EL SEGUIMIENTO A JESUS (ll)
Rev. Roberto Pineda*
Reflexión sobre Lucas 9: 51-62
En este texto Lucas nos habla sobre la misión,sobre la misión de predicar el reino de Dios. Sobre como Jesús seleccionaba a sus discípulos y los ponía a prueba. Indagaba sobre su contextura moral, inclinaciones e intereses. Nos habla sobre el llamado de Jesús al seguimiento.
La decisión de continuar adelante.
De entrada , se nos informa que Jesús "emprendió con valor" su viaje a Jerusalén. Jesús tuvo la determinación, el coraje, la voluntad, de asumir su responsabilidad histórica y divina. Tomó la decisión de llegar hasta las últimas consecuencias, de ir hasta el tope. Sabía que se jugaba la vida en esta apuesta.
Y por lo tanto tenía que ser cuidadoso,muy cuidadoso. Tomó la decisión de pasar por Samaria.En los tiempos de Jesús, los poderosos de siempre habían logrado introyectar en la población judía el odio hacia los habitantes de Samaria, alegando profundas diferencias religiosas. Jesús se enfrenta a esta visión xenofóbica y decide atravesar Samaria para ir a Jerusalén. Lamentablemente, los samaritanos le cierran el paso. Algunos de sus seguidores exigen la venganza divina, pero Jesús los calma y reprende. Jesús no cede a la tentación de la venganza, a la tentación de hacer uso de la fuerza para imponer su voluntad, a la tentación del nacionalismo judío. Jesús responde al rechazo con la tolerancia.
La organización del movimiento de Jesús
Una de las principales preocupaciones de Jesús fue la de construir una sólida red organizativa que le permitiera enfrentar los desafíos del debate ideológico con los fariseos y saduceos, así como de la represión política del imperio romano. Organizar y educar al pueblo fueron dos de sus tareas estratégicas fundamentales. La lucha por el reino de Dios necesitaba líderes con experiencia, disciplinados y dispuestos al trabajo organizativo. Buena parte de su tiempo la dedica Jesús precisamente a capacitar políticamente al nucleo básico de sus seguidores, para asegurarse de su convicción y firmeza.Jesús se preocupa de evitar que lo infiltren oportunistas y arrivistas.
En los Evangelios se refleja este multifacético proceso de construcción organizativa, educativa , ideológica y política del movimiento de Jesús.Es por esto, que frente al ofrecimiento de alguien de seguirle ( Mateo nos revela que es un maestro de la ley)Jesús le responde que él "no tiene donde recostar la cabeza:" El seguimiento es una vida de sacrificios y de desprendimientos, no una vida de lujos y comodidades. El seguimiento es no tener casa, no tener familia, no tener patria, no tener intereses materiales, que lo aten y lo condicionen. Es vivir como Jesús, siempre en misión, de un lado a otro, de aldea en aldea, es ser menos que las zorras y las aves, es renunciar a todo por un ideal, olvidarse de los beneficios personales y concentrarse en el anuncio del reino de Dios.
Posteriormente, Jesús invita a otra persona a sumarse al movimiento. Le dice: sígueme. La persona invitada (Mateo nos revela que es un discípulo) quizás por temor o por comodidad, no rechaza, pero si evade el llamado, le saca el bulto a la tarea, incluso con una excusa tan creible como la de "ir a enterrar a mi padre." Jesús le responde categórico, incluso con dureza: "deja que los muertos entierren a sus muertos,tú ve y anuncia el reino de Dios." La vida fuera de Jesús, no es vida, es un simple vegetar sin sentido. de nuevo nos encontramos con el llamado central de Jesús: "tú, ve y anuncia el reino de Dios."
A continuación, nos encontramos con un nuevo personaje que manifiesta su disposición a seguir a Jesús,pero con la condición que "primero dejame ir a despedirme de los de mi casa." Esta persona se atreve a ponerle condiciones a Jesús, a condicionar su seguimiento, a definirle prioridades. Jesús es de nuevo firme en su respuesta: "el que pone la mano en el arado, y sigue mirando atrás,no sirve para el reino de Dios." Se necesita definirse, no son aceptables las actitudes de vacilación o de duda. Con Jesús no se juega. El movimiento de Jesús es algo serio, es siempre lo primero, no existe otra prioridad.
