sábado, 29 de diciembre de 2007

Evocación a Agustín Farabundo Martí 10-octubre-01

EVOCACION A AGUSTIN FARABUNDO MARTI

Reflexión sobre Juan 10:1-15

Rev. Roberto Pineda*


En primer lugar, deseamos agradecer a nombre de nuestro Obispo Medardo Gómez por esta invitación para conmemorar el Aniversario XXI de fundación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Consideramos que este es un día muy significativo en la historia de la lucha y la organización del pueblo salvadoreño. Lo celebramos asimismo en un lugar muy simbólico, frente a la tumba de Agustín Farabundo Martí.

Hermanos y hermanas:

La lectura del Evangelio de Juan que escuchamos nos habla del Buen Pastor.Es una descripción de la responsabilidad de los dirigents populares,de siempre estar vinculados a su pueblo, a sus necesidades, a sus problemas. Nos habla sobre la disposición de Jesús de Nazaret de entregar su vida en obediencia al Padre, en cumplimiento de su misión de proclamar las buenas nuevas del reino de Dios.

Yo ha venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Es a la luz de esta lectura que hoy evocamos la figura histórica de Agustín Farabundo Martí. Existen cuatro facetas de la vida de este revolucionario salvadoreño, de este luchador popular, que pienso que es preciso resaltar.

En primer lugar, Agustín Farabundo Martí se identificó desde su juventud con los sectores populares.Fue un dirigente estudiantil universitario. Su vida estuvo vinculada con los obreros y campesinos de este país. Con los humillados y maltratados. Con los que sufren y tienen esperanza.Con los que luchan...Nos dió un ejemplo de entrega,de amor por sus semejantes.

En segundo lugar, Agustín Farabundo Martí fue un luchador antimperialista. Su espíritu solidario lo llevó a integrarse a las filas del General de Hombres Libres, Augusto Cesar Sandino. Combatió en las Segovias nicaragüenses.Fue un defensor de la soberanía de nuestros pueblos centroamericanos. Nos dió un ejemplo de dignidad.

Asimismo, Agustín Farabundo Martí durante toda su vida desplegó un fuerte espíritu de lucha contra la dictadura militar, contra la injusticia que existía en las haciendas y en las ciudades, contra la discriminación de los sectores indígenas, contra la desigualdad social. Nos dió un ejemplo de espíritu de lucha.

También Agustín Farabundo Martí estuvo siempre en disposición de entregar su vida,en cualquier momento, en cualquier lugar, con la confianza plena que otros y otras iban a continuar la lucha y que su esfuerzo no había sido en vano. Con la confianza plena del triunfo de sus ideas de igualdad social. Nos dió un ejemplo de fe.

Yo doy mi vida por las ovejas...

Agustín Farabundo Martí, como sabemos, murió fusilado en el barrio San Miguelito, cerca de donde queda nuestra iglesia, murió fusilado pero no derrotado, murió con la frente en alto,murió como revolucionario, y al hacerlo así nos heredó a todo nuestro pueblo una actitud de dignidad de la que podemos sentirnos orgullosos y orgullosas. Es una herencia valiosa, a la que no podemos renunciar.Es parte ya de nuestra salvadoreñidad.

La vida y la muerte de Agustín Farabundo Martí es parte de la memoria subversiva de este pueblo. Es uno de los pilares en los que descansa nuestra identidad popular.El otro pilar es la memoria también subversiva de Monseñor Romero.

Hermanos y Hermanas:

Es importante hoy evocar la memoria subversiva de Agustín Farabundo Martí para continuar la lucha y para fortalecer la unidad. Como todos y todas sabemos, el FMLN enfrenta en la actualidad una de sus batallas más complejas,la batalla consigo mismo, al interior de sus filas, la batalla por la unidad.

Desde nuestra iglesia Luterana nos encontramos en oración y tenemos la firma esperanza que el FMLN sabra salir adelante de esta nueva prueba.Sabemos que amplios sectores del pueblo salvadoreño comparten esta misma esperanza de un FMLN unificado, fuerte, vinculado a los sectores populares,que luche por los intereses de los humildes y los olvidados de este país.AMEN.

* Reflexión realizada en Acto religioso en Cementerio de los Ilustres, San Salvador, en ocasión del XXI Aniversario de fundación del FMLN, el 10 de octubre de 2001

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