miércoles, 2 de enero de 2008

Arnaldo Velásquez: nuestro coronel de la alegría 11-enero-02

ARNALDO VELASQUEZ: NUESTRO CORONEL DE LA ALEGRIA
Reflexión sobre 1 Corintios 15:51-52

Ayer murió nuestro Coronel, nuestro querido hermano Arnaldo Velásquez. Nos sentimos muy tristes. Tenemos e corazón herido. El Coronel era el portero de nuestra Iglesia y siempre mantenía abierta la puerta de la amistad.

Cuando uno llegaba a la Iglesia se encontraba con el Coronel, con su sonrisa a flor de labio y con su abrazo cálido. El Coronel era un hombre alto y fornido que a su edad, pasaba los ochenta, mantenía su elegancia.

Era un poeta de la vida que le recitaba versos al amor y a la belleza. Su vida fue una vida de fe, de alegría y de esperanza.

El Coronel era un hombre de mucha fe, de mucha confianza en el poder de Dios, y era por eso, que se arrodillaba ante el altar para platicar con Dios y pedirle que lo ayudara.

El Coronel era un hombre de mucha alegría, de una sonrisa abierta, generosa, cultivaba la amistad y se dejaba querer, había miel en su corazón.

El Coronel era un hombre de mucha esperanza. En los tiempos difíciles de la represión a la iglesia, en los años de la guerra siempre acompañaba a nuestro Obispo y no le temía ala muerte, porque confiaba en la insurrección. Al final, marchó tranquilo a la tumba, con una sonrisa en sus labios.

Nuestro Coronel se nos adelantó, ya se encuentra en la casa de nuestro Padre, ya se haya frente a la presencia de Dios, y pertenece al mundo de los santos.

Su espíritu fraterno, alegre, valiente, de mucha fe, forma parte ya de los santos de nuestra Iglesia, ya se encuentra con Antonio Lorenzana, con Manuel Escamilla, con Humberto Jurado. Pasó a formar parte de la delegación que enviamos al cielo como Iglesia Luterana la Resurrección.

Rev. Roberto Pineda
San salvador, 11 de enero de 2002

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