sábado, 12 de enero de 2008

Resurgen los Escuadrones de la muerte en El Salvador SIEP 11-dic-02

El hallazgo ayer de la cabeza de una joven en un maletín abandonado en un parque, fue calificado por el pastor luterano Ricardo Cornejo como "un claro mensaje de los escuadrones de la Muerte para el movimiento social. Nos están diciendo que están vivos y actuando. Para los que vivimos la represión de los años ochenta el mensaje es totalmente claro."

Indicó que "históricamente los Escuadrones de la Muerte han surgido cuando las clases dominantes ven amenazado su dominio y recurren a estos métodos crueles y salvajes de descabezar físicamente a sus opositores. Esto sucedió en 1980 cuando miles de salvadoreños fueron secuestrados de sus casas y posteriormente aparecían mutilados en bolsas a las orillas de las calles."

Calificó "como indignante que este repugnante hecho, al cual se le trata de dar un matiz de delincuencia común, se diera precisamente en el 54 aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es un esfuerzo por atemorizar y golpear a la valiente gestión que realiza la actual Procuradora de Derechos Humanos, Dra. Beatrice de Carrillo."

Señaló que "también es significativo que se de esta condenable acción el mismo día que aparece la candidatura en firme del Dr. Carlos Rivas Zamora como candidato a alcalde para San Salvador, la ciudad capital, por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). La derecha se encuentra atemorizada porque sus planes para arrebatarle la capital a la izquierda se vienen abajo."

El reverendo Cornejo, uno de los coordinadores del Instituto Luterano de Reflexión y Formación Teológica, ILFORET, afirmó que este crimen sanguinario es "un esfuerzo por atemorizar al movimiento social que se ha manifestado en las calles en apoyo a la huelga de los médicos en contra de la privatización dela salud. Se pretende detener este creciente movimiento recurriendo a la amenaza de represión, a revivir imáge "es del pasado para crear miedo, para sembrar el terror y desmovilizar."

Añadió que "se pretende crear condiciones que permitan la derogatoria del decreto legislativo 1024, que prohíbe la privatización de la salud, y que golpea a aquellos sectores que esperaban realizar jugosos negocios al venderse los hospitales a precios irrisorios. Aspiran estos sectores derechistas a arrodillar, a doblegar al movimiento social por medio del terror."

Subrayó que "los escuadrones de la muerte son la expresión histórica, terrorista de la derecha salvadoreña, que hoy gobierna el país, y siempre se han caracterizado por su crueldad, por cortar cabezas, arrancar dedos, cortar la lengua, sacar los ojos, así fue en los ochenta y quieren repetirlo."

Explicó que "a principios de los años ochenta, estos señores de los escuadrones de la muerte asesinaron a Monseñor Oscar Romero y no obstante que se conoce a los responsables de este crimen, que aparecieron en el Informe de la Comisión de la Verdad, que fue publicado hace casi diez años, ninguno de ellos ha sido juzgado y andan tranquilos por las calles. Gozan de la impunidad que proporciona defender los intereses de los dueños de este país."

"Los que mataron, los que secuestraron, los que torturaron, han sido premiados -preciso el religioso luterano- ya que andan libres y viven en la opulencia por los crímenes que cometieron, mientras las familias de los desaparecidos todavía lloran y esperan conocer la verdad de los que pasó y que se les haga justicia."

Concluyó el presbítero luterano haciendo "un llamado a la solidaridad internacional a denunciar este hecho macabro y exigir juicio y castigo a los responsables de tanto crimen contra los sectores populares organizados" así como exhortó al movimiento social "a no dejarse amedrentar y responder a esta provocación de la derecha con la lucha cívica para cerrarle el paso a los fascistas salvadoreños enquistados en altas posiciones de poder político."

Finalmente dijo que "como iglesia seguiremos acompañando a este pueblo en sus justas luchas por la democracia y la justicia y con la plena confianza en que Dios es nuestro juez supremo que sabrá defendernos y al final, como lo señala el Salmo 82, librará a los débiles y pobres y los defenderá de los malvados."

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