Nuevas luchas, nuevas victorias, nuevos desafíos
(Rev. Roberto Pineda*)
11. noviembre/2002 - San Salvador, El Salvador — Adital/SIEP**
La huelga de los trabajadores y médicos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), iniciada el 18 de septiembre, es una de las expresiones más altas del resurgimiento de las luchas sociales y por sus características ha logrado derrotar los planes gubernamentales de privatizar la salud en El Salvador.
Cronología de una lucha justa
Esta huelga ha estado acompañada desde su inicio por múltiples expresiones de resistencia social al proyecto neo-liberal. Surge el 18 de septiembre con actos de desobediencia civil en la Unidad de Salud de la Colonia Zacamil, al norte de San Salvador. El 27 de septiembre los médicos abandonan el Hospital de Oncología como medida de protesta ante la intransigencia gubernamental.
El 1 de octubre el gobierno autoritario de Francisco Flores pone en marcha un plan de contingencia para enfrentar la crisis. El 12 de octubre el Foro de la Sociedad Civil, junto a otras organizaciones populares realizó acciones de protesta que incluyeron el cierre de fronteras y el bloqueo de carreteras en 16 lugares del país para unirse a la protesta centroamericana contra el Plan Puebla Panamá, contra el ALCA y en solidaridad con la lucha justa del gremio médico. Este mismo día el presidente Flores anunció un plan de reforma al sistema de salud previsional, que fue rechazado por el gremio médico.
El 16 de octubre se realizó la primer Marcha Blanca, en la que participaron alrededor de 30,000 personas, que marcharon por las calles de San Salvador hasta Casa Presidencial. El siguiente día, 17 de octubre, 49 de los 84 diputados que integran la Asamblea Legislativa aprobaron el decreto 1024, que prohíbe la concesión y privatización de los servicios de salud del estado. Surgió la amenaza del veto presidencial a este decreto legislativo.
El 23 de octubre de nuevo se sale a las calles en la segunda Marcha Blanca. Miles de gabachas blancas de doctores y de trabajadores de la salud junto con sectores populares realizaron la más grande demostración popular de los últimos años, para algunos sólo comparables a la histórica Marcha de la Unidad del 22 de enero de1980.
El 31 de octubre la prepotencia del presidente Flores se desmorona y se ve obligado a anunciar por cadena nacional que no vetara la prohibición de privatizar el ISSS así como informa que retirara de la asamblea Legislativa los proyectos de ley del plan de salud previsional. El proyecto privatizador de la salud empezaba a ser derrotado.
El 1 de noviembre la Tripartita, organismo coordinador del gremio médico, solicita al
presidente Flores se sancione el decreto 1024 como condición para levantar la huelga. El presidente Flores responde aumentando la campaña de ataques contra el movimiento huelguístico.
El 6 de noviembre el presidente Flores se ve obligado a abrir la mesa de negociación y a sentarse con los médicos para buscarle una solución a esta situación que ha adquirido perfiles de crisis nacional. El 8 de noviembre fracasa este esfuerzo por la intransigencia del presidente Flores, quien alegando obstáculos constitucionales se resiste a abandonar sus pretensiones de privatizar la salud.
Este día de nuevo hemos estado de nuevo en las calles en una multitudinaria demostración que marchó desde tres puntos diferentes y concluyó en la Plaza
Cívica. La gente sigue con el espíritu en alto. Se ha realizado la tercera Marcha Blanca. Y la próxima semana están planteadas nuevas actividades de protesta.
El movimiento social derrotó al presidente Flores y al proyecto neo-liberal
La huelga de los médicos y trabajadores del sistema nacional de salud constituye la
primera derrota política que se le ocasiona a la estrategia neo-liberal de
privatizaciones. Anteriormente nos habían impuesto la privatización y el terremoto
de enero del 2001 evitó las protestas, nos habían impuesto las AFP, la privatización
de la energía eléctrica y de las comunicaciones y las respuestas que dimos como
movimiento social fueron dispersas y sin contundencia.
Pero la soberbia del presidente Flores se derrumbó ante la dignidad del gremio médico y del apoyo popular a esta huelga. Marca un punto de inflexión que puede y debe conducir a nuevas batallas para enfrentar el modelo neo-liberal que ha conducido a la pobreza extrema a amplios sectores de nuestro pueblo.
El factor principal que ha permitido esta victoria popular ha sido la reactivación de la
lucha de calle del movimiento social. Las calles han sido recuperadas por los sectores sociales. Miles y miles de brazos se han alzado y miles y miles de voces han cantado la canción d e la unidad y de la protesta. La esperanza se mantiene viva. Vendrán nuevas luchas, nuevas victorias, nuevos desafíos.
El gremio médico, que se ha colocado a la cabeza de este amplio movimiento social, ha sabido combinar adecuadamente el manejo de la lucha de calle y la lucha de mesa, de la movilización y de la negociación, de la amplitud de la convocatoria popular con la firmeza y la habilidad en la mesa de negociación.
Con mucha claridad que es la lucha en las calles la que empuja, permite y sustenta la lucha en la mesa. El presidente Flores fue obligado a bajar del Olimpo y sentarse con los mortales que le están moviendo el piso del país y que pronto, con la gente en las calles, le exigirán su renuncie por incapaz y autoritario.
Esta huelga ha permitido que el movimiento social asuma la responsabilidad histórica de impulsar las transformaciones que nuestro país necesita y abre las puertas para la construcción de una amplia alianza de sectores sociales, opuestos al modelo neo-liberal.
Para lograr esto es preciso buscar las coincidencias programáticas básicas, construir los espacios de concertación y coordinación social y definir rumbos de acción que permitan un transito de esta coyuntura victoriosa a nuevos escenarios de lucha que ya están presentes pero que todavía no adquieren el dinamismo de estas lucha, como es el caso de la huelga de hambre de los trabajadores despedidos de la compañía estatal de energía eléctrica.
Hemos avanzado y seguiremos avanzando en la medida que como Foro de la Sociedad Civil contribuyamos a mantener el espíritu de resistencia y de rebeldía, fortalezcamos la organización en las comunidades y la coordinación nacional; continuemos con las jornadas de movilización contra el ALCA y la privatización de la salud, y consolidemos la unidad de pensamiento y de acción.
Enfrentemos la represión con la unidad popular
Por otra parte debemos de estar alertas ante la respuesta del régimen autoritario de Francisco Flores, el cual frente a esta crisis política pretende entre otras cosas, ocultar la gravedad de la crisis y disfrazarla publicitariamente mediante la realización de los XIX Juegos deportivos Centroamericanos y del Caribe; a través de campañas de confusión a la población como la desarrollada en las acusaciones contra la organización Pro-Vida, miembro del Foro de la Sociedad Civil, de vínculos con el terrorismo internacional.
También la campaña contra el FMLN acusándolo de estar dirigiendo esta huelga con fines electorales; así como continúan amenazando con abrir expedientes en la Fiscalía contra los dirigentes del Movimiento y desatar la represión. Ante cada una de estas acusaciones es importante dar respuestas contundentes, que les permitan entender a los sectores en el poder que encontraran siempre respuesta a sus ataques, de cualquier forma que sean.
Finalmente es clave reconocer que el gremio médico ha dado una valiosa contribución al despertar de una conciencia ciudadana que enfrentará al modelo neo-liberal, al modelo capitalista predominante en nuestro país.
* Pastor Luterano de El Salvador.
Servicio Informativo Ecuménico y Popular, Envió Especial.
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