Jesús se encontró con estas tres actitudes en el proceso de organización de su movimiento. Eran tres respuestas frente al llamado a seguirle,eran tres formas de rechazar el compromiso de anunciar el reino de Dios. La primera persona, buscaba los privilegios asociados al ejercicio del poder ; la segunda persona pretendía evadir el compromiso, sea por temor o por acomodamiento y la tercera persona, colocaba sus prioridades personales por encima del seguimiento a Jesús. Ninguna de ellas estaban preparadas para el discipulado.
En cada una de las respuestas de Jesús a estas tres personas encontramos la tarea de anunciar el reino de Dios como el contenido principal del seguimiento, como el centro de la proclamación ,como la utopía máxima del movimiento de Jesús de Nazaret.
Los desafíos actuales.
Las respuestas y actitudes de estas tres personas las seguimos encontrando en la actualidad, tanto en nuestra sociedad como en nuestras iglesias. Existen las personas que únicamente buscamos nuestro beneficio personal y para lograrlo aplastamos a quien se interponga en nuestro camino; existen también las personas que no asumimos ningun riezgo,no tomamos nuinguna posición y nos refugiamos en el desinterés social predominante; y finalmente existen aquellos que priorizamos la familia, el empleo, los estudios, por encima de nuestra responsabilidad social y de nuestro compromiso con la iglesia. Durante el tiempo de Jesús y en la actualidad, la familia es un recurso favorito para evadir la responsabilidad de anunciar el Reino.
En nuestro país, en nuestra iglesia, nos encontramos con los que buscamos el privilegio.Es una tentación muy atractiva,la tentación del poder,la tentación del dinero,en particular en una situación en la cual la pobreza muerde la vida de nuestra gente, desde su nacimiento hasta su muerte, y la condena a vivir sobreviviendo, diariamente pensando en el próximo plato de comida, en el siguiente pago de la última deuda, en remendar cada agujero de la vida...
Asimismo nos encontramos con los que estamos oprimidos.Con los que hemos internalizado los rituales del colonizado y hablamos con la voz del amo, pensamos con los símbolos del opresor, miramos la realidad desde los ojos del patrón, esperamos ansiosos que nos globalicen.Somos los que rechazamos la política porque "no vale la pena meterse en nada".Es debido a nuestra actitud que los poderosos descansan tranquilos y predomina la impunidad, la corrupción, la injusticia, le rendimos culto al Espíritu del Mercado y rechazamos al Espíritu de Dios.
Finalmente están los que confundimos las prioridades en la vida, en la sociedad y en la iglesia. En la vida nos dedicamos a acumular riquezas o a trabajar para que otros acumulen riquezas; o a concentrar conocimientos que no compartimos; o a buscar los privilegios del poder.Esos son nuestros valores, nuestras prioridades. No le dedicamos tiempo a la amistad, a la solidaridad, a la comunidad, al seguimiento a Jesús. Así somos.Todos y todas.
Al final de cuentas, cada uno de nosotros y nosotras enfrenta el desafío de Jesús, el desafío de subir a Jerusalén, el desafío de enfrentar a nuestros demonios y vencerlos. Cada uno de nosotros y nosotras tiene la opción de subir a Jerusalén, tiene la opción de anunciar el Reino, tiene la opción de luchar por la justicia.Estas tres opciones marcan nuestra vida.Algunos las aceptan, otros las rechazan.
Subir a Jerusalén significó para Jesús ser obediente al Padre. Paa nosotros y nosotras significa atrevernos a que nos persigan, a que nos apresen, a que nos crucifiquen...a que resucitemos.
Cuscatlán, cuarto domingo despues de Pentecostés del año 2001
*Pastor de la Iglesia Luterana Salvadoreña
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