domingo, 6 de enero de 2008

Jesús y la democracia 25-mayo-02

El concepto de democracia es ajeno a la cosmovisión hebrea de Jesús de Nazaret, tiene su origen en las ciudades-estados griegas, en particular Atenas. Los griegos se interesaron por el estudio de la sociedad y el estado, uno de su principales filósofos, Aristóteles, dividió en tres categorías los tipos de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la democracia, los cuales podían degenerar en tiranía, oligarquía y demagogia.

La sociedad judía de Jesús de Nazaret no experimentó las preocupaciones de la sociedad esclavista ateniense. Su preocupaciones estuvieron más vinculadas a la lucha anti-colonialista que se reflejaba en la poderosa esperanza de un Mesías liberador.

La teoría del estado de Jesús se fundamenta en la experiencia histórica del pueblo de Israel, que es una experiencia de fe en un Dios que se manifiesta a los humildes, creencia inadmisible e inconcebible para los filósofos esclavistas griegos. Hay visiones religiosas opuestas. Zeus nunca se puso al lado de los oprimidos, Yahvé siempre estuvo al lado de los oprimidos.

En el Antiguo Testamento, conocemos de la existencia de patriarcas como Abraham, de líderes carismáticos como Moisés, de jueces como Samuel, de profetas como Isaías y de reyes como David. En el Nuevo Testamento se materializa la llegada del Mesías que libera del pecado, de la opresión y de la muerte: Jesús de Nazaret, como rebelde, crucificado y resucitado.

La griega y la hebrea son dos visiones diferentes

La griega y la hebrea son dos visiones diferentes, pero en algunos aspectos no necesariamente opuestas e incluso pueden ser complementarias. Existen algunos rasgos de la práctica política de Jesús que se aproximan a lo que conocemos en la actualidad como prácticas democráticas, entre las que podemos señalar el reconocimiento de la igualdad social, la consulta, el poder como servicio y la delegación de funciones.

Asimismo existen aspectos de la práctica democrática que no fueron conocidos por la sociedad de Jesús como los conceptos de gobierno de la mayoría, sufragio universal, alternabilidad del poder, estado de derecho, etc. Estos son conceptos extraños al pensamiento hebreo.

No obstante esto, en nuestra experiencia, la lucha por la democracia y los derechos humanos, ha estado profundamente vinculada a la cosmovisión judeo-cristiana de existencia de valores como la solidaridad, la hermandad, la justicia, la verdad y la paz.

Estos fueron elementos presentes en la praxis liberadora de Jesús de Nazaret y que fueron asumidos posteriormente por sus seguidores después de Pentecostés. Esto sin negar las distorsiones que ha sufrido el mensaje de Jesús a través de los siglos y el acomodamiento casi generalizado de las iglesias, a los diversos sistemas políticos vigentes.

La democracia es una forma de gobierno y a la vez un estilo de vida. El concepto cristiano de reino de Dios comprende elementos sustanciales del proyecto democrático como el respeto a la dignidad de los seres humanos, la igualdad y solidaridad entre las naciones y la defensa de la Creación.

El concepto de igualdad de las personas, base de la democracia, esta bíblicamente fundamentado en la doctrina de la Creación que establece (Genesis 1:27) que "cuando Dios creó al hombre, lo creó parecido a Dios Mismo, hombre y mujer lo creó." No lo creó rico y pobre, o amo y esclavo, los creo iguales en derechos y responsabilidades.

Posteriormente Pablo en la carta a los Gálatas (3:28) expresó que "ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer: porque unidos a Cristo Jesús ,todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo... son herederos de las promesas que Dios les hizo."

El concepto de consulta, de debate, se encuentra presente en las diversas discusiones entre Jesús y sus discípulos que aparecen en los Evangelios. Una de las más interesantes se encuentra en Mateo (16:13-20). En este pasaje Jesús realiza un ejercicio FODA con sus cuadros de dirección, en el que desarrolla una evaluación interna de la organización así como discuten la imagen pública del Movimiento.

El concepto de delegación de responsabilidades es clave para entender el crecimiento del Movimiento de Jesús. Se abazaba en la adecuada distribución de tareas con base en las capacidades o habilidades de cada militante, evitando tanto la dispersión como la sobresaturación. Ya en el Éxodo observamos como Moisés atiende las sugerencias de su suegro Jetro, para que designe jueces que le ayuden en sus funciones judiciales (18:13-27).

