martes, 1 de enero de 2008

Jesús y la estrella de la solidaridad 6-enero-02

JESUS Y LA ESTRELLA DE LA SOLIDARIDAD
Reflexión sobre Mateo 2:1-12


Jesús de Nazaret y su Movimiento rechazaron las visiones nacionalistas que pretendían reducir su misión a los confines de Israel y convertirla en una versión adicional de mesianismo étnico. Por el contrario, Jesús se manifesta a favor de una visión universalista que promueve la paz y la amistad entre los pueblos y naciones.

Los que recopilaron la historia de Jesús y de su Movimiento, en este caso Mateo, se preocuparon de incluir desde el inicio, las diversas expresiones de solidaridad internacional con Jesús, entre las que sobresale por su significado, la historia de “los tres reyes magos, l3altazar, Melchor y Gaspar.”

El texto bíblico nos indica que luego del nacimiento de Jesús en Belén de Judea, un grupo de astrólogos del Oriente logran descifrar la llegada del Mesías esperado y deciden encaminarse a visitarlo y adorarlo.

Pero cuando los poderosos de la época, representados por el rey Herodes se entera del hecho, “se inquietó mucho” tuvo temor de que terminaran sus privilegios de súbdito colonial romano y convocó a sus consejeros para diseñar estrategias de ubicación y aniquilamiento del Mesías esperado, las que incluso llegaron hasta el asesinato de niños inocentes.

En primer lugar Herodes busca ubicar el lugar del nacimiento y para esto con mucha astucia se aprovecha de la buena fe de los astrólogos del Oriente,que pensaron ingenuamente que todos los judíos esperaban la llegada del Mesías, error que luego rectifican.

Los sabios del oriente, maestros de las estrellas como nuestros antepasados mayas, lograron distinguir a la estrella de Jesús y se dejaron dirigir hacia el Mesías recien nacido. Los sabios confiaron en la estrella. En nuestras vidas es importante buscar y confiar en una estrella. Cuando se tiene una estrella no se pierde el rumbo.
En la marcha por el desierto de la vida es preciso tener una estrella que nos señale el rumbo y nos ilumine el camino,porque resulta fácil perderse en el laberinto de las tentaciones que ofrecen los dueños del poder. A Jesús la estrella del reino de Dios le señaló el rumbo de su vida. En esta época cte globalización, se vuelve urgente tener una estrella.

Por lo tanto, el desafio de nuestra vida es encontrar una estrella que nos indique el nimbo. Los magos del Oriente nos ayudan en esto. Ellos encontraron la estrella de Jesús, la estrella de la solidaridad. A veces a nuestras iglesias se nos dificulta encontrar la estrella de Jesús y nos deslumbramos por las estrellas del poder y de la riqueza. Los sabios nos dan una lección.

Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho

Los sabios del Oriente bien pudieron haberse quedado en sus reinos gozando de sus riquezas. No obstante esto, sacrificaron su comodidad y seguridad y se lanzaron a la aventura del encuentro con el Mesías recien nacido. Cuando vieron la estrella,, se alegraron mucho. Es posible que estos sabios habían dedicado su vida al estudio de las estrellas, pero nunca se imaginaron que sus ojos iban a presenciar la llegada del Mesías. Ahora su vida tenía un significado que trascendía a las estrellas.

La estrella los condujo a la casa de Jesús. Entraron y al ver al niño con María, su corazón se emocionó tanto que se arrodillaron para adorarlo. Habían encontado a Jesús. Habían encontrado a la verdad. Habían encontrado al Mesías esperado por siglos. Eran ya benditos.

Con una inmensa alegría y legrimas en los ojos, abrieron sus cofres polvorientos, y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Esto es lo que se celebra como Día de Reyes. Esta es la celebración de la Esperanza y de la Solidaridad.

Finalmente, los sabios del Oriente, analizando que no podían ser cómplices y espías de Herodes y del Imperio Romano, deciden regresar a su tierra por otro camino, por el camino de la solidaridad, llevando en sus corazones la semilla de la esperanza y la memoria de haber estrechado entre sus brazos al que seria el Salvador del mundo. Su sueño se había cumplido.

En nuestra historia como iglesia luterana salvadoreña, durante el reciente conflicto armado experimentamos también la llegada de sabios de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur. Venían de lejanas tierras a conocer a los niños y niñas de nuestras comunidades campesinas, a compartir las tortillas y los frijoles, a vivir en los ranchos y en las urbanizaciones. Llegaron a nuestras casas y a nuestras iglesias.

Algunos de ellos y de ellas, nos acompañaron en los momentos más duros de la represión, cuando la muerte perseguía nuestros pasos y la persecución mostraba su rostro amargo. Venían de Noruega, de Suecia, de Estados Unidos, de Alemania, de Canada, de España, de Italia, de Dinamarca, de Finlandia y de otras tierras lejanas.

Sus pieles blancas fueron tostadas por el sol de la solidaridad y de la lucha y sus ojos azules bnrillaron alrededor de la estrella de la paz y la solidaridad. Caminaron a la par nuestra sin desmayar ni claudicar. Juntaron su sangre y sus vida a la de este pueblo de hombres y mujeres de maiz. La memoria de este encuentro vivirá por siempre en la historia de nuestras iglesias.

Rev. Roberto Pineda

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