actual crisis, por sus características de catástrofe, de desastre generalizado, representa una amenaza mayúscula, A la vez como toda crisis, abre oportunidades de repensar y rediseñar las bases sistémicas de nuestra sociedad, y modificar los desajustes históricos que existen en las esferas de la economía, la política y la cultura.
En este contexto, como Iglesia Luterana hemos acompañado a nuestro pueblo en la asistencia espiritual y material a los damnificados, en la oración y la alabanza, en la promoción de la unidad ecuménica de las iglesias, en los esfuerzos por construir una amplia concertación nacional, para enfrentar la reconstrucción, en la reflexión teológica y en la denuncia profética.
Antes de los terremotos, nuestros principales esfuerzos en el plano social estuvieron orientados ,por una parte, a promover la creación de una coalición de fuerzas sociales opuestas a la dolarización, y por la otra, a crear un mecanismo nacional para fortalecer el periódico COLATINO.
Luego de los terremotos nos lanzamos todos y todas a labores de emergencia.,llevan do asistencia luego del primer terremoto a Sonsonate, La Libertad, La Paz, Usulutan y luego del segundo terremoto a San Vicente, focalizando en Verapaz, Guadalupe y San Juan Tepezontes. De esta forma mitigamos el sufrimiento de miles de familias,
Asimismo respondimos al llamado del Gobierno de la República y participamos en las actividades Una Oración por El Salvador, realizada en la Plaza del Salvador del Mundo el 20 de enero así como en la teletón Unidos por la Reconstrucción realizada en la Feria Internacional.
De la misma forma hemos participado junto con el Foro de Ciudadanas en la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, participando en un culto en la colonia Las Colinas, de Santa Tecla.
Hemos contribuido a la creación de una amplia alianza de fherzas sociales llamada
Concertación Ciudadana para la Transformación de El Salvador. Asistimos como
Iglesia a la reunión del Grupo Consultivo del BID realizada en Madrid a
principios de marzo. Asimismo participamos en la conducción y actividades del
Foro de la Sociedad Civil para la Emergencia y la Reconstrucción.
Hemos sido un espacio de apoyo para los alcaldes aglutinados en la organización Ciudades Hermanas. Apoyamos y participamos en evitar una tragedia en la marcha de damnificados reprimida violentamente por la PNC el pasado 27 de febrero. Presentamos junto con los trabajadores de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PD) una pieza de correspondencia exigiendo el nombramiento de una nuevo(a) Procurador(a).
Durante este periodo, hemos recibido la visita de hermanos y hermanas solidarios con neutro pueblo, que nos han traído un mensaje de amistad y de esperanza. Entre estas se encuentran las del Arzobispo K.V.Amar y la del Rey. Rafael Malpica, representante de la Iglesia Luterana Evangélica de Estados Unidos(ELCA). También recibimos la visita de representantes del Consejo Mundial de Iglesias y del Consejo Latinoamericano de Iglesias.
Junto con esta última delegación participamos en una Misa Solemne en Catedral, presidida por Monseñor Gregorio Rosa Chávez, para conmemorar la muerte martirial de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Por la noche participamos en un Culto Ecuménico en la Plaza Cívica en memoria del obispo mártir.
Por otro lado, durante este periodo post-terremoto hemos contribuido con reflexiones teológicas a clarificar que estos fenómenos naturales no obedecen a un castigo de Dios y que los poderosos de este país deben transformar sus corazones y no aprovechar la situación para incrementar sus riquezas. Así mismo hemos proclamado la necesidad de construir un nuevo El Salvador, con bases de justicia e igualdad.
Este es el testimonio de nuestras Comunidades de Fe y Vida (COFEVI), del trabajo de nuestros pastores y pastores, de nuestras congregaciones, de nuestro Obispo Medrado Gómez.

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