Asimismo Pablo en la primera carta a los Corintios (12:7-9) enseña que " Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del espíritu para provecho de todos... a unos les concede que hablen con sabiduría...otros reciben el don de curar enfermos."

El poder es para servir

El concepto de poder fue uno de los más trabajados por Jesús ya que estaba relacionado con las tareas básicas de su idea del reino de Dios. Dentro del mismo Movimento habían opiniones diferentes sobre el problema del poder. Para algunos se trataba de derrotar y expulsar a los romanos de Palestina. Para otros de erigirse como los nuevos amos del mundo, los nuevos opresores.

Jesús establece su posición de manera categórica: el poder es para servir. Y explica (Mateo20:20-28) que "entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos...pero entre ustedes no debe de ser así...el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir..."

La igualdad, la consulta, la delegación y el poder como servicio son contribuciones que la tradición hebrea y Jesús mismo hicieron a la construcción de un proyecto de democracia, que se ha ido afinando históricamente con las luchas de los pueblos y que en la actualidad enfrenta el desafío de rebasar lo jurídico-formal y ser un espacio de participación y deliberación social.

El estado y la democracia en El Salvador

En El Salvador han pasado ya 10 años después de la firma de los Acuerdos de Paz que pusieron fin al conflicto armado de doce años. Y se afirma que todavía estamos en proceso de democratización. Resulta en este marco, interesante realizar un balance de las formas de gobierno que han existido en nuestro país y si estas han sido tanto democráticas como inspiradas en la visión cristiana del poder como servicio. O han servido únicamente para beneficiar a minorías oligárquicas que son las que han controlado el poder -y no sólo el gobierno- desde 1524 hasta la fecha.

El estado en El Salvador ha atravesado por diversas modalidades vinculadas a los diferentes momentos históricos y a los intereses dominantes que han estado representados en su seno y que han reflejado distintos agrupamientos sociales de sectores influyentes.

El primer modelo conocido responde a un tipo de estado altamente represivo, que fue implantado por los conquistadores españoles a parir de 1524,con el objetivo básico de aplastar la resistencia indígena. Luego de logrado este propósito se va configurando como un estado de naturaleza colonial, extensión de ultramar de la Corona española.

El proceso de lucha por la independencia logra en 1821 iniciar la construcción de un nuevo tipo de estado, de naturaleza republicana e independiente, conducido por sectores criollos, los cuales mediante el control de este aparato incipiente logran librarse d las ataduras coloniales españoles y dar origen a una clase social dominante en lo económico y en lo político. Es preciso señalar que en un primer momento este estado asumió un carácter federal.

Este mismo estado se va consolidando durante todo el siglo XIX y hasta la tercera década del siglo XX constituye un estado conducido y claramente al servicio de los sectores oligárquicos vinculados a la producción y exportación de café, por lo que su desarrollo fue bastante débil.

Este tipo de estado entre en crisis debido al peligro del triunfo revolucionario de sectores populares que reaccionaban ala crisis mundial del capitalismo de 1928, con organización y lucha, por lo que se establece una dictadura militar que aplasta la movimiento revolucionario y le permite a las clases dominantes locales mantener sus privilegios, pero reserva la conducción del estado a las fuerzas armadas. Esta etapa dura alrededor de cincuenta años.

En la década de los ochenta surge de nuevo la amenaza de un estallido revolucionario lo que obliga a modificar los componentes principales del estado, particularmente en lo relacionado al nivel de ingerencia del gobierno norteamericano y a la necesidad de enfrentar un prolongado conflicto armado con una fuerza guerrillera. Podemos calificar este período como de estado de contra-insurgencia.

Este período finaliza en enero de 1992 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), los cuales de nuevo modifican aspectos esenciales de la configuración del estado, garantizando el inicio de un proceso de democratización, en especial con la modificación constitucional de las funciones de las fuerzas armadas. Nos encontramos precisamente en esta etapa.

No obstante la diversidad de modelos de estados que han existido en la historia de nuestro país, la constante ha sido una defensa de los intereses de una minoría de la población y el abandono de las responsabilidades con la población en términos de salud, educación, vivienda, etc. En definitiva, ni hemos tenido democracia ni nuestros gobernantes han usado el poder para servir a los demás. Por lo tanto, el desafío sigue vigente: construir la democracia y construir el reino de Dios con la lucha de los humildes, con la esperanza del mañana.